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José María Ibáñez.

sábado, 27 de agosto de 2022

PROYECTO ABIGAIL

 Amado Carbonell


www.heraldodemexico.com.mx


Muchas de las historias y leyendas urbanas que rodean al misterio de la base aérea de Groom Lake, más conocida como Área 51, son conocidas desde hace décadas gracias a la difusión de la prensa, redes sociales e incluso el cine de ciencia-ficción, donde dicha base ha sido el centro neurálgico de muchos largometrajes de estos últimos años.

Pero en el caso que nos concierne en esta ocasión, abarcamos una de las leyendas más extrañas y terroríficas de los últimos años, la cual sería conocida como El Proyecto Abigail. Esta leyenda nos traslada a los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial, donde los científicos de diversas instituciones gubernamentales estadounidenses, tras estudiar los efectos de la radiación nuclear y sus aplicaciones para la guerra, como desgraciadamente demostraría la historia con los acontecimientos acaecidos en agosto de 1945 sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, comenzaron a realizar algunos experimentos con seres humanos tratando de lograr un tipo de secuencia química que protegiese a los soldados de los efectos de la radioactividad. Uno de los científicos que trabajaba en este proyecto era el Dr Albert Wester, jefe de proyecto bioquímico nuclear del Area 51.

Tras varios fracasos con los voluntarios que se habían presentado al experimento de Wester, se decidió que debían utilizar a un solo espécimen de pruebas, y que debía ser de confianza, pues los que habían usado hasta el momento era vagabundos y reos que se habían ofrecido, sin saber exactamente a lo que se iban a exponer. Finalmente, y después de rechazar a muchos candidatos, Wester decidió que su hija, Abigail Wester, estudiante universitaria y de buen estado físico y psicológico, sería la candidata perfecta para llevar a cabo el experimento.

Engañada por su padre, Abigail fue escoltada por el personal de la base hasta una habitación con todas las comodidades de la época, sin ser realmente consciente de lo que le deparaba el destino. Unos días después de su traslado, el Dr Wester se dirigiría personalmente a buscar a su hija para dar inicio a las pruebas, las cuales se llevarían a cabo en los laboratorios de las plantas inferiores del complejo donde se hospedaba Abigail.

Estando completamente sola en medio de uno de los laboratorios de física nuclear, comenzó a ser expuesta a diversos tipos de radiación, comenzando por las emisiones no ionizantes, seguidas por las ionizantes que comenzaron con dosis de baja intensidad. El cuerpo de Abigail soportaba aparentemente los efectos de aquella primera irradiación.

Los días se iban sucediendo, observando como reaccionaba el cuerpo de la joven a aquel bombardeo diario de partículas radioactivas  Beta y Gamma, que en un principio se le había comunicado que era una terapia revolucionaria en pro de la medicina, hasta que finalmente llegó el momento de irradiarla de partículas Alfa.

Tanto Wester como sus empleados sabían que una alta exposición de radiación Alfa mataría en pocos días a Abigail, por tanto tomaron la precaución de ir administrándole pequeñas dosis diarias, a la vez que tomaron concisas medidas de seguridad, pues tras las irradiaciones, la joven se convertiría en una amenaza para la salud del personal del complejo.

Antes de iniciar la fase de irradiación Alfa, trasladaron todos sus enseres hasta una de las habitaciones situadas junto al laboratorio de física nuclear, donde anexa a ésta había construida una cabina forrada de plomo en la que sería expuesta a dicha radiación.

Durante los primeros días no había muchos cambios evidentes en Abigail, únicamente algunos mareos y dolores de cabeza muy intensos; pero el verdadero cambio comenzaría a partir de la segunda semana de exposición. El cuerpo de Abigail comenzó a perder todo el bello corporal y a desarrollar una gruesa capa de piel que se iría arrugando en los puntos de flexión articular, sus globos oculares también habrían crecido exageradamente.

Sus dientes tomaron forma alargada y aguda que con cierta dificultad permitían el cierre de la mandíbula. Los movimientos de la joven eran en un principio erráticos a causa de los dolores musculares y articulares, pero con el paso de los días fueron siendo más rápidos y precisos, dando incluso la sensación de que se estaba convirtiendo en su ser totalmente distinto de lo que una vez fue. Abigail se había convertido en una grotesca criatura de extremidades alargadas y rostro aterrador, que debía ser alimentado como un animal en un zoo, porque según cuenta la leyenda, trató de “cazar” a los trabajadores que se encargaban de cuidarla.

Albert Wester, al contemplar con horror en lo que se había convertido su hija, decidió quitarse la vida, dejando por escrito que encomendaba a los empleados del complejo la misión de devolver a su hija a su estado físico inicial, es decir, volver a convertirla en humana. Pero haciendo caso omiso de sus órdenes, tras la muerte de Wester, el proyecto Abigail fue abandonado en su celda de hormigón. Tras días encerrada, sin agua ni comida, Abigail se escapó del laboratorio a través de las grutas que rodean el complejo subterráneo del Área 51, y se ocultó entre las montañas del desierto de Nevada.

Algunos dicen que ésta es solo una leyenda urbana más de las que se cuentan para amenizar las noches de acampada, otros que el proyecto Abigail fue real y que sigue vagando por el desierto. Otras versiones cuentan que esta leyenda dio comienzo a raíz de un experimento ocurrido a finales de los años 90, donde un gran hábitat de cristal y acero  denominado “BIOSFERA 2” fue creado para recrear distintos tipos de la biodiversidad del planeta Tierra, a fin de tratar de demostrar que el ser humano puede vivir totalmente aislado para futuras misiones espaciales, y con ello, ocho voluntarios debían pasar una temporada dentro del mismo, pasando por todos y cada uno de esos tipos de biodiversidad. Pero no funcionó como se esperaba y muchos de los voluntarios abandonaron el hábitat, a causa de las condiciones ambientales que existían, incluso zonas donde la cantidad de oxigeno era muy inferior a la que encontramos en la atmósfera terrestre en un terreno a nivel del mar, causando graves estragos psicológicos a largo plazo.

Tras dos años de experimentación ininterrumpida, una de las voluntarias abandonaría el hábitat por diversas molestias físicas e intensos dolores de cabeza a causa de la baja concentración de oxígeno, y extremada delgadez fruto de la precaria alimentación a la que se vio sometida.

Su nombre era Abigail Alling, y ella es la que se cree que está basada la leyenda del proyecto Abigail...

 

Fuentes:

-www.biobiochile.cl

-www.areametalurgia.com

-www.creepypata.fandom.com

-www.culturacolectiva.com

 

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