José María Ibáñez
Su
nombre real era Giulia Mangiardi y su madre, Teofanía d´Adamo, aunque poco
documentado oficialmente, se cree que fue la precursora del conocimiento que su
hija heredó. Fue ejecutada en Palermo en 1633, acusada de distribuir veneno. Algunos
historiadores sugieren que el famoso veneno “Aqua Tofana” lleva su nombre, y
que ella había sido la creadora original. Eso convierte a Giulia no en la
inventora, sino en la heredera y refinadora del arte mortal que su madre había
perfeccionado. En este sentido, según se plantean distintos investigadores, “Teofania
no solo fue madre biológica, sino también madre de una tradición clandestina,
una alquimista popular que transmitió su fórmula secreta como si fuera una receta
familiar”.
Pues
bien, Giulia Tofana, conocida como la envenenadora científica, fue una figura
tan enigmática como letal en la Italia del siglo XVII. Su historia mezcla de
alquimia, desesperación femenina y una red clandestina que desafió el poder
patriarcal de su época. Creó uno de los venenos más letales y discretos de la
historia: el Aqua Tofana.
Nació
en Palermo y se trasladó a Roma, donde desarrolló su fórmula secreta. Aprendió
el arte de la alquimia observando a boticarios y perfeccionó su fórmula secreta
letal. Su madre, Teofana d´Adamo, también fue acusada y ejecutada por
envenenamiento, lo que sugiere una tradición familiar en el conocimiento de
sustancias tóxicas.
El
Aqua Tofana surgió en un contexto histórico marcado por la desigualdad de
género, el poder absoluto de los hombres en el matrimonio y la falta de
recursos legales para las mujeres en la Europa del siglo XVII. Las mujeres
vivían subordinadas legalmente a sus esposos, sin derecho a divorcio ni
protección frente a los abusos. Los matrimonios eran muchas veces concertados y
sin posibilidad de elegir libremente, y la iglesia y el estado no ofrecían
ningún tipo de amparo a las víctimas de violencia doméstica.
En
este entorno, Giulia Tofana creó su Aqua Tofana como una solución clandestina
para mujeres atrapadas en matrimonios abusivos. Tofana creó una red clandestina
de boticarias, parteras y clérigos corruptos que distribuían el veneno en
ciudades como Roma, Nápoles y Palermo.
Se
cree que ayudó a más de seiscientas mujeres a librarse de matrimonios abusivos
mediante el uso de su veneno, entre 1633 y 1651. El Aqua Tofana, era un veneno
insípido e inodoro, extremadamente sutil y letal, diseñado para simular una
enfermedad natural y evitar sospechas. Su acción era lenta, progresiva y casi
indetectable para los médicos de la época. Se vendía como un cosmético o agua
bendita, con la imagen de San Nicolás de Bari en el frasco. Aunque la fórmula
exacta se perdió con el tiempo, se cree que contenía arsénico, plomo, belladona
y posiblemente otras esencias vegetales tóxicas.
Era
incoloro, insípido e inodoro, lo que permitía mezclarlo fácilmente con agua o
vino y permitía espaciar las dosis para simular una enfermedad progresiva. No
dejaba rastros visibles en las autopsias rudimentarias de la época.
Tras
ingerir la primera dosis, la víctima sufría síntomas leves como fiebre,
debilidad o malestar general. Tras la segunda, vómitos, deshidratación y
sensación de ardor en el sistema digestivo. Después de la tercera, agravamiento
de los síntomas anteriores, diarrea intensa y deterioro físico. Tras la cuarta
dosis, muerte, aparentemente por causas naturales.
¿Heroína
o villana? Para muchas personas, fue una pionera feminista que ofrecía una
salida a mujeres atrapadas en matrimonios violentos. Para otras, fue una
asesina en serie, responsable de cientos de muertes. Fue delatada tras el
arrepentimiento de una de sus clientas que confesó el intento de asesinato de
su marido, arrestada tras refugiarse en una iglesia y ejecutada en 1659 junto a
su hija y otras cómplices. Su historia impulsó el desarrollo de la toxicología
forense, al poner en evidencia la necesidad de detectar venenos invisibles. El
caso Tofana marcó un antes y un después en la investigación de sustancias
tóxicas y su impacto en la medicina legal.
Añadir
que de la hija de Giulia Tofana se sabe aún menos, pero existe la teoría de que
ayudó a su madre a distribuir el veneno disfrazado como cosmético entre mujeres
que querían librarse de matrimonios opresivos. Podría haber formado parte del
círculo de confianza y logística de su madre, y es más que posible que su papel
estuviera más ligado al camuflaje social, ayudando a presentarse como una familia
de fabricantes de productos de belleza y bálsamos espirituales.
La
historia de estas tres mujeres puede verse como una red matriarcal de
resistencia en una época en que muchas esposas no tenían recursos legales para
escapar de los abusos de sus maridos. El veneno se convirtió en un símbolo de
poder en manos femeninas, oculto detrás de la apariencia de piedad y perfume.
Una
historia mezcla de alquimia, desesperación y poder femenino en una época donde
la ciencia y el crimen se entrelazaban y que ha dejado una profunda huella en
la cultura popular. Una mujer, mejor dicho, tres mujeres fascinantes, mezcla de
ciencia, crimen, género y poder.
FUENTES CONSULTADAS:
*www.rtve.es
*elpais.com
*www.elperiodico.com
*www.lavanguardia.com
*culturizando.com
*historia.nationalgeograpic.com.es