José María Ibáñez
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Foto: youtube.com |
Un asesinato a puerta cerrada, también conocido en la jerga
literaria como el misterio de la habitación cerrada, es un subgénero de la
ficción detectivesca y policial en el que un crimen se desarrolla en
circunstancias aparentemente imposibles. La víctima es hallada en un espacio
cerrado desde el interior, sin ventanas abiertas ni otras salidas visibles, lo
que sugiere que nadie pudo haber entrado o salido sin ser detectado. Este tipo
de misterio desafía a la lógica y suele aplicar soluciones ingeniosas como, por
ejemplo, mecanismos ocultos, trucos psicológicos o engaños arquitectónicos.
Algunos de los ejemplos más famosos en la ficción incluyen “Los crímenes de la
calle Morgue” de Edgar Allan Poe (1841), “El misterio del cuarto amarillo” de
Gaston Leroux (1907), las historias de Sherlock Holmes, como “La casa deshabitada”,
por citar algunos ejemplos clásicos. Añadir, que este subgénero, también ha
sido cultivado por el autor John Dickson Carr, considerado el “maestro del
misterio de habitación cerrada”.
Pero vayamos a la vida real. El caso que nos ocupa, el de Isidor Fink, es uno
de los misterios a puerta cerrada más desconcertantes de la historia criminal.
Ocurrió en la ciudad de Nueva York en 1929, cuando Fink, un emigrante polaco
dueño de una lavandería, fue hallado asesinado en el interior de su pequeño
apartamento-sótano.
Lo más extraño del caso es que la puerta de entrada estaba
cerrada por dentro y las ventanas también, lo que planteó la imposibilidad de que alguien hubiera entrado y salido sin dejar ningún rastro. Los agentes
policiales tuvieron que solicitar la ayuda de un niño pequeño para que se
colara por un ventanuco y abriera la puerta desde dentro.
Fink tenía dos impactos de bala en el pecho y otro en la
muñeca, con quemaduras de pólvora que indicaban que los disparos habían sido
efectuados a corta distancia. Sin embargo, no se encontró el arma, lo que
descartaba el suicidio. Además, nada fue robado y las únicas huellas
encontradas en la escena del crimen pertenecían a la víctima.
La muerte de Isidor Fink, todavía pendiente de resolver, ha
generado a lo largo de los años distintas teorías. Veamos algunas de ellas. Se
ha sugerido que el asesino pudo haber disparado a través del pequeño ventanuco
situado sobre la puerta de entrada al apartamento. Esta teoría resulta muy poco
probable, ya que los disparos fueron hechos a corta distancia, lo que indica
que el atacante estaba dentro de la habitación.
¿Se trataba de un suicidio encubierto? Algunos investigadores
han considerado la posibilidad de que Fink se hubiera disparado a sí mismo y
luego alguien hubiera hecho desaparecer el arma de la escena. No había ninguna
evidencia de que alguien hubiera entrado y salido sin dejar rastro. Además, el
arma nunca fue encontrada.
¿Fue un ataque por sorpresa? Otra teoría sugiere que el
asesino pudo haber estado escondido dentro del apartamento antes de que Fink
cerrara la puerta. Esto explicaría la ausencia de huellas externas, pero no se
hallaron evidencias de que alguien estuviera allí antes de cometerse el crimen.
Dado que nada fue robado, algunos creen que el crimen pudo
haber sido motivado por una venganza personal o ajuste de cuentas, aunque no se
lograron encontrar posibles enemigos conocidos.
Los más entusiastas de los misterios plantean la utilización
de algún truco desconocido. Creen que el asesino utilizó un método ingenioso
para disparar y luego cerrar la puerta desde la parte exterior de la vivienda,
aunque no se encontró ninguna evidencia de un mecanismo de este tipo.
Después de años de investigación, el caso quedó
definitivamente archivado como un crimen imposible de resolver, y la muerte de
Isidor Fink sigue siendo uno de los enigmas más grandes de la historia
criminal.
Parece ser que, con el tiempo, el caso de Isidor Fink fue
estudiado por expertos criminólogos y escritores de novela negra, quienes
buscaron alguna posible explicación. Sin embargo, cada teoría esgrimida se
topaba con un problema que la hacía del todo improbable, convirtiendo este
suceso en uno de los más famosos de la historia criminal de los Estados Unidos de
América.
Décadas después, algunos investigadores volvieron a revisar
los archivos policiales en busca de nuevas pistas que se hubieran pasado por
alto. Lo único que encontraron es una anotación perdida en los informes: una
vecina dijo haber escuchado gritos, pero ningún disparo. Esto significaba que
el arma utilizada para matar a Fink pudo haber sido silenciada o que su muerte
ocurrió de una manera que nadie esperaba.
A medida que pasaban los años, el caso cayó en el olvido,
pero la habitación donde se cometió el asesinato se ha convertido en un lugar
de leyenda. Algunas personas que han vivido allí afirman sentir una presencia
extraña, escuchar ruidos inexplicables y notar bruscos cambios de temperatura
¿Un asesino que nunca ha sido atrapado? ¿Un crimen efectuado con un método aún
desconocido? Nadie lo sabe con certeza.
En la actualidad el misterio del asesinato de Isidor Fink
sigue pendiente de resolver y es uno de los llamados crímenes a puerta cerrada
más desconcertantes de la historia criminal. ¿Crees que algún día se descubrirá
la verdad o permanecerá como uno de los grandes enigmas si respuesta?
Este caso se ha convertido en un ejemplo clásico de los
llamados “crímenes de la habitación cerrada”, un subgénero fascinante de la
literatura del misterio, donde un asesinato ocurre en un espacio completamente
sellado, sin una aparente forma de entrada o escape para el asesino.
FUENTES CONSULTADAS:
*irreductible.naukas.com
*es.wikipedia.org
*aminoapps.com
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