Un número sorprendentemente elevado de pruebas confirma la idea de que en ciertas ocasiones puede tener lugar un acceso directo al pasado. La palabra "retrocognición" se relaciona a menudo con situaciones en las que una persona ha experimentado un hecho o una escena pasados. Estos pueden haber ocurrido recientemente o muchos siglos atrás. Puede consistir únicamente en imágenes, o en sonidos, o ambas cosas a la vez.
Obviamente la posibilidad de ver el pasado implica que de alguna manera este "pasado" sigue existiendo, y que puede accederse a él. A pesar de todas las dificultades que comporta, esta idea no plantea los problemas del concepto contrario, o sea la premonición.
La existencia de una máquina para ver el pasado entra dentro de lo imaginable, pero una máquina para ver el futuro es conceptualmente imposible. El sentido común nos dice que el pasado, pasado está y no puede cambiarse aunque lo observemos de nuevo; en cambio, el futuro aún ha de ser, y si no nos gusta lo que creemos que va a ocurrir, somos libres de cambiarlo mediante un acto de voluntad; en caso contrario, el libre albedrío no existiría.
Testimonios de este fenómeno afectando individualmente, logrando ver imágenes y captando sonidos, existen. Muchos más escasos son los testimonios donde más de dos personas tienen la experiencia de ver imágenes y escuchar un mensaje. Más difícil aún es encontrar una repetición del fenómeno, situación buscada por los mismos testigos.
Esta vez no tendremos que recurrir a viejas enciclopedias de lo paranormal para testimoniar este fenómeno, ni siquiera alejarnos mucho del lugar donde escribimos estas líneas. Los guardianes del pasado siguen en los bosques aledaños de Vilassar de Dalt, custodiando sus lugares sagrados de rito.
EL CASO
La familia Martí Tuset (apellidos supuestos), durante casi tres generaciones han disfrutado de las montañas y las arboledas que circundan la localidad de Vilassar de Dalt, a unos pocos kilómetros de Barcelona. Cada cierto tiempo les agrada merendar y compartir lo poco verde que va quedando en el Maresme catalán. Aquel día del verano de 1996 no fue la excepción y toda la familia subió por el camino de tierra que los llevaría cerca del monumento megalítico denominado, como el dolmen Roca D´en Toni.
La elección del lugar no fue al azar. A toda la familia le gustaba internarse por un camino muy estrecho que los llevaba a una agrupación de rocas enormes, las cuales, además de estar alejadas del camino principal es un sitio tranquilo y que da cierta intimidad.
Aquel día llevaban una invitada, la cual era una especie de "sabe-lo-todo" y que nunca falta en ciertas ocasiones. Esta persona propuso hacer un círculo para invocar espíritus del bosque ante la desaprobación de toda la familia, la cual no gustaba de esos juegos y menos en aquel lugar que por una extraña razón siempre les había parecido especial, ya que habían oído a sus abuelos más de alguna anécdota de la Guerra Civil, y la montaña en sí, siempre les pareció digna de respeto. Ante la insistencia de la joven, algunos componentes de la familia, de forma un poco forzada se cogieron de la mano para realizar ese círculo, dejando dentro un árbol de tamaño mediano que estaba al inicio de la formación de rocas.
Los acontecimientos se desencadenan en ese mismo momento. Según testimonio de una de las hijas de la familia Martí Tuset, que llamaremos Joana, un fuerte torbellino de viento sale de la tierra, como si proviniera de las raíces del mismo árbol. Lógicamente todo el grupo sintió esta fuerza y rápidamente se soltaron de las manos. Es en ese preciso instante cuando Joana ve detrás del árbol, una figura de un hombre muy nítida el cual trae en sus manos un escudo circular de piel de animal marrón, la vestimenta de este individuo también es de piel animal. Lleva una especie de gorro del mismo material, y en su mano derecha sostiene una especie de báculo o lanza. También logra distinguir otros personajes parecidos en la parte superior de las enormes rocas, incluso logra distinguir claramente una mujer con un niño la cual lleva vestimentas parecidas a los hombres. El otro testigo de esa visión es el padre de Joana, el cual confirma plenamente lo que ha visto su hija. Toda la familia salió rápidamente del lugar muy asustada, y sólo son dos los componentes del grupo que logran ver estos personajes especiales.
Pere, el testigo de más años, es una persona sencilla y humilde igual que su esposa María. Al realizar el seguimiento de este caso lo primero que pidieron fue guardar su intimidad lo que respetamos íntegramente. Además se confirmó que los conocimientos de estas personas respecto a la historia de este lugar eran casi nulos. Pere llevó al autor de estas líneas al lugar de los hechos y reabundó en detalles muy especiales. El protagonista recuerda que lo visto por él se asemejó a "guerreros o quizá chamanes" ya que no todos llevaban esa "lanza" en sus manos, sino que algunos personajes portaban algo parecido a muchas cuerdas y amuletos, incluso recuerda haber visto de sus cabezas y cuellos colgar algunas pieles diferentes como patas de zorros o conejos. Un detalle esencial de este relato es que Pere y uno de sus hijos han vuelto a tener la visión en el mismo lugar. Dicen haber recibido un mensaje mental que les confirma que ese lugar y en especial aquellas rocas, era un sitio sagrado, y que aquellos personajes, son sus guardianes durante miles de años.
En la investigación misma de estos hechos se pudo constatar que no toda la familia fue testigo de la visión, aunque si todos sintieron y lograron captar ese fuerte remolino de viento que provino del fondo del árbol.
OTROS ANTECEDENTES
Realizando una investigación ocular del lugar se pudo comprobar, que el monumento megalítico más conocido de la zona, es el denominado Roca D´en Toni. Está registrado en innumerables escritos de arqueología, de grupos de la zona del Maresme. Es un sepulcro megalítico, cuyo descubrimiento data de principios de siglo, por excursionistas del C.E.C. (Centre Excursionista de Catalunya), fue un lugar sagrado donde se desarrollaban rituales a los muertos.
El profesor Pere Bosch Gimpera, Catedrático de Arqueología de la Universidad de Barcelona, excavó en este monumento y en sus cercanías, encontrando restos de cerámica difícil de determinar su periodo de construcción, aunque algunos historiadores apuntan a la época calcolítica (2500-2100 A.C.) y seguramente relacionado con el Neolítico Antiguo.
La visión de la familia Martí Tuset se desarrolla a unos doscientos metros de la conocida Roca D´en Toni, adentrándose por una arboleda de gruesos pinos tan comunes en el Mediterráneo.
Gracias a la colaboración del estudioso Pau Ubach, y su magnífica obra "Memóries Etno-Arqueològiques, Vilassar de Dalt, 1934-1993, 6000 anys d´historia en el Maresme", el sitio en referencia sería el denominado antiguamente como "Els Recers", más conocido hoy en día como El Castell de Pedra.
El lugar efectivamente es una especie de refugio de difícil acceso, donde seguramente se realizaron antiguos ritos. Las piedras forman una especie de recinto protegido por grandes bloques graníticos, de más de tres metros de altura y con un grueso que oscila entre uno a tres metros. Estas características hacen que el lugar sea de difícil acceso y solo se localicen a simple vista dos estrechos pasillos, aunque el paso del tiempo y la erosión han dejado su huella y hoy en día se puede acceder al interior del "recinto" por otros sitios.
Esta fortaleza pétrea, tuvo forma de L, aproximadamente, unos tres metros la parte más estrecha y unos cinco la más amplia, de largo tiene unos siete metros. Cuatro grandes bloques de roca podrían haber sido antaño una cámara rectangular fuertemente protegida con una entrada muy dificultosa por sus reducidas dimensiones. En excavaciones realizadas más atrás se encontró un hacha votiva de color blanco, de cuatro centímetros aproximadamente por ocho, y doce milímetros de grosor. Quizás por las características del terreno ciertos espacios creados por la propia naturaleza fueron usados como sepulcros por estos habitantes de antaño. Existen antecedentes de enterramientos prehistóricos en lugares cercanos como La Cova D´en Pau, o la Cova de la Granota.
¿La visión de la familia Martí Tuset es real o se han imaginado estos singulares personajes? Consultadas personas del lugar no se ha encontrado antecedentes de una experiencia parecida. Aunque la zona está llena de leyendas sobre cuevas de brujas o cuevas mágicas que con el paso del tiempo se han perdido en la memoria popular.
CONCLUSIONES
Es difícil llegar a una conclusión concreta en este caso. El término "retrognición" quizás sea el más adecuado para determinar este fenómeno ya que la situación en que una persona ha experimentado un hecho o una escena pasada, se ha tratado de estudiar pese a los problemas a conseguir pruebas concretas. La idea de que en ciertas ocasiones puede tener lugar un acceso directo al pasado, tiene antecedentes, sobretodo en ciertos lugares donde se han desarrollado batallas históricas, o haya existido un hecho trascendental. De todos modos, existen muy pocos testimonios como la familia Martí Tuset donde son dos personas que dicen tener la visión.
La posibilidad de ver al pasado implica que de alguna manera el pasado sigue existiendo y que existiría la forma de acceder a él. La idea es atractiva y todo un desafío. Mientras tanto, aquellos guerreros o chamanes de los montes que circundan Vilassar de Dalt, continúan su eterna custodia. Aferrados en sus lugares de cultos. Tratando que el mundo actual, a veces irrespetuoso y materialista, sepa valorar que el futuro del ser humano es más valioso, mientras más sepa de sus propios antepasados.
Capítulo extraído del libro de Raúl Núñez, EXPLORANDO EL LABERINTO, publicado por el IIEE (Instituto de Investigación y Estudios Exobiológicos. Barcelona-2002.
Aquel día llevaban una invitada, la cual era una especie de "sabe-lo-todo" y que nunca falta en ciertas ocasiones. Esta persona propuso hacer un círculo para invocar espíritus del bosque ante la desaprobación de toda la familia, la cual no gustaba de esos juegos y menos en aquel lugar que por una extraña razón siempre les había parecido especial, ya que habían oído a sus abuelos más de alguna anécdota de la Guerra Civil, y la montaña en sí, siempre les pareció digna de respeto. Ante la insistencia de la joven, algunos componentes de la familia, de forma un poco forzada se cogieron de la mano para realizar ese círculo, dejando dentro un árbol de tamaño mediano que estaba al inicio de la formación de rocas.
Árbol de la experiencia (Foto: Archivo Raúl Núñez |
Los acontecimientos se desencadenan en ese mismo momento. Según testimonio de una de las hijas de la familia Martí Tuset, que llamaremos Joana, un fuerte torbellino de viento sale de la tierra, como si proviniera de las raíces del mismo árbol. Lógicamente todo el grupo sintió esta fuerza y rápidamente se soltaron de las manos. Es en ese preciso instante cuando Joana ve detrás del árbol, una figura de un hombre muy nítida el cual trae en sus manos un escudo circular de piel de animal marrón, la vestimenta de este individuo también es de piel animal. Lleva una especie de gorro del mismo material, y en su mano derecha sostiene una especie de báculo o lanza. También logra distinguir otros personajes parecidos en la parte superior de las enormes rocas, incluso logra distinguir claramente una mujer con un niño la cual lleva vestimentas parecidas a los hombres. El otro testigo de esa visión es el padre de Joana, el cual confirma plenamente lo que ha visto su hija. Toda la familia salió rápidamente del lugar muy asustada, y sólo son dos los componentes del grupo que logran ver estos personajes especiales.
Raúl Núñez (derecha) con Pere (Foto: Archivo Raúl Núñez |
Pere, el testigo de más años, es una persona sencilla y humilde igual que su esposa María. Al realizar el seguimiento de este caso lo primero que pidieron fue guardar su intimidad lo que respetamos íntegramente. Además se confirmó que los conocimientos de estas personas respecto a la historia de este lugar eran casi nulos. Pere llevó al autor de estas líneas al lugar de los hechos y reabundó en detalles muy especiales. El protagonista recuerda que lo visto por él se asemejó a "guerreros o quizá chamanes" ya que no todos llevaban esa "lanza" en sus manos, sino que algunos personajes portaban algo parecido a muchas cuerdas y amuletos, incluso recuerda haber visto de sus cabezas y cuellos colgar algunas pieles diferentes como patas de zorros o conejos. Un detalle esencial de este relato es que Pere y uno de sus hijos han vuelto a tener la visión en el mismo lugar. Dicen haber recibido un mensaje mental que les confirma que ese lugar y en especial aquellas rocas, era un sitio sagrado, y que aquellos personajes, son sus guardianes durante miles de años.
En la investigación misma de estos hechos se pudo constatar que no toda la familia fue testigo de la visión, aunque si todos sintieron y lograron captar ese fuerte remolino de viento que provino del fondo del árbol.
OTROS ANTECEDENTES
Realizando una investigación ocular del lugar se pudo comprobar, que el monumento megalítico más conocido de la zona, es el denominado Roca D´en Toni. Está registrado en innumerables escritos de arqueología, de grupos de la zona del Maresme. Es un sepulcro megalítico, cuyo descubrimiento data de principios de siglo, por excursionistas del C.E.C. (Centre Excursionista de Catalunya), fue un lugar sagrado donde se desarrollaban rituales a los muertos.
El profesor Pere Bosch Gimpera, Catedrático de Arqueología de la Universidad de Barcelona, excavó en este monumento y en sus cercanías, encontrando restos de cerámica difícil de determinar su periodo de construcción, aunque algunos historiadores apuntan a la época calcolítica (2500-2100 A.C.) y seguramente relacionado con el Neolítico Antiguo.
La visión de la familia Martí Tuset se desarrolla a unos doscientos metros de la conocida Roca D´en Toni, adentrándose por una arboleda de gruesos pinos tan comunes en el Mediterráneo.
Portada del libro de Pau Ubach (Foto: Archivo Raúl Núñez) |
Gracias a la colaboración del estudioso Pau Ubach, y su magnífica obra "Memóries Etno-Arqueològiques, Vilassar de Dalt, 1934-1993, 6000 anys d´historia en el Maresme", el sitio en referencia sería el denominado antiguamente como "Els Recers", más conocido hoy en día como El Castell de Pedra.
El lugar efectivamente es una especie de refugio de difícil acceso, donde seguramente se realizaron antiguos ritos. Las piedras forman una especie de recinto protegido por grandes bloques graníticos, de más de tres metros de altura y con un grueso que oscila entre uno a tres metros. Estas características hacen que el lugar sea de difícil acceso y solo se localicen a simple vista dos estrechos pasillos, aunque el paso del tiempo y la erosión han dejado su huella y hoy en día se puede acceder al interior del "recinto" por otros sitios.
Esta fortaleza pétrea, tuvo forma de L, aproximadamente, unos tres metros la parte más estrecha y unos cinco la más amplia, de largo tiene unos siete metros. Cuatro grandes bloques de roca podrían haber sido antaño una cámara rectangular fuertemente protegida con una entrada muy dificultosa por sus reducidas dimensiones. En excavaciones realizadas más atrás se encontró un hacha votiva de color blanco, de cuatro centímetros aproximadamente por ocho, y doce milímetros de grosor. Quizás por las características del terreno ciertos espacios creados por la propia naturaleza fueron usados como sepulcros por estos habitantes de antaño. Existen antecedentes de enterramientos prehistóricos en lugares cercanos como La Cova D´en Pau, o la Cova de la Granota.
¿La visión de la familia Martí Tuset es real o se han imaginado estos singulares personajes? Consultadas personas del lugar no se ha encontrado antecedentes de una experiencia parecida. Aunque la zona está llena de leyendas sobre cuevas de brujas o cuevas mágicas que con el paso del tiempo se han perdido en la memoria popular.
Raúl Núñez (derecha) con Teresa Gual-Masip colaboradora del IIEE de Chile. (Foto: Archivo Raúl Núñez) |
CONCLUSIONES
Es difícil llegar a una conclusión concreta en este caso. El término "retrognición" quizás sea el más adecuado para determinar este fenómeno ya que la situación en que una persona ha experimentado un hecho o una escena pasada, se ha tratado de estudiar pese a los problemas a conseguir pruebas concretas. La idea de que en ciertas ocasiones puede tener lugar un acceso directo al pasado, tiene antecedentes, sobretodo en ciertos lugares donde se han desarrollado batallas históricas, o haya existido un hecho trascendental. De todos modos, existen muy pocos testimonios como la familia Martí Tuset donde son dos personas que dicen tener la visión.
La posibilidad de ver al pasado implica que de alguna manera el pasado sigue existiendo y que existiría la forma de acceder a él. La idea es atractiva y todo un desafío. Mientras tanto, aquellos guerreros o chamanes de los montes que circundan Vilassar de Dalt, continúan su eterna custodia. Aferrados en sus lugares de cultos. Tratando que el mundo actual, a veces irrespetuoso y materialista, sepa valorar que el futuro del ser humano es más valioso, mientras más sepa de sus propios antepasados.
Capítulo extraído del libro de Raúl Núñez, EXPLORANDO EL LABERINTO, publicado por el IIEE (Instituto de Investigación y Estudios Exobiológicos. Barcelona-2002.
Un tema muy interesante.
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