LA REALIDAD OCULTA

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SEPARA LA REALIDAD DE LA FANTASÍA.
José María Ibáñez.

miércoles, 22 de diciembre de 2021

PALACIO BAROLO. HOMENAJE A LA DIVINA COMEDIA DE DANTE (I)

 José María Ibáñez

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"El Infierno representa el mundo profano, el Purgatorio comprende las pruebas iniciáticas, y el Paraíso es la morada de los perfectos, en los cuales hallan su conjunción más lograda la inteligencia y el amor".

Eugéne Aroux.


En pleno centro neurálgico de la ciudad de Buenos Aires, la Avenida de Mayo, se yergue majestuoso el Palacio Barolo. Este monumental tesoro arquitectónico, homenaje al poeta florentino Dante Alighieri, fue construido en 1923 por el arquitecto italiano Mario Palenti y financiado por el empresario téxtil, también de origen italiano Luis Barolo. El edificio representa la unión tántrica entre Dante y Beatriz, los protagonistas de la Divina Comedia.

Palanti, al margen de ser un ferviente seguidor de Dante y un gran estudioso de su obra, sobre todo de La Divina Comedia, al parecer, era miembro de la "Fede Santa", la misma sociedad secreta a la que había pertenecido el genio renacentista seiscientos años atrás.

Considerado como un gran iniciado, Dante Alighieri llegó a ser Gran Maestre de la "Fede Santa", en la que fue iniciado por el filósofo Brunetto Latini en el año 1290 y a la que también pertenecieron grandes genios de la literatura italiana como Bocaccio, Petrarca, Francesco de Barberito, Guido Cavalcanti y Dino Compagni. Según apunta René Guenón en su obra "El esoterismo de Dante", la "Fidel Sancta (Fede Santa en italiano), de filiación templaria laica o secular, era en tiempos de Dante algo similar a lo que más tarde se conoció como "Fraternidad de la Rosacruz", si es que ésta no se originó directamente de ella. Los miembros de la "Fede Santa" se autoproclamaban "Fedeli D´Amore", nombre con el que más tarde llegó a designarse a la propia orden, que constituyó el núcleo más duro del "dolce stil nuovo", la corriente literaria heredera del amor cortés y el esoterismo caballeresco.

Según el arquitecto Carlos Hilger (Arquitectos Europeos en Buenos Aires 1860-1940): "La planta del edificio fue construida sobre la base de la sección áurea y el número de oro, proporciones y medidas de origen sagrado (...) La distribución del edificio está basada en la métrica  de la Divina Comedia de Dante. En arquitectura esto se conoce como Danteum". Efectivamente, tanto la división general del edificio como la obra magna de Dante, se hallan divididas en tres partes: Infierno, Purgatorio y Paraíso. La planta baja y el subsuelo del Palacio Barolo representan el Infierno, donde se aprecian gárgolas, dragones, serpientes y, como cita Dante en su obra, nueve círculos de fuego. Las plantas 1 a la 14 simbolizan el Purgatorio; dos por cada una de las terrazas que se reflejan en la Divina Comedia. Y las plantas 15 a la 22, el Paraíso; ocho pisos, la misma cantidad de planetas que el poeta había identificado a finales del siglo XIII y principios del XIV.

Por otro lado, los cantos del poeta tienen 11 o 22 estrofas, coincidiendo con los módulos del edificio que están divididos en 11 módulos por frente, 22 módulos de oficinas por bloque y la altura es de 22 pisos. Los cantos de la Divina Comedia son cien, los mismos metros de altura del edificio. En cuanto a los nueve cielos de Dante, el arquitecto los representa de forma magistral, a través del faro compuesto por 300.000 bujías que corona el Palacio Barolo. Dichas bujías representan los coros angelicales y la rosa mística. Sobre el faro la constelación de la Cruz Solar, la entrada a los cielos que se alinea con el eje del Barolo en los primeros días del mes de junio, aproximadamente a las 19:40 horas. También son nueve las jerarquías infernales que plantea Dante. Y nueve son las bóvedas de acceso al edificio, que representan los distintos pasos de la iniciación.

Cada una de las seis bóvedas transversales, así como las dos laterales, contienen inscripciones en latín y se distinguen catorce citas de nueve obras distintas. Entre las bóvedas transversales, sobre las columnas, se observan cuatro lámparas sostenidas por cuatro cóndores y dos dragones, un macho y una hembra, que representan los principios alquímicos, el mercurio y el azufre, y sus atributos.

El arquitecto Palanti quería que las cenizas del iniciado florentino descansaran bajo la bóveda central del palacio. Para ello, creó una estatua de bronce de 1,50 metros de altura (Ascensión), como representación del espíritu del poeta, apoyando sus pies sobre un cóndor que lo transportaría hacía el Paraíso. Desde aquel lugar privilegiado: "Dante partiría hacía el Paraíso pasando por la Cruz del Sur". No pudo ser y las cenizas del gran poeta renacentista nunca salieron de la ciudad de Ravena, donde había fallecido el 13 de septiembre de 1321. El actual propietario de la estatua es un coleccionista que se niega a venderla a los actuales propietarios del edificio.

Recordemos que los cuatro capítulos de la "Vita Nuova", otra de las grandes obras de Dante, corresponden al primer grado de la iniciación de la "Fede Santa" (Feignare o Aspirante). Los capítulos 5 al 13 hacen referencia al segundo grado (Pregnare o Postulante). En los capítulos 14 al 17 se desarrollan simbólicamente el ritual y la doctrina del tercer grado (Entendiere u Oyente). Los capítulos del 22 al 29 se centran en el cuarto y último grado (Servius o Servidor). En los capítulos 30 al 34 los miembros de la orden narran sus experiencias personales durante el proceso de iniciación y entre los capítulos 30 al 39, los recién iniciados, se preparan para el retorno a la vida cotidiana. Como colofón, a lo largo de los capítulos que transitan entre 40 y el 42, el poeta nos conduce a través de distintos cantos espirituales de una gran elevación.

En el museo de Viena se conservan dos medallas; una con la imagen de Dante Alighieri y la otra del pintor Pedro de Pisa. Grabadas en el reverso de ambas las letras F.S.K.I.P.F.T. Según el ocultista francés René Guenón, estas letras pertenecen a las iniciales de "Fidei Sanctae Kadosh Imperialis, Principatus, Frater Templarius" (Consagrado a la Fe Santa, Príncipe Imperial, Hermano Templario).



FUENTES:

*Guenón, René. El esoterismo de Dante. Editorial Dédalo. 

*Ibáñez, José María. Enigmas y Misterios. 13 lugares malditos. Es Ediciones.

*palaciobarolo.com.ar

*Diario Clarín.


domingo, 19 de diciembre de 2021

LOS ALUMBRADOS, ILUMINADOS ESPAÑOLES Y EL PROTESTANTISMO

 Esther Calvo

Auto de fe presidido por
Santo Domingo de Guzmán
(Pedro Berruguete. Museo
del Prado. Madrid).


Este movimiento místico español tuvo origen en otro movimiento que ya recorría Europa occidental desde finales del S.XV, basado en las críticas a la ortodoxia oficial, tendía a valorar más la oración personal , el libre albedrío, la interpretación de los Evangelios, pero sobre todo, por la piedad tendente a que el alma se uniera a Dios sin intermediarios. Esta corriente europea, fue impulsada a principios del S.XVI, por los franciscanos españoles, quienes propugnaban un recogimiento interior en aras de que se llevara a cabo la unión del alma con Dios, con todo "dejamiento". Es decir, el alma era pasiva para darse a manos del Creador y hacer su voluntad. Sus practicantes fueron llamados los "recogidos".

Los "dejados" o "alumbrados"  fue la forma más radical de los "recogidos", Además de llevar su comunicación con Dios directamente, con total sumisión a la Voluntad Divina, pensaban que si eran conducidos por dicha voluntad, no hacía falta la participación en los ritos de la Confesión ni de la Santa Misa. Al ser una especie de religión personal puso a la Iglesia Católica  en alerta, el Santo Oficio, que al principio no quería saber nada  de dicho movimiento místico, hasta que se percataron de que algunas de las ideas de los "alumbrados", coincidían con las nuevas ideas del Protestantismo, por lo tanto vieron amenazado su poder sobre las personas y su posible desaparición, si el fenómeno se extendía.

Hacia 1511 Pedro Ruíz de Alcaraz y la hermana franciscana Isabel de la Cruz, organizaron el núcleo de Escalona y otras pequeñas ciudades en el centro de Castilla. El movimiento de los "alumbrados" tuvo la característica de atraer a la vez miembros, tanto de clases más populares, como otras más elevadas, clérigos de alto rango y nobles, el grupo de Guadalajara, estuvo bajo el mecenazgo del Duque del Infantado, en su palacio de Guadalajara. También el grupo de Escalona, fue protegido por el marqués de Villena, de quien hay constancia de ello, en su casa se practicaba el "dejamiento", lo cual consistía en conectar con un estado de pasividad, llevar a cabo un proceso de purificación para llegar al total sometimiento a DiosQuizás si no hubieran coincidido con el Protestantismo, los "alumbrados" habrían evolucionado de una forma parecida a los movimientos contemplativos o meditativos orientales.

A pesar de que el movimiento de los "dejados o alumbrados" fue muy diferente a las ideas Protestantes, puesto que los místicos no pretendían socavar ningún poder establecido, ni llevar acabo ninguna reforma, puesto que su interés prioritario era llevar a cabo una vida más sencilla y cultivar la fe de una forma más íntima y personal, rechazar la autoridad de la Iglesia sus dogmas y ataduras a los Sacramentos, interpretar de una nueva manera los Evangelios etc.

Creían en el contacto con Dios a través del Espíritu Santo, mediante visiones y experiencias místicas y en la oración mental, como más adelante los "quietistas". Teresa de Jesús, que como es sabido, se sumía en éxtasis y visones, fue sospechosa para la Inquisición.

El Santo Oficio, como se ha apuntado anteriormente, influenciado por el miedo a que el Protestantismo hiciera su entrada en España, decidió que los "iluminados españoles" podrían estar llevando a cabo prácticas heréticas, a causa de ello, en abril de 1524 se llevó a cabo la detención de los cabecillas del movimiento en Guadalajara, la franciscana Isabel de la Cruz y Pedro Ruíz Alcaraz, sentenciados en un auto de fe de 1529. Este mismo año fue apresada la beata Francisca Fernández, líder de la comunidad de Valladolid, poco después un seguidor suyo, predicador franciscano Francisco de Ortiz, fue detenido también.

 La beata incriminó a otros partidarios suyos, acusándolos de "luteranos", así fueron cayendo Bernardino Tovar, hermano del erasmista Juan Vergara. El Valladolid, María Cazalla, fue condenada bajo la acusación de "luteranismo" e "iluminismo", María aludió en su defensa que en su ciudad natal, "alumbrado" era sinónimo de ser persona devota y recogida, pero ello no le valió para librarse de ser torturada. Otros de los delatados por la beata Francisca Fernández fueron Juan Castillo y Miguel Eguía, impresor de la Universidad de Alcalá. Este último, tras pasar dos años en la cárcel de la Inquisición en Valladolid, fue absuelto en 1533.

En un informe de la Inquisición de Córdoba, escrito por los padres dominicos de Lucena en el año 1585, se acusó a los "alumbrados" "de comulgar sin confesar, dado que se consideraban personas justificadas y gracias a sus prácticas ya no podían pecar". 

 Otro grupo en Extremadura, liderado por Hernando Álvarez y Cristóbal Chamizo, clérigos de Llerena, quienes extendieron en la región extravagantes ideas y opiniones teológicas, halladas muy similares a la ideología de los "alumbrados", por la Inquisición: "al menosprecio de los preceptos divinos y a la profanación de los lugares más sagrados, unían una disolución carnal inconcebible, y las penitencias que en el confesionario propinaban, eran ayuntamientos sexuales de las confesadas con ellos mismos, enseñándoles que el Mesías había de nacer del comercio de una doncella con alguno de los confesores alumbrados".

El movimiento de los "iluminados" no tardó en disolverse, si bien la Inquisición no desaprovechó la oportunidad para llevar a cabo una purga en el alto clero español de ideas erasmistas, de paso también liquidó a los elementos más capacitados y abiertos de la Iglesia Española.

Tal vez calumniados, perseguidos, con razón o sin ella, la Inquisición cargó las tintas contra personas de buena fe, quienes deseaban buscar su Luz interior, "la luz Tabórica de la Transfiguración".


 FUENTES:

*Una historia de las Sociedades Secretas Españolas. Autores: León Arsenal e Hipólito Sanchiz, con la colaboración de Fernando Prado. Edición 2015. Ed. Prisma 2002, S.L. Edición anterior: Zenith -Planeta.

*wikipedia.org

*Los alumbrados” Mario Satz. 2004. Editorial Miraguano Ediciones

 


martes, 14 de diciembre de 2021

MIGUEL DE PIÉDROLA Y BEAUMONT, PROFETA O CONSPIRADOR

 Esther Calvo


Castillo Guadamur (Pixabay. Pmarinas)

 

En 1528, el niño Miguel es confiado a los cuidados del arcipreste de Orbigo. Siendo muy pequeño, hablaba de pasajes de la Biblia, visiones y revelaciones del profeta Ezequiel.

Muy joven dejó la casa del arcipreste y se dedicó a viajar y vagabundear hasta alistarse en los tercios de D. Juan de Austria. Ganó fama entre sus compañeros por diferentes premoniciones que acertó. Se convirtió así en un vidente de fama y pronto era conocido tanto en Toledo como en Madrid. Acertó la muerte de Gregorio XIII y la muerte de D. Juan de Austria. Felipe II confiaba en sus predicciones y lo salvó de las manos de la Inquisición, poniéndole a su servicio. En la corte conoció a muchas personas influyentes, entre ellas a Lucrecia de León, vidente como él.

En Toledo se respiraba miedo, una credulidad malsana en las ideas del Apocalipsis, la Inquisición vigilando cuanto acto tenía lugar, la crítica a la política de Felipe II, el traslado de la Corte a Madrid. La idea de que algún desastre impreciso había de suceder. En palabras de Jesús Fuentes Lázaro: “Se hizo un lugar nocivo  para las almas y peligroso para los cuerpos”. Es aquí donde volvemos a encontrar al soldado-profeta con sus anuncios catastrofistas sobre la caída de la Casa Real y la ruina de España

Todo ello debía ocurrir, porque el era descendiente de los reyes de Navarra y posteriormente llevaría a España a un nuevo orden de gobierno.  A todo esto se sumaron los sueños de Lucrecia sobre la Inquisición y las profecías de Nostradamus, su granito de arena lo aportaron los astrólogos, quienes vaticinaban un gran desastre cósmico anunciado para 1588, por la terrible conjunción de Saturno, Marte y Júpiter, además de un eclipse solar y dos eclipses de Luna. 

Así las cosas, el secretario del Rey, Antonio Pérez, también participó de las conspiraciones urdidas entorno a Felipe II. Lucrecia al igual que Miguel, soñaron con un grupo de personas que se refugiaron en una cueva de Sopeña al lado del Tajo, allí los escogidos podrían salvarse de la catástrofe que se cernía supuestamente, sobre España.

Alonso de Mendoza, canónigo magistral, quiso hacer realidad los sueños de salvación de Lucrecia y Miguel,  para ello pidió ayuda a Juan de Herrera, quien convirtió en bunker una cueva de Villarubia de Ocaña, dotándola de víveres, armas y pertrechos para empezar la reconstrucción de España.

A esta conspiración se afiliaron clérigos por diferentes motivos, teólogos bastante pasados de rosca, mercaderes aprovechados, intelectuales ingenuos y algún grupo selecto de Toledo. Se formó entonces la “Nueva Congregación para la Restauración de España”.

Reclamaron la vuelta de la Corte a Toledo, por haber sido un lugar, que desde el principio de los tiempos, era tierra de los míticos fundadores.  Se realizaron informes, se soñó con la España visigoda y tanto se descontroló la conspiración que reclamaron Toledo como ciudad para fundar una nueva Roma, en aras de que la capital romana, fuera sustituida por lujuriosa y simoníaca.

En 1588, fue detenido Miguel de Piédrola, soldado de fortuna y profeta con miras a proclamarse nuevo rey de España, tras la reforma. Encarcelado dos años en Madrid por un exilio perpetuo. Al no encontrar quien se hiciera cargo de acogerle, ni pagar su manutención, fue encerrado en el castillo de Guadamur “como un nuevo Daniel en el foso de los leones” como comentó Alonso de Mendoza.

Lucrecia fue condenada por la Inquisición al  haber servido con sus sueños para  los fines del secretario del Rey, la fuga de este  hizo que todo el peso se recayera en ella, Chávez el confesor del Rey, se dedicó con ahínco a establecer las bases para su condena.

La Inquisición abrió un proceso contra ella por delitos contra la Fe y contra el rey. Hubo muchas irregularidades en el proceso, pues ella solo confesó las visiones y los sueños, a pesar de ser torturada, no se desdijo de ninguno. Se la condenó a recibir azotes, pero nadie quería ser el autor de los mismos. Sus acusaciones aumentaron, se la trató de blasfema, de sedición, de pactos con el Diablo etc. Su sentencia: los azotes tuvieron que posponerse una semana, se le aplicó el destierro de Madrid y la condenaron a dos años de reclusión en una institución religiosa. Sólo el hospital de San Lázaro se ofreció para acoger a Lucrecia y a su hija, allí vivían personas mendigas y con enfermedades infecciosas. Mas tarde, logró pasar al Hospital de San Juan Bautista, lugar en el cual, no había riesgo de contagio. Sale libre en el año 1595, solo se sabe que su familia la abandonó y que desde ese año, desaparece de la historia.

Tras los informes de los espías al servicio del Rey, Lope de Mendoza, (tal vez pariente del conspirador)  Inquisidor adscrito al Santo Oficio de Toledo, recibe la orden del Consejo Supremo de la Inquisición de que incautase  “rápidamente por sorpresa y evitando toda publicidad” los papeles y documentos de Alonso de Mendoza, para imputar a éste, delitos de sedición, mezclados con los sueños proféticos, anuncios apocalípticos e interpretaciones religiosas.

En mayo de 1590 son apresados todos los sospechosos y a pesar de que Lope de Mendoza, retrasaría la orden, Alonso de Mendoza fue encarcelado en el monasterio jerónimo de Sisla. Mendoza hizo llegar a Roma un escrito, aclarando que el y sus amigos habían sido detenidos por delitos políticos, en concreto por su oposición contra el tributo impuesto al clero por Felipe II.

Alonso  de Mendoza continuó su actividad social, escribía memorandums, recibía visitas en el monasterio, hasta el punto que el prior del monasterio se quejó su convento parecía “una casa de orates, mas que de religiosos”. Acabó por reconocer en los procesos  ante la Inquisición,  que una parte de los sueños de Lucrecia de León y Miguel de Piédrola, fueron de su autoría. Murió olvidado y solo en 1606.

 

Fuentes:

*conlamenteabierta.org

*La conjura del Profeta. Vicenta Ma. Vázquez de la Plata.

*Marquesa de Casa Real. Ed. Stella Maris. Barcelona.

*docelinajes.com

*La conspiración de los profetas. ABC Artículo Jesús Fuentes Lázaro. 21/06/2011.


martes, 7 de diciembre de 2021

LUCIANO DE SAMÓSATA ¿ANTECESOR DE JULIO VERNE?

 Esther Calvo

Foto: Archivo José María Ibáñez.


De los personajes más curiosos del S.II de nuestra era, resaltamos la figura de este escritor sirio, aunque su lengua natal era el siriaco, dialecto del arameo, aprendió griego ático y en éste idioma escribió todas sus obras. Perteneciente a la segunda Sofística. Se le considera uno de los primeros humoristas pues sus obras están plagadas de sátira, burla e imaginación. Muy hábil en el manejo de los diálogos. Su nacimiento se sitúa entorno al año 125 de nuestra era y su vida fue bastante movida.

Sus primeros pasos los da como escultor en el taller de un tío suyo, pronto se demostró que ser escultor no era lo suyo, su destreza manual dejaba mucho que desear. Se dedicó a escribir obras muy curiosas, su griego llegó a ser tan perfecto que se permitió parodiar a los grandes tragicómicos e incluso al historiador Heródoto.

Ejerció de abogado en Antioquía, pero cansado de la vida sedentaria, se dedicó a la sofística y recorrió la Galia, Italia y Grecia, durante el reinado del Emperador Marco Aurelio. Enseñó retórica en algún punto del imperio. Tras pasar unos años en Roma, donde fue amigo del filósofo platónico Nigrino, se traslada de nuevo a Antioquía en el año 163. Tras dos años en esta ciudad se traslada a vivir a Atenas, donde compra una casa e invita a sus padres a vivir allí, en esta época, en la que se cree escribió la mayor parte de sus obras. Llevó a cabo lectura de sus escritos en Éfeso y Corinto.

Hasta 167 asistió por cuarta vez a los Juegos Olímpicos, donde presenció el suicidio en la hoguera de Peregrino Proteo, filósofo cínico, quien había sido expulsado de Roma por insolencia y subversión, anunciando que se tiraría a las llamas en Olimpia. Así pues, tras declamar su propia oración fúnebre, Peregrino se arrojó a la pira. Luciano describe la tragedia con desdén en su obra "Sobre la muerte de Peregrino". Debió casarse y tener un hijo que menciona alguna vez en sus escritos.

Sus palabras le definen: "Odio a los impostores, pícaros, embusteros y soberbios y a toda la raza de los malvados, que son innumerables, como sabes... Pero conozco también a la perfección el arte contrario a éste, o sea, el que tiene por móvil el amor: amo la belleza, la verdad, la sencillez y cuanto merece ser amado", sus escritos le granjearon numerosos enemigos, su postura escéptica y contraria a todo dogma y su hostilidad ante la religión, hace patente su desprecio por todo amaneramiento y falsedad. Ataca con burla cruel a personajes como Alejandro de Abonutico, un estrafalario profeta que hacia uso de una serpiente sagrada para sus adivinaciones. Cuenta Luciano que dicho personaje fundó incluso, un culto mistérico, gozando de la simpatía del Emperador. También da cuenta de su odio y repulsión hacia los cristianos de su época cuando relata la muerte de algunos de la nueva religión, tachando incluso a Jesús de embaucador.

Sus obra fueron numerosas, "Altercado con Hesíodo", "Alejandro o el falso profeta", "El asno", "El maestro de retórica", "El pie ligero o la tragedia de la gota". Su lucha contra la credulidad no deja de ser recurrente. El mundo está lleno de embaucadores y charlatanes, prestándose las personas a ser engañadas. Hasta ochenta y dos obras firmó Luciano. Le fue concedido un empleo estable en la administración romana de Egipto, como asistente del gobernador en asuntos legales. No se confirma, pero tal vez murió en Alejandría, poco después de la muerte de Cómodo en 192.

Hemos dejado para lo último su novela corta "Historia verdadera", donde narra un viaje a la Luna en barco, arrastrado por una providencial tromba de agua, llega al satélite y conoce a los selenitas que no tienen ano. Hilan metales y vidrios para hacer trajes, se quitan y se ponen los ojos, un lugar donde se casan hombres con hombres y son ellos los que dan a luz a los bebés. Asiste a una guerra entre caballeros buitres  y lacanópteros del Emperador selenita. Conoce también a los caballeros hormiga solar, llamados así por su montura.

Otra obra imaginativa es "Ícaromenipo", en la cual narra la historia del filósofo real Menipo de Gandara, quien consigue volar con una ala de águila y otra de buitre, desde el Monte Olimpo hasta la Luna, la cual se encuentra habitada por espíritus. Tras el éxito conseguido, Menipo decide continuar su viaje hacia el Sol. Esto contraría y encoleriza a los dioses, quienes como castigo, le roban las alas.

Tal vez estas obras se puedan considerar como las primeras lecturas de imaginación especulativa pues el autor narra hechos y describe personajes que jamás vio, sobre cosas que nunca estudió o al menos en su época no existían, situando a Luciano de Samósata como abuelo de la ciencia ficción y por ende, como antecesor de Julio Verne, en la cuestión de los viajes a la Luna.

Su influencia posterior la podemos encontrar en el S.XV: León Battista Alberti, en su obra "Momus sive de príncipe". En el siguiente siglo, Erasmo de Rotterdam escribiría "Coloquios". "Gargantúa", "Pantagruel" de Rabelais, también beberán de las fuentes de Luciano.


FUENTES:

*conlamenteabierta.com

*wikipedia.com

*mcnbiografias.com