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José María Ibáñez.
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jueves, 19 de mayo de 2022

EL ENIGMA DE LA TUMBA DE ALEJANDRO MAGNO (II)

 Esther Calvo

Grabado de Fragonard sobre el cuadro "Augusto
visita la tumba de Alejandro". Sebastien Bourdon.
1643. Museo del Louvre. wikipedia.org.


A la muerte de Ptolomeo I, su sucesor decidió trasladar los restos de Alejandro a Alejandría, puesto que con Ptolomeo II la capital se trasladó a esta ciudad, dado que tenía puerto y una estructura adecuada para ello. En el año 222 a.C. Ptolomeo IV, no contento con la grandiosidad de la tumba, mandó construir un mausoleo para Alejandro, llamado Soma, es decir cuerpo. Allí se le rindió culto sagrado por muchos años. Se sabe que el Soma estaba en el centro de la ciudad amurallada, cerca de los jardines de Shalalat, al sur de la Biblioteca de Alejandría. 

Tras decaer el culto a Alejandro, 69 a.C., Ptolomeo IX funde el ataúd de oro donde yacía el gran Alejandro, puesto que era una época económicamente difícil y necesitaba pagar tributos y ejército. Desde entonces el macedonio reposó en un ataúd de cristal.

LLegamos al año 48 a.C., llega Julio César a Alejandría, depone a Ptolomeo XIII y nombra a Cleopatra Faraona de Egipto. El resto de la historia de Julio César, Cleopatra y Marco Antonio la trataremos en otro lugar. En el año 30 d.C. se rompió el triunvirato, Octavio derrotó a Marco Antonio, éste y Cleopatra se suicidaron. Octavio Augusto visita la tumba de Alejandro en Alejandría y requiere que saquen el cadáver del sarcófago para rendirle un homenaje. Cuando Augusto hace ademán de acariciar la cara del Magno, le rompe la nariz, todo esto está documentado en las crónicas de la época. Así pues se sabe que todavía en tiempo de Octavio Augusto, Alejandro reposaba en Alejandría.

Realizaremos un salto de dos siglos, S. III d.C. Séptimo Severo visitó la tumba y queda asombrado de la vulnerabilidad de la tumba, la cual corría peligro de saqueo y de profanación, ordena sellarla para que no sea tan fácil el acceso. Poco tiempo después el emperador Caracalla visita el recinto funerario y deja allí su anillo de emperador y su cinturón. Tras esta época, comienza la decadencia de Roma, hay revueltas y Alejandría no iba a ser menos. Aureliano arrasa la ciudad y empezamos a perder la pista de los restos de Alejandro.

En el 365 se origina un tsunami debido a un terremoto en Creta, Alejandría es arrasada por el agua y queda destruido el Soma. A partir del S.V. Libano de Antioquía menciona en un discurso dirigido a Teodosio, que el cadáver de Alejandro se hallaba expuesto públicamente en Alejandría. Teodosio ya es un Emperador cristiano y prohíbe los cultos paganos. Alejandro era un culto pagano. Puesto que se le adoraba como semi dios y además como Faraón.

En la expedición que condujo Napoleón en 1798, se descubrió un antiguo sarcófago vacío situado en una capilla en el patio de la mezquita de Atarina en Alejandría. Los habitantes de la ciudad, aseguraban, basándose en la creencia medieval de que el gigantesco sarcófago se había quedado limitado a una pequeña capilla, que se trataba de la tumba de Alejandro Magno. No obstante, los arqueólogos que acompañaban a Napoleón, albergaban sus dudas y no fueron capaces de resolver el rompecabezas todavía vigente.

El 28 de febrero de 2019 "National Geographic" publicaba un artículo titulado "Descubren en Egipto nuevas pruebas de la tumba perdida de Alejandro Magno". Tras catorce años de excavaciones en los jardines de Shalalaat, Calliope Limneos-Papakosta, arqueóloga griega, ya se despedía tras una excavación larga y frustrante, cuando la tierra se movió y asomó un trozo de mármol blanco. Resultó una estatua de la época con las distintivas propias de Alejandro Magno, esto ha servido para que la señora Limneos-Papakosta, siguiera adelante, tras diez metros bajo la ciudad moderna, se han logrado desenterrar los muros que sirvieron de base a una gran estructura, ¿un gran edificio?. ¿Estará más cerca de lo que cree la señora Limneos-Papakosta, la tumba del gran Alejandro? Sólo la constancia y el tiempo harán realidad su sueño.


Fuentes:

*Fernando Navarro. Historiador.

*"Misterios de la Historia". Plataforma Vilma.

*ABC Historia, "La tumba de Alejandro Magno el rompecabezas que tampoco Napoleón supo resolver".

*National Geographic.


 

 


sábado, 19 de febrero de 2022

HISTORIA MILENARIA DEL PUEBLO MUISCA

 Esther Calvo



Pedro Szekely from Los Ángeles. USA. Gold Museum, Bogotá
wikipedia.org



Bogotá, nombre de la capital de Colombia, proviene  de la palabra bacatá, un vocablo chibcha que significa “campo para sembrar”. Dicha localidad se encuentra en el departamento de Cundinamarca, a 2.625 metros sobre el nivel del mar. Situada en lo que geológicamente se llama el altiplano cundiboyacense.  En esta ciudad, se encuentra  el Museo del Oro, en cuyas instalaciones se puede recorrer el pasado de los pueblos precolombinos, entre otros,  los chibchas o muiscas.

Para quien desconozca la historia precolombina, esta se divide en el periodo premuisca, etapa en la cual llegarían los primeros pobladores desde Centroamérica al altiplano cundiboyacense, se estima que hace 18.000 años, aproximadamente. De acuerdo con los yacimientos arqueológicos, esta época comprende diferentes periodos de ocupación humana:

Periodo Paleoindio: Como se ha apuntado antes, los primeros pobladores  llegaron desde Centroamérica,  entre el Pleistoceno tardío e inicios del  Holoceno, se corresponde con el periodo arcaico de América.  En el yacimiento de Tibitó (Tocancipá), a 47 kilómetros de Bogotá, se ha hallado un sitio de matanza de megafauma pleistocénica. Estos grupos humanos se asentaron principalmente al interior de abrigos rocosos, sobreviviendo gracias a la caza del caballo americano, el venado gris, y especies menores como el armadillo, el zorro cangrejero y el perro de monte.

Periodo Paleoarcaico: Con el inicio del Holoceno, hacia el 10.000 AC, se extinguieron los mastodontes y el caballo americano. La temperatura y la humedad aumentaron, favoreciendo el incremento de bosques de encenillo y roble colombiano, que desplazaron la zona de páramo entre 300 y 400 metros, hacia alturas superiores a 3600 metros. En ese momento, los grupos humanos empiezan a darle mayor importancia a la recolección, y se inicia la domesticación del curí o conejillo de indias.

El sitio arqueológico de "El Abra", entre Tocancipá y Zipaquirá, revela vestigios de una cultura conocida como "abriense", de la cual se han hallado restos a lo largo de una amplia zona geográfica, incluso hasta las riberas del río Magdalena. Esta cultura, cuya antigüedad está calculada en unos 12.000 años, habitaba abrigos rocosos, pero no de forma permanente, sino ocasional.

Periodo Herrera: Se trata de un grupo humano agroalfarero que ocupó un extenso territorio. De este período se ha encontrado cerámica pintada con motivos geométricos y restos de pequeños caseríos sobre terrazas artificiales. También se constata el progreso de las prácticas agrícolas, en especial el cultivo del maíz y la domesticación del Pisco o Pavo americano. Se encuentran grandes vestigios de la Cultura Herrera-Prechibcha en los alrededores de la ciudad de Tunja y el valle de Hunza.

Civilización muisca: Entre el 500 AC y el 800 dC., llegó una nueva oleada de pobladores al altiplano, cuya presencia está indicada por cerámica pintada y por obras de adecuación agrícola y de vivienda. Estos nuevos pobladores eran los muiscas, (el significado de esta palabra en chibcha quiere decir hombre o gente),  pertenecientes a la familia de lengua chibcha. En el ámbito académico ha sido aceptada la idea de que el término chibcha se emplea para designar a la familia lingüística de la cual los muiscas forman parte, aunque, en el ámbito popular, «muisca» y «chibcha» siguen siendo términos sinónimos, de amplio y extendido uso.

Al parecer los muiscas se integraron a la población que ya habitaba el territorio. La familia de pueblos chibchas incluye a los indígenas de la Sierra Nevada, Santa Marta, (Kogui,Ijka,Wiwa y Kankuamo) y la vertiente de la Sierra Nevada del Cocuy (U’wa, o Tunebos, y Guanes ), además de los Laches entre otros. El territorio del actual departamento de Cundinamarca fue ocupado por una gran variedad de culturas: muiscas, panches,  tapaces  o colimas, muzos y otras tribus.

La transición entre el "Período Herrera" y el poblamiento muisca se dio de forma paulatina, ya que en algunas zonas coexistieron por algún tiempo. Finalmente se generalizó la cerámica que se asocia con los muiscas, al menos en el departamento de Cundinamarca, en un territorio mucho menos extenso, pero eventualmente más densamente poblado que el del "Período Herrera", en particular durante el período muisca tardío (1200 a 1600 d.C.). Este panorama, en el que el territorio de Cundinamarca fue ocupado por varios grupos, coincide con el que se registró en el momento de la llegada y colonización de los europeos.

El mito de El Dorado: Cada año, el cacique de Guatavita, celebraba una ceremonia en la cual cubría su cuerpo con una sustancia viscosa  y se aplicaba oro en  polvo, el Hombre Dorado, le llamaban. Dispuesto y solo en una balsa, era transportado al centro de la laguna de  Guatavita. Una vez allí se sumergía dejando una bellísima estela dorada que cubría toda la laguna, esta  ceremonia dedicada a la divinidad, fue el origen del mito de El Dorado. Corrió entre los españoles la leyenda de una ciudad dorada, con piedras preciosa y riquezas inimaginables. La codicia de los soldados pondría en marcha muchas expediciones a la búsqueda de la fabulosa ciudad. Recordemos la famosa odisea de Lope de Aguirre “El Loco”, a quien se acusó de ejecutar violentos asesinatos selectivos  para lograr ser el líder de  uno de los viajes en busca de El Dorado. También encabezó una rebelión contra la monarquía española, razón por la cual fue asesinado en Barquisimeto, la actual Venezuela.

Dios o civilizador: La religiosidad de los indígenas contemplaba varios dioses uno de ellos fue Bochica. Según este mito, desde los llanos del Oriente llegó a la Sabana de Bogotá,  hace mucho tiempo, un hombre desconocido, de piel blanca y ojos azules, con el cabello y la barba larga hasta la cintura, cogida la cabellera con una cinta, con los pies descalzos, y vistiendo una manta o túnica hasta las pantorrillas, atada con un nudo sobre el hombro derecho. Entró por el pueblo de Pasca, y de allí pasó a Bosa, donde se le murió un camello que traía, cuyos huesos conservaron los muiscas. Este hombre, conocido como Bochica, recibió otros nombres, como Chimizapagua (que quiere decir «mensajero de Chiminigagua»), Nemqueteba y Xué.

Bochica les enseñó a los muiscas a hilar algodón y tejer mantas, pues antes de esto, se cubrían con unas planchas burdas de algodón en rama, atadas con cordezuelas de fique. Desde Bosa fue a Fontibón, Funza y Serrezuela (actual Madrid, Cundinamarca) y Zipacón, desde donde tomó rumbo hacia el Norte. En Cota duró algunos días enseñando a un gran número de gente de todos los pueblos vecinos. Allí habló desde un promontorio alto, al que le hicieron un foso alrededor de más de dos mil pasos para que la gente no lo atropellase y pudiese hablar libremente. En ese sitio hicieron después un santuario. Por las noches, dormía Bochica en una cueva a las faldas de una de las montañas que circundan a Cota. Después prosiguió su viaje hacia el Nordeste, hasta llegar a la provincia de Guane, en el actual departamento de Santander y desde Guane se volvió hacia el Este y entró en la provincia de Hunza  actual Tunja en donde continuaría su labor de enseñanza y guía espiritual, para luego dirigirse al valle de Sogamoso  en donde desapareció.

“Los muiscas: la historia milenaria de un pueblo chibcha”

“En mayo de 2019,  Carl Henrik Langebaek Rueda, antropólogo y vicerrector académico de la Universidad de los Andes, presentó su libro Los Muiscas: la historia milenaria de un pueblo chibcha. “Aunque las condiciones de trabajo de los muiscas para sobrevivir fueron difíciles, según muestran sus restos óseos, este grupo indígena del altiplano, nunca tuvo problemas de desnutrición.

En este libro, el autor intenta desmontar mitos alrededor de una cultura de la que poco se conoce. Se dice que la población indígena tenía problemas de alimentación, un alto nivel de enfermedades y que tenían una organización en la que unos caciques ejercían el poder.

Sin embargo, en ‘Los Muiscas’ se evidencia una diversidad de productos además del maíz que confirmarían que no sufrieron problemas de nutrición. Se nombra por ejemplo a la papa, los fríjoles, tubérculos, ahuyama, calabaza y una variedad de plantas. Sobre la comida de origen animal se halló el consumo de peces, curí, venado y aves.

“En la sociedad muisca había un proyecto colectivo y los líderes trabajaban en torno a intereses comunales. Langebaek explicó que había diferencias sociales, pero no el abuso por parte de unos pocos.”

Además, se resalta una estricta división de género en el trabajo y algunos entierros dejan entrever un prestigio notable de algunas mujeres y un sistema de filiación a través de la madre.

En Cundinamarca y Boyacá alcanzaron a habitar entre 4 y 8 millones de personas del pueblo muisca. Los primeros llegaron desde antes de la aparición de la agricultura y la cerámica, provenientes de sociedades centroamericanas que se desplazaron hacia Suramérica y se mezclaron con habitantes de esa región.

Los muiscas no han desaparecido. Los recientes estudios indican que se transformaron en campesinos y se mezclaron con población de origen europeo. De hecho, durante la conquista este grupo transformó completamente su mundo, cuando las élites indígenas se incorporaron al mundo colonial.

De la mano de la arqueología, el autor describe el origen genético, la cultura y costumbres para acercar estos conocimientos y entender los orígenes de esta parte de la sociedad colombiana. El libro deja ver también las herencias de ese grupo en la organización de hoy: pautas de alimentación, costumbres y formas de ver el mundo.

 

Fuentes:

*https://uniandes.edu.co/es/noticias/historia-lenguaje-y-cultura/los-muiscas-un-viaje-a-nuestros-origenes

*https://es.wikipedia.org/wiki/Muiscas

*Los Muiscas: la historia milenaria de un pueblo. Autor: Carl Henrik Langebaek Rueda.

viernes, 11 de febrero de 2022

SES PAÏSES, UN POBLADO TALAYÓTICO EN MALLORCA Y SU LEYENDA

 Esther Calvo


Foto: Archivo Esther Calvo


Si bien desde 7.200 años a.C., hay huellas de la presencia del hombre en Mallorca, no es sino hasta 3.000 años a.C., coincidiendo con el desarrollo del Homo Sapiens, se encuentran indicios de pequeñas colectividades organizadas entorno a la ganadería y la agricultura. La cultura talayótica es una etapa que se desarrolla en Mallorca y Menorca durante la Edad de Bronce y Edad del Hierro. Dicha cultura no tiene representación en la Isla de Ibiza.

El talayot es un elemento arquitectónico que da nombre a la etapa cultural. Son los monumentos más numeroso de la Menorca prehistórica (más de 300 años), pero debido a la falta de excavaciones, se puede decir que son las estructuras más desconocidas del período. Con recientes excavaciones parece que su origen debe situarse a finales del II milenio a.C. y perdurarían en uso hasta más o menos el 500 a.C.

En Mallorca se dan tres yacimientos talayóticos: Capocorb Vell en Llucmajor, la necrópolis de Son Real en Santa Margalida y el poblado de Ses Païses en Artá, del cual hablaremos a continuación.

Ses Païses, situado a la salida de Artá-Capdepera, dentro de un bosque de encinas sobre una pequeña colina. El conjunto arqueológico tiene una antigüedad de más de 3.000 años y fue declarado en 1946 Monumento Histórico-Artístico. Entre 1959 y 1963 el profesor italiano Giovanne Lilliu hizo importantes descubrimientos sobre sus construcciones.

El poblado talayótico de Ses Païses se formó alrededor de un talayot central, de planta circular, edificación que domina el conjunto cumpliendo su misión principal de defensa y vigilancia. Se fue desarrollando con la construcción de diversas habitaciones, una sala hipóstila y una muralla defensiva. Según Giovanne Lilliu, el recinto fue utilizado hasta el siglo II o I a.C, época en que sus habitantes junto con los de otros poblados de la zona se establecieron a los pies de la colina de Sant Saldador, donde hoy se ubica el pueblo de Artá.

Es uno de los mejores conservados, dado que desde su abandono definitivo, a mediados del siglo I d.C. no fue reocupado, excepto ocasionalmente: junto a la puerta central se localizó una cabaña árabe y alguna actividad de carboneros como horno de cal. En realidad la vida del poblado se cortó bruscamente con la conquista romana en el 123 a. C. Pero un pequeño núcleo pervivió hasta que los romanos fundaron un nuevo asentamiento en la actual villa de Artá, bajo el monte de Sant Salvador. Donde, por cierto, también se puede ver una muralla talayótica utilizada como fundamento de la muralla medieval. Ses Païses cayó finalmente en el olvido, pero hoy en día es uno de los yacimientos fundamentales para comprender el modo de vida de los talayóticos y baleáricos.

El poblado talayótico de Ses Païses en Artá es uno de los asentamientos más extensos. Es referencia y representa bastante bien la estructura típica de estos núcleos de población, se puede apreciar la buena conservación de su recinto amurallado y de las construcciones internas, muchas todavía por excavar. De hecho fui de visita este verano pasado y había un grupo de personas trabajando en él. El poblado tiene forma elíptica, con 13.500 m2 y un perímetro de muralla de 374 metros. Las excavaciones realizadas en él permitieron establecer una completa cronología desde las primeras etapas del talayótico hasta la romanización. Se calcula que estaba ocupado por unas 59 habitaciones, lo que supondría una población aproximada de 325 personas.

Lo primero que llama la atención es el gran portal ciclópeo (orientado al SE), que igual que esa parte de muralla se conserva en muy buen estado. Como ya se ha apuntado, el poblado funcionó durante todo el largo período talayótico. hasta el I a.C., cuando coincidiendo con la romanización fue abandonado.

Una vez dentro del recinto, hay que distinguir una primera zona de habitáculos, junto al gran talayot central. Una sala hipóstila adjunta y otro grupo de habitaciones situado en la parte sudoeste de la muralla. El talayot central y las habitaciones adosadas pasarían a formar parte, entre los siglos VIII-V a.C., de un complejo de casas propiedad del jefe dirigente o autoridad clánica del poblado según algunas teorías.

El talayot, que ocupa una posición un tanto excéntrica en el centro del poblado, se configura como el elemento constructivo dominante alrededor del cual se agrupan las otras habitaciones del conjunto central, corresponde a la época más antigua del asentamiento. De planta circular, el talayot forma una torre troncocónica de unos 4,5 metros de alzada, con un volumen superior a los 400 metros3. En la parte inferior de la cámara interior transcurre, entre dos contrafuertes, un pasadizo de baja altura que comunica el talayot con la Sala Hipóstila.

Adosado a los muros del talayot, en su parte exterior, se construyó un contrafuerte, el cual hace suponer podría tratarse de una rampa para dar acceso a una hipotética cámara situada en la parte superior de la torre. La habitación en forma de herradura, adosada al talayot y a la sala hipóstila, está compartimentada en dos habitáculos. Pertenece a los primeros momentos del Talayótico. Esta habitación fue reutilizada posteriormente (siglos III-II a.C.) y se introdujo en ella una tumba de incineración (el ritual utilizado era de influencia griega) con ajuar cerámico y un casco de bronce decorado. La sala hipóstila es de planta absidal y presenta tres columnas y seis pilastras que sostenían una cubierta de la cual no quedan restos. Su datación cronológica se sitúa entre los siglos VIII-V a.C.

A unos treinta metros del talayod central encontramos un segundo grupo de edificaciones denominadas Habitaciones de Planta Absidal, constituido por dos habitáculos. El primero de ellos, de unos quince metros de largo, es el más grande hasta ahora recuperado, ubicado entre dos tramos de la muralla, su interior aparece compartimentado en tres partes. En cuanto al otro habitáculo, a pesar de no estar acabada su excavación, se pueden distinguir claramente su configuración y dependencias.

El material hallado en Ses Païses demostró una vez más la existencia de una fase inicial talayótica en que la cerámica es de producción propia, lisa y hecha a mano. En el período final (V-I a.C.) todo cambia, con la aparición de piezas importadas, cada vez más frecuente a medida que se aproxima el cambio de era.

Hasta aquí lo que se refiere a la paleoantropología. Siglos más tarde, este poblado tiene su leyenda, compuesta por el poeta mallorquín Miquel Costa y Llobera, en su obra "La Deixa del geni grec" o "Legado del genio griego", cuenta la historia de Nuredduna, una sibila del poblado que ve llegar al poblado desde el mar, algunos hombres de la tribu con prisioneros maniatados. La vidente y sacerdotisa de la tribu, sabía el final de los desgraciados que acababan de recalar en una de las islas Gimnesias, o de los hombres desnudos, como eran llamadas nuestras islas por los griegos.

Era un día señalado para el sacrificio, entre los presos, destacaba un joven que con manos temblorosas se aferraba a una lira. Se realizan todos los preparativos para ofrecer la sangre de los prisioneros a los dioses. Mientras el joven canta con dulce voz una canción de despedida.

Nuredduna conmovida por el joven, habla a toda la tribu diciendo: "¡Escuchadme sacerdotes y guerreros! Preciso es que este joven cantor de los extranjeros aquí la sangre no derrame. Como víctima escogida el Dios Ignoto quiere ahora que lo entreguemos con vida allá dentro de la gran cueva, su templo misterioso. Allí en días de angustias un pueblo temeroso penetra para dejarle la víctima más pura. Dejemos vivo a este joven dentro de la caverna oscura". Al final, vuelve Nuredduna a la cueva que está cerca del mar y salva al joven y le muestra un pequeño bote que le espera para llevarlo de regreso a su hogar.

La tribu descubre la trama y apedrea a Nuredduna que huye adentrándose cada vez más en la cueva, donde encuentra la lira sobre el altar. Ella se sienta sobre el altar, abrazada a la lira esperando su fin.


FUENTES:

*museos.wiki.com

*reservation.com

*"La vuelta a Mallorca en 80 rutas". 2ª edición ampliada y actualizada. José María Ibáñez. Anima Ignis Ediciones.

*balearesantigua.com

*"Conferencia Javier Aramburu Zabala"

*historiademallorca.com








sábado, 15 de enero de 2022

CUERPOS INCORRUPTOS Y EL MISTERIO DE LAS MOMIAS DE LA CUENCA DEL TARIM (CHINA).

Esther Calvo

Vista aérea del cementerio de Xiaohe en el
desierto de Taklamakán (China).
Wenying LI, Instituto de Arqueología y Antigüedades Culturales
de Xinjiang. (El País 27-10-21).


Cuando hablamos de cuerpos incorruptos estamos describiendo una propiedad del cuerpo humano que consiste en no descomponerse a pesar de haber muerto. Un ejemplo lo tenemos en nuestra ciudad de Palma, en el Convento de Santa Magdalena, donde yace en un sepulcro de cristal nuestra "Beateta", Santa Catalina Thomàs, cuyo cuerpo ha vencido el paso de los siglos. En varias religiones se cree que la intervención Divina ha elegido a santos y santas, o destacados personajes, para que sus cuerpos permanezcan incólumes hasta el fin de los tiempos.

Lo cierto es que no, los científicos, antropólogos forenses y paleo antropólogos tienen otra visión. La momificación natural se debe a las condiciones del entorno, la falta de oxígeno, la sequedad del ambiente, la tierra con la que se ha cubierto el cadáver, la ausencia de gérmenes y de insectos, todo esto unido a que en el cuerpo no hubiesen grasa. Estas condiciones suelen darse en las criptas, monasterios y capillas de ahí que puedan encontrarse cuerpos incorruptos.

Vamos a ver otro ejemplo de momificación natural, que además entrañaba un misterio hasta hace poco tiempo, puesto que al tener rasgos diferentes a los pueblos aledaños, no se sabía exactamente de donde provenían. Las momias, fueron encontradas en la actual región autónoma de Sinkiang, en la cuenca del rio Tarim en China. En un principio se pensó que su origen  se encontraba al oeste de Eurasia, y se les consideró  una de las culturas indoeuropeas más antiguas, de la que se tiene conocimiento.

El río Tarim cruza la región autónoma de Sinkiang en China, a fines del S.XIX y principios del XX, unos exploradores descubrieron las primeras momias desecadas en un asentamiento perteneciente a la cultura Qäwrighul, aunque la investigación y los descubrimientos arqueológicos no se produjeron hasta los años 70 del pasado siglo, donde se pudo comprobar que muchos de estas momias tenían más de 4.000 años de antigüedad. Concretamente en 1978 una serie de descubrimientos comenzaron a poner en duda las teorías del aislamiento que se tenía sobre la cultura del lejano Oriente. El hallazgo de una serie de momias de rasgos europeos provocaba un cambio en las historia de las migraciones desde occidente. Pero a estos descubrimientos no se le dio la importancia que verdaderamente tenían y las momias fueron depositadas y casi olvidadas en un museo, hasta que Victor Meir, experto en análisis de textos chinos antiguos, reparó en ellas, pero debió pasar mucho tiempo para realizar las prácticas de ADN y se pudiese dar información científica sobre el descubrimiento.

Estas personas tenían rasgos claramente europeos, pelo castaño o rubio, y nariz larga. Fueron enterradas en la actual región autónoma de Sinkiang, en la cuenca del río Tarim, una zona agreste y árida, del desierto de Taklamakan de China. Eran casi 200 momias y todas conservaban aún las ropas con las que habían sido enterradas, entre las particularidades de estos cementerios está el hecho de que no tienen lápidas, sino unos postes de casi 4 metros de altura. Al pie de cada poste había barcos colocados boca abajo y cubiertos con pieles. 

Dentro de cada barco ataúd estaban los bienes de la tumba. Los cuerpos se han encontrado boca abajo y vestidos con sombreros con plumas, gorros con adornos, grandes capas de lana con flecos, botas de cuero, incluso prendas de ropa interior. Cada barco ataúd contenía ofrendas funerarias como cestas, máscaras talladas y restos de efedra, una hierba que pudo ser utilizada con fines medicinales o para “rituales”. En los ataúdes de las mujeres, se encontró uno o más falos de madera colocados en el cuerpo o a su lado. 

Mirando de nuevo la configuración de los 13 postes que se elevan al pie desde la proa de la embarcación de cada mujer, los arqueólogos concluyeron que los postes eran de hecho gigantescos símbolos fálicos. Los barcos de los hombres, por otra parte, en todos los que había debajo de los postes tenían tapas de cuchilla. A primera vista parecían  remos, pero eran vulvas simbólicas que coincidían con el sexo opuesto, por encima de los barcos con los símbolos de la mujer. 

El conjunto del cementerio fue cubierto con un simbolismo sexual flagrante, científicos aseguran que esto refleja la importancia que la comunidad daba a la fertilidad. Pero parece que han tenido en particular un respeto de la fertilidad, ya que varias mujeres fueron enterradas en ataúdes de doble capa, con un ajuar funerario especial. Viviendo en un entorno tan duro, la mortalidad infantil debió haber sido alta, por lo que la necesidad de la procreación, sobre todo en función de su situación aislada, habría sido grande, aquellas mujeres que fueron capaces de producir y criar hijos hasta una edad adulta habrían sido especialmente veneradas.

Se realizó un estudio sobre su ropa y los objetos enterrados con las momias y se puede asegurar que se dedicaban al pastoreo y a la ganadería, lo que demuestra que éstos se habrían desarrollado en la zona mucho antes de lo que se creía. Igualmente los objetos de bronce enterrados junto a los cuerpos demuestran que este metal fue introducido en China por este grupo de origen desconocido. Estas momias han desconcertado durante mucho tiempo a los científicos y han inspirado numerosas teorías sobre su origen. El estudio genómico de los cuerpos  de la cuenca del Tarim, ha desvelado que esos enigmáticos restos humanos pertenecen a una población indígena de la Edad del Bronce, estaba genéticamente aislada pero era culturalmente cosmopolita. 

Las conclusiones del estudio, publicadas el pasado día 24 de octubre de 2021 en NATURE, se basan en el primer estudio genómico de las poblaciones prehistóricas de la región autónoma de Xianjiang, Uyghur, situada en medio de la Ruta de la seda y considerada un cruce de caminos para la cultura, la agricultura y los idiomas de Oriente y Occidente. Dichos restos humanos momificados de forma natural, datan de entre 2.000 AC. - 200 DC

Como ya se ha dicho más arriba de aspecto “occidental”, ropas de lana, fieltro y una economía basada en el ganado vacuno, ovino y caprino, el trigo, la cebada el mijo y el queso kefir. Algunos científicos creen que por el ganado y su inusual aspecto físico, podría tratarse de pastores de la Edad del Bronce, procedentes de las estepas rusas que en pocos siglos se propagaron por el resto de Euroasia. Otros sitúan su origen entre las culturas de los oasis del desierto de Asia Central del Complejo arqueológico de Bactriana -Margiana (BMAC) un grupo con fuertes vínculos genéticos con los primeros agricultores de la meseta iraní.

Para comprender mejor el origen de la población fundadora de las momias de la cuenca del Tarim, investigadores de la Universidad Jilin, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (Alemania), de la Universidad de Seúl (Corea) y de la Universidad de Harvard analizaron el genoma de trece momias fechadas entre el 3.000 y 2.800 AC de la vecina cuenca de Dzungarian

Los investigadores descubrieron que no eran foráneas, sino que parecían ser descendientes directos de una población del Pleistoceno que estuvo muy extendida y que había desaparecido en gran medida al final de la última Edad del Hielo. Esta población, conocida como los antiguos euroasiáticos del norte, sigue presente en los genomas de las poblaciones actuales, especialmente indígenas de Siberia y América, que tienen las proporciones más altas (40% aproximadamente).

En contraste con las poblaciones actuales, las momias del Tarim no muestran evidencias de mezcla con ningún otro grupo del Holoceno, sino que forman un aislamiento genético desconocido hasta ahora y que probablemente sufrió un cuello de botella genético extremo y prolongado antes de asentarse en la cuenca del Tarim. Por el contrario, el análisis de los restos de los individuos de la vecina cuenca de Dzungarian demostraron que eran descendientes de las poblaciones locales y de los pastores esteparios occidentales, los afanasievo, un grupo con fuertes vínculos genéticos con los yamanya de la Edad del Bronce Temprana. “Estos hallazgos contribuyen a nuestra comprensión de la dispersión hacia el este de los ancestros yamnaya y de los escenarios en los que se produjo la mezcla cuando se encontraron por primera vez con las poblaciones de Asia interior” afirma Chao Ning, coautor del estudio y profesor de la Escuela de Arqueología y Museología de la Universidad de Pekín

El estudio revela que los grupos de la cuenca del Tarim estaban aislados genéticamente pero no culturalmente, como demostró el análisis proteómico de su cálculo dental que confirmó que estos individuos practicaban la cría de ganado vacuno, ovino y caprino. Conocían bien diferentes culturas y tecnologías de su entorno. Crsitina Warinner, autora principal del estudio y profesora de la Universidad de Harvard, concluye “Pese a estar genéticamente aislados, los pueblos de la Edad del Bronce de la cuenca del Tarim, eran notablemente cosmopolitas desde el punto de vista cultural”.


FUENTES:

https://www.ecured.cu/Momias_De_Tarim.

https://republica.com 2021/10/27 Fin del misterio.

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