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José María Ibáñez.

domingo, 30 de septiembre de 2018

LOS OLVIDADOS DE CHERNOBYL

Amado Carbonell Santos

32 años nos separan ya del fatídico día en el que la directiva de la central atómica de Chernobyl, decidió realizar un simulacro de corte de energía, dejando sin control el sistema de refrigeración del reactor 4 de la central, y por ende, provocando una reacción en cadena que culminaría en la explosión de dicho reactor a causa de la sobreacumulación de Hidrógeno; un incidente de nivel de gravedad 7, el cual, ha sido el único de tal magnitud hasta la fecha, y que provocó la liberación de vapor y polvo radiactivo que rodeó todo el planeta en menos de 48 horas. Dicha propagación llegaría a alcanzar a nuestro país, provocando en algunos casos precipitaciones de lluvia ácida.
Reactor nº 4. Foto: www.timetoast.com

En un principio, el gobierno soviético fue estrictamente severo con los operarios que fueron destinados a realizar la limpieza e inicio de la construcción del sarcófago de hormigón del reactor 4 para sellar cualquier filtración a la atmósfera, para que no revelasen a la prensa u otros medios de comunicación el número real de fallecidos a causa de los efectos de la radiación.

A consecuencia de tal fatídico incidente, la ciudad más próxima a Chernobyl, Pripyat, fue evacuada de inmediato, aunque sus habitantes ya habían sido bañados por la radiación de la explosión, experimentando terribles y dolorosas quemaduras, y alteraciones en el ADN desencadenando malformaciones en los recién nacidos.

Tras la evacuación de todos los habitantes, lo único que quedó en la ciudad fueron los vestigios de lo que una vez fue la urbe donde residían los trabajadores de la central de Chernobyl, paralizados y olvidados por el propio paso del tiempo.

Escuelas, hospitales, residencias…, bloques de edificios completamente abandonados, donde los pocos privilegiados que pueden visitarlos, por supuesto acompañados por un guía que conoce perfectamente el estado de las ruinas, y un contador Geiger para medir en todo momento el nivel de contaminación radiactiva existente en todas las zonas visitadas, observan con sorpresa y congoja como la vida y el tiempo se habían detenido y apartado del resto del mundo.
Pripyat. Foto: www.eluniversal.es

La mesa puesta en muchos de los pisos habitados, muñecas y juguetes en los patios de las escuelas, utensilios, herramientas y vehículos abandonados en medio de las calles son los últimos testigos de la frenética huida de Pripyat, que en sepulcral silencio reciben a los visitantes que se aventuran a caminar entre los vetustos edificios.

Y aunque parezca algo “obvio” en un lugar como este, los visitantes que regresan de Pripyat describen su aventura como desoladora e inquietante, ya que decían que se sentían en todo momento observados… tal vez sean las leyendas y la sugestión, o la propia sensación de desolación y muerte hacían que la mente comenzase a jugar con los sentidos, provocando así la sensación de estar constantemente observado desde algún rincón o columna oculta entre las sombras.

Pero al igual que otros grandes edificios (Como el hospital del Tórax de Terrassa, o el archiconocido sanatorio de Waverly Hills) donde el miedo y el sufrimiento han marcado a visitantes e investigadores, y se han registrado vídeos de figuras y sombras que en un principio no estaban allí. O audios con voces, gritos y llantos que erizan el vello de todo aquel que los escucha, Pripyat también esconde secretos que solo se muestran a aquellos que desean conocerla más “a fondo”.

Al ser una zona sensible a causa de lo sucedido en abril de 1986, se ha ganado el título de ciudad fantasma, y que por supuesto, ya cuenta con varias leyendas realmente interesantes…

Seguramente recordarán la tenebrosa figura de Mothman, el hombre polilla que aterraba a las gentes de la ciudad de Clendenin (West Virginia – EEUU) desde noviembre de 1966 y que se convirtió en una leyenda urbana mundial; pues bien, Pripyat cuenta con una leyenda similar conocida como “El Pájaro Negro de Chernobyl”, aunque en este caso, esta figura destacaba por asemejarse a un hombre alado carente de cabeza sobre sus hombros.
Mutación por radiaciones.
Foto: www.mutacionesrmbalejandro.blogspot.com

Sombras que aparecen en los oscuros pasillos y accesos de los edificios; gritos y voces que resuenan a través de los muros del tiempo en lugares puntuales; extrañas luces que sobrevuelan por la noche las ruinas del reactor nº4;  y según algunos investigadores, cuando comenzaban a manifestarse algunos sucesos como grabación de sonidos de baja frecuencia, disparo de sensores de presencia ubicados en corredores, o el aviso de detectores de variación de campos magnéticos ambientales, los contadores Geiger empezaban a indicar elevados grados de radiación y debían abandonar la zona de investigación a gran velocidad si no querían ser contaminados.

Algunos de ellos se aventuran a decir que la radiación podría ser usada como medio de comunicación de los “olvidados”, para dejar su voz y silueta en los instrumentos; en cambio otros investigadores más ortodoxos niegan tal actividad paranormal, y atribuyen tales registros a la propia acción de la radiación al entrar en contacto con los elementos sensibles de los instrumentos, creando falsos positivos.

Lo que sí se puede destacar es que tanto en la central de Chernobyl como en Pripyat y sus zonas colindantes, la muerte invisible acecha a cada instante al visitante, y bien cierto es que si su “mano” nos atrapa con su muda violencia, sufriremos la misma suerte que los “olvidados”, pues aunque pensar en que sus posibles entes vagan aun por pasadizos y corredores puede ser temible, no hay nada más aterrador que sufrir el azote de la radiación.

¿Quién será el siguiente en caminar entre las olvidadas calles y ruinas de Pripyat?



EL MISTERIO DEL USS CYCLOPS

Amado Carbonell Santos


USS Cyclops. Foto: www.wikipedia.org
Probablemente todos los amantes del misterio y las leyendas conoce las historias del Triángulo de las Bermudas, una zona comprendida entre las islas Bermudas, la isla de Puerto Rico y la península de Florida (EE.UU.), concretamente la ciudad de Miami, en la que enigmáticamente muchos aviones y buques han desaparecido misteriosamente, dejando únicamente un silencioso pecio en el fondo de ese área del Océano Atlántico, como muestra de su paso sobre dicho punto geográfico.

Estas historias y leyendas se remontan más allá de nuestra era tecnológica, pues antiguos navegantes ya hablaban de sucesos extraños y luces extraordinarias que emergían de las profundidades, que ascendían velozmente hasta perderse entre las nubes. Incluso el propio Cristóbal Colón, durante su primer viaje a las Indias, escribía que durante la noche unas curiosas luminarias se movían sigilosa y erráticamente sobre la superficie del agua.

Durante el siglo XX han desparecido decenas de aeronaves y embarcaciones en la zona del triángulo de las Bermudas, dejando la mayoría de ellos sus restos sobre la blanquecina arena del fondo oceánico, aunque hay un caso que todavía a día de hoy no se le ha podido dar una explicación concreta a su misteriosa desaparición, o porque no se hallaron restos de su naufragio. Estamos refiriéndonos a la misteriosa desaparición del carguero de la marina estadounidense  USS Cyclops.
Foto: www.learninghistory.com

En mayo de 1910, el USS Cyclops era botado desde los astilleros de William Cramp & Sons Engine Building de Filadelfia (EE.UU.) con la denominación AC-4, siendo diseñado para desempeñar labores de buque de abastecimiento de la clase Proteus.

Este tipo de navíos eran denominados como buque Collier, encargados de abastecer a los navíos que navegaban en alta mar, y precisaban de recargar su reserva de carbón para continuar su rumbo hasta llegar a destino.

Curiosamente, a lo largo de la Guerra Civil Mexicana estuvo destinado a realizar trabajos de patrulla y abastecimiento, así como también se utilizó de buque de rescate en el puerto de Veracruz.

En 1917, tras la entrada de los Estados Unidos en la Gran Guerra, fue designado como navío de transporte de carga con rutas de ultramar, y parte del convoy marítimo en las costas francesas durante los meses de mayo y junio de 1917. Al año siguiente, en 1918, se le asignó a navegar como buque de abastecimiento de los navíos británicos que operaban desde el puerto de Rio de Janeiro (Brasil).

A partir de este punto, la historia del USS Cyclops comienza a tomar un rumbo interesante, ya que tras navegar desde el puerto de Norfolk (EE.UU.) con rumbo a Río de Janeiro portando en sus bodegas un cargamento de minas marinas y combustible, zarpa de nuevo desde Brasil el 16 de febrero de 1918, realizando una recalada el día 20 en Salvador de Bahía, transportando en sus bodegas cerca de 10.000 toneladas de Manganeso, y  306 tripulantes a bordo.

Durante las maniobras de puerto para reiniciar su derrota, el capitán George W. Worley da aviso a puerto de la formación de una grieta en el cuerpo de la turbina de estribor, haciendo que el USS Cyclops solo pueda navegar con una de las dos hélices, por lo cual debía regresar a puerto para realizar las tareas de reparación pertinentes.

Tras ser puesto de nuevo en servicio, el 3 de marzo de ese mismo año realiza una escala no programada en las islas Barbados para informar al consulado estadounidense de que el USS Cyclops mostraba una línea de flotación que sobrepasaba la marca máxima de sobrecarga, pero aun así fue autorizado para reiniciar su rumbo hacia Baltimore (EE.UU.), zarpando el 4 de marzo desde Barbados y siendo avistado por última vez el 9 de marzo frente a las costas de Virginia por el buque cisterna SS Amalco.

A partir de ese momento, el USS Cyclops desapareció por completo, sin dejar rastro alguno de naufragio o colisión. Ni restos del buque flotando en la superficie o superviventes…  nada.

Por supuesto, tras este hecho en 1918 hasta hoy, las teorías sobre lo sucedido siguen sin dar una respuesta a dicha desaparición, ya que no podemos olvidar que el navío navegaba por las aguas del Triángulo de las Bermudas, haciendo que su historia y final sean aún más enigmáticos.

Las especulaciones y teorías de su hundimiento son de lo más variopintas…
Foto: www.history.com

-Capturado en una maniobra de contra espionaje.
-Abordado y hundido por piratas.
-Hundido por submarinos alemanes.
-Zozobrado por una gigantesca ola solitaria.
-Perdida de flotabilidad a causa de las emisiones de metano del lecho oceánico.
-Secuestrado por seres de otros mundos.

Si nos basamos en los hechos y la geometría de su casco, podríamos decir que la versión más plausible es la de la zozobra por ola gigante solitaria, ya que si tenemos en cuenta que entre el 9 y 10 de marzo una violenta tempestad de la cual no se esperaba que fuese tan intensa, y que el USS Cyclops estaba desprovisto de quilla (tenía provisto de casco y quilla planos), una ola de 30 metros de altura lo podría haber hecho escorarse hasta provocar la zozobra y hundirlo, aunque esto no explicaría la falta de restos o supervivientes).

Otra explicación plausible es la de las emisiones de metano, ya que si casualmente las burbujas de metano que se filtran por la corteza terrestre y emergen desde el lecho oceánico hasta llegar a la superficie, causarían una importante falta de flotabilidad del buque haciendo que perdiera su centro de gravedad y comenzase a inundarse provocando así su hundimiento. Este hecho tampoco explicaría que no hubiese restos tras el naufragio.
Foto: www.wakan.org

Ambos hechos podrían sustentarse con el hecho de que al norte de la isla de Puerto Rico existe una fosa de 8 kilómetros de profundidad, si alguno de estos hechos hubiera hundido al USS Cyclops sobre dicha fosa (conocida como la Trinchera de Puerto Rico, porque su forma recuerda a las trincheras de la Primera Guerra Mundial), sería imposible hallar su pecio al tratarse de una enorme extensión del fondo oceánico a una profundidad prácticamente abisal.

Pero su historia no acabaría aquí, pues el USS Cyclops tenía dos buques gemelos a él: El USS Proteus, el cual fue avistado por última vez  el 23 de noviembre de 1941, y el USS Neureus, avistado finalmente el 10 de diciembre de 1941, ambos también desaparecidos misteriosamente en las aguas del triángulo.

Lo que sí podemos decir con certeza es que el caso del USS Cyclops ha servido para aumentar un poco más el mito del misterio del Triángulo de las Bermudas, del cual, todavía hoy hay pilotos y marinos que cuentan que estando en el centro del mismo, y tras la súbita aparición de una densa niebla, los instrumentos y la electrónica hacen extraños parpadeos a la vez que la brújula deja por unos instantes de marcar al norte, avisándoles así de que están adentrándose en las enigmáticas aguas del Triángulo de las Bermudas.

Ahora la cuestión ni es quien será el próximo en adentrarse en sus aguas, sino quien tendrá la fortuna de poder regresar de ellas…



FUENTES:

-www.triangulo-bermudas.com
-www.history.com
-www.bermuda-attractions.com