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José María Ibáñez.

viernes, 10 de junio de 2022

CONCIENCIA DE VIDA MÁS ALLÁ DE LA VIDA

 Esther Calvo

Foto: Archivo Esther Calvo


Recordando costumbres de los animales gregarios, encontramos que los elefantes, llegando a una edad avanzada, tienden a retirase hacia un lugar determinado, componiendo en la zona un cementerio de elefantes. Más si la muerte ocurriera antes, los miembros de la manada, constituyen un círculo y lamentan la muerte de su compañero. Los chimpancés lavan la boca y el cuerpo del difunto, llorando toda la familia la triste pérdida ¿Despedida? ¿Duelo? ¿Conocen la mayoría de animales su alma grupal? Es difícil saberlo.

En cuanto a la primera conciencia de trascendencia humana, podemos encontrarla en las cuevas, habitadas por el Homo Neardentalensis y en enterramientos primitivos podemos encontrar rastro de primitivos restos funerarios.

Una de las culturas que aportan novedades al sistema de enterramientos, en el periodo Calcolítico 3900 A.C., es la Badariense en Egipto Medio, a diferencia de los cementerios neolíticos, los grupos humanos de esta cultura, tienen especial interés en dispensar a sus difuntos un trato esmerado, de tal forma que desplegaron en los enterramientos, todo un mundo simbólico hasta entonces desconocido. 

Los cuerpos se situaron en fosas ovaladas o redondas en posición fetal mirando al oeste, envueltos en una estera o piel de animal. En otros casos, se han encontrado ataúdes de cestería. Otras veces, se levantó sobre el difunto un dosel soportado por palos de madera. De estas rudimentarias necrópolis, Egipto evolucionó hasta los más importantes templos funerarios y pirámides para los Faraones y altos funcionarios del Gobierno. No hemos de olvidar que construían verdaderas mansiones para la eternidad, en las cuales a los difuntos no les había de faltar de nada para disfrutar su nueva existencia.

Los diferentes grupos humanos, a lo largo de los siglos, han adaptado los diferentes estilos de arte a sus necrópolis. Los ha habido de todas clases. ¿Es orgullo de raza? O ¿De verdad en el fondo de nuestra alma hay un llamado a la trascendencia?

Los etruscos antecesores de los pueblos romanos, enterraban a los muertos en cementerios que se construían como ciudades. El difunto no quedaba en el olvido, los familiares se desplazaban hasta su tumba para hacerle partícipe de acontecimientos en la familia. Se escenificaban obras de teatro, conciertos y banquetes. 

El más allá siempre se ha destacado como un mundo del cual necesitamos respuestas. Las cuales son diferentes dependiendo de cada cultura. Pero el denominador común es que la vida no termina cuando fallece la persona. Los hindús creen en la reencarnación y se han documentado casos de niños que recuerdan su anterior familia y datos fehacientes de que vivieron en otra ciudad diferente a la de su nacimiento.

Según la Cábala, empieza su viaje al mundo material, revestida con varias capas, mediante las cuales queda envuelta en el olvido. Viene al mundo sin conciencia de lo que ha vivido en otras vidas y con un tikun o destino a desarrollar. Nuestra alma sabe a qué ha venido, lo que desea aprender y rectificar en esta vida para poder volver de nuevo al Ein sof, con los deberes sino cumplidos del todo al menos, en gran parte. También se cree en la reencarnación. La forma de enterrar a sus difuntos en un sudario, dentro de un ataúd sencillo de madera y con agujero por el cual el cuerpo tendrá contacto con la tierra. Cubierto con una losa sin decoración, tan solo las letras hebreas que conllevan unas bendiciones y fórmulas para su descanso. No se permite la incineración por la creencia de que el cuerpo volverá a ser habitado por su alma.

Posterior a la necrópolis, en el término cementerio, proviene de la palabra griega koementerion es decir dormitorio, dado que la creencia judeocristiana, al igual que los musulmanes, los cuerpos descansan hasta la Resurrección el día del Juicio Final, tras el cual cada uno será llevado a un destino final.

En los tiempos modernos cada vez se va perdiendo dicha creencia y los hornos crematorios son utilizados muy habitualmente, resignados, tal vez, a que todo termina cuando el cuerpo fallece. A la moda de usar y tirar, la pérdida de sentido de la vida, valores, etc.

Algunos estudios médicos, han puesto de manifiesto la supervivencia de la conciencia, miles y miles de experiencias cercanas a la muerte, hablan de escenarios parecidos. El alma sale del cuerpo y lo ve allí en la cama o en la mesa de operaciones, a veces la separación es muy breve. Si se tiene miedo a seguir adelante, al alma vuelve al cuerpo y el enfermo puede contar con detalle. las conversaciones mantenidas en el quirófano, el color de los uniformes sanitarios, la luz y el instrumental.

Cuando la ausencia es más prolongada, algunos ven un túnel de luz, otras personas ven directamente seres que les están esperando y tras unos momentos de disfrutar los colores, los campos y otros paisajes etéreos, son aconsejados e invitados a volver puesto que su hora aún no les ha llegado. Estas personas que se incorporan a sus cuerpos cuentan que les es muy difícil y pesado volver a recuperar la movilidad, ya que se sentían libres y livianas.

¿Cuál es la verdad de estas cuestiones? Deberemos esperar el momento del tránsito, la amable visita del Arcángel de la Muerte, para que nos desvele los misterios y la verdad de lo que hay más allá de las fronteras de este mundo.


Fuentes:

*"El Antiguo Egipto". 2ª edición. José Miguel Parra (coord). Ed. Marcial Pons Historia.

*"La vida entre vidas". Michael Newton. Ed. Robin Books.

*Muchas vidas, muchos maestros". Brian Weiss. Ediciones B. Biblioteca Bolsillo.

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