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José María Ibáñez.

viernes, 4 de julio de 2025

LA ENVENENADORA CIENTÍFICA

 José María Ibáñez

Foto: commentimemorabili.it


Su nombre real era Giulia Mangiardi y su madre, Teofanía d´Adamo, aunque poco documentado oficialmente, se cree que fue la precursora del conocimiento que su hija heredó. Fue ejecutada en Palermo en 1633, acusada de distribuir veneno. Algunos historiadores sugieren que el famoso veneno “Aqua Tofana” lleva su nombre, y que ella había sido la creadora original. Eso convierte a Giulia no en la inventora, sino en la heredera y refinadora del arte mortal que su madre había perfeccionado. En este sentido, según se plantean distintos investigadores, “Teofania no solo fue madre biológica, sino también madre de una tradición clandestina, una alquimista popular que transmitió su fórmula secreta como si fuera una receta familiar”.

Pues bien, Giulia Tofana, conocida como la envenenadora científica, fue una figura tan enigmática como letal en la Italia del siglo XVII. Su historia mezcla de alquimia, desesperación femenina y una red clandestina que desafió el poder patriarcal de su época. Creó uno de los venenos más letales y discretos de la historia: el Aqua Tofana.

Nació en Palermo y se trasladó a Roma, donde desarrolló su fórmula secreta. Aprendió el arte de la alquimia observando a boticarios y perfeccionó su fórmula secreta letal. Su madre, Teofana d´Adamo, también fue acusada y ejecutada por envenenamiento, lo que sugiere una tradición familiar en el conocimiento de sustancias tóxicas.

El Aqua Tofana surgió en un contexto histórico marcado por la desigualdad de género, el poder absoluto de los hombres en el matrimonio y la falta de recursos legales para las mujeres en la Europa del siglo XVII. Las mujeres vivían subordinadas legalmente a sus esposos, sin derecho a divorcio ni protección frente a los abusos. Los matrimonios eran muchas veces concertados y sin posibilidad de elegir libremente, y la iglesia y el estado no ofrecían ningún tipo de amparo a las víctimas de violencia doméstica.

En este entorno, Giulia Tofana creó su Aqua Tofana como una solución clandestina para mujeres atrapadas en matrimonios abusivos. Tofana creó una red clandestina de boticarias, parteras y clérigos corruptos que distribuían el veneno en ciudades como Roma, Nápoles y Palermo.

Se cree que ayudó a más de seiscientas mujeres a librarse de matrimonios abusivos mediante el uso de su veneno, entre 1633 y 1651. El Aqua Tofana, era un veneno insípido e inodoro, extremadamente sutil y letal, diseñado para simular una enfermedad natural y evitar sospechas. Su acción era lenta, progresiva y casi indetectable para los médicos de la época. Se vendía como un cosmético o agua bendita, con la imagen de San Nicolás de Bari en el frasco. Aunque la fórmula exacta se perdió con el tiempo, se cree que contenía arsénico, plomo, belladona y posiblemente otras esencias vegetales tóxicas.

Era incoloro, insípido e inodoro, lo que permitía mezclarlo fácilmente con agua o vino y permitía espaciar las dosis para simular una enfermedad progresiva. No dejaba rastros visibles en las autopsias rudimentarias de la época.

Tras ingerir la primera dosis, la víctima sufría síntomas leves como fiebre, debilidad o malestar general. Tras la segunda, vómitos, deshidratación y sensación de ardor en el sistema digestivo. Después de la tercera, agravamiento de los síntomas anteriores, diarrea intensa y deterioro físico. Tras la cuarta dosis, muerte, aparentemente por causas naturales.

¿Heroína o villana? Para muchas personas, fue una pionera feminista que ofrecía una salida a mujeres atrapadas en matrimonios violentos. Para otras, fue una asesina en serie, responsable de cientos de muertes. Fue delatada tras el arrepentimiento de una de sus clientas que confesó el intento de asesinato de su marido, arrestada tras refugiarse en una iglesia y ejecutada en 1659 junto a su hija y otras cómplices. Su historia impulsó el desarrollo de la toxicología forense, al poner en evidencia la necesidad de detectar venenos invisibles. El caso Tofana marcó un antes y un después en la investigación de sustancias tóxicas y su impacto en la medicina legal.

Añadir que de la hija de Giulia Tofana se sabe aún menos, pero existe la teoría de que ayudó a su madre a distribuir el veneno disfrazado como cosmético entre mujeres que querían librarse de matrimonios opresivos. Podría haber formado parte del círculo de confianza y logística de su madre, y es más que posible que su papel estuviera más ligado al camuflaje social, ayudando a presentarse como una familia de fabricantes de productos de belleza y bálsamos espirituales.

La historia de estas tres mujeres puede verse como una red matriarcal de resistencia en una época en que muchas esposas no tenían recursos legales para escapar de los abusos de sus maridos. El veneno se convirtió en un símbolo de poder en manos femeninas, oculto detrás de la apariencia de piedad y perfume.

Una historia mezcla de alquimia, desesperación y poder femenino en una época donde la ciencia y el crimen se entrelazaban y que ha dejado una profunda huella en la cultura popular. Una mujer, mejor dicho, tres mujeres fascinantes, mezcla de ciencia, crimen, género y poder.

 

FUENTES CONSULTADAS:

*www.rtve.es

*elpais.com

*www.elperiodico.com

*www.lavanguardia.com

*culturizando.com

*historia.nationalgeograpic.com.es