SIMBOLOGÍA DEL OJO Y LA PIRÁMIDE (II)

MANEL SERAL COCA (In Memoriam)

Corte Suprema de Israel
(Foto: escuadronesporlaverdad.com)

Pero si resulta curioso y hasta divertido el encontrar este símbolo en logos comerciales -lo que no tiene por qué tener más trascendencia- lo que resulta más inquietante es encontrarlo en la Corte Suprema de Israel, formando parte de un conjunto de símbolos esotéricos de la más diversa índole y a continuación de una escalera de 30 escalones. Si bien encontramos en la construcción de dicho edificio toda clase de símbolos, la pirámide y el ojo parecen ser uno de los más prominentes, desde allí se accede a la sala de la corte y el ascenso de los escalones conduce, como en un viaje iniciático, del interior al exterior, de la sombra a la luz. Al parecer, el edificio fue financiado por la familia Rothschild, aunque pusieron ciertas condiciones para ello. Como leemos en un artículo sobre el particular: "Los Rothschild hicieron varias estipulaciones con el Gobierno israelita antes de que comenzara el edificio, entre ellas estaban: Los Rothschild escogerían la parcela de tierra para construir el Tribunal Supremo; ellos usarían a sus propios arquitectos, y nadie sabría en la vida cuánto costó el edificio. Les tomó cuatro años construir esta estructura con muchos secretos edificados en ella".

EL OJO EN EL TRIÁNGULO

No obstante, este símbolo es mucho más antiguo. Aparece vinculado al Dios Cristiano, especialmente a partir del renacimiento, asociándose a la idea del "Dios que todo lo ve" y la del "Dios Trino" (tres personas en una sola, el triángulo), pero la utilización de un ojo para representar a la divinidad puede rastrearse hasta el "Ojo de Brahma" de la tradición hindú, el Ojo de Dios que crea el mundo al verlo, también el "Ojo de Horus" de la tradición egipcia, considerándose el ojo derecho como protector (se utilizaba habitualmente como talismán), mientras que el izquierdo habría sido "corrompido" por el maléfico Seth. El triángulo mismo podría ser una versión estilizada de las pirámides. Pese a todo, la versión más antigua de este símbolo parece ser la del "Ojo de Baal" cananeo.

EL MANTRAM IAO

(Foto: information-retrieval.info)

Aunque estas siglas no aparecen, en principio, en el símbolo original del Gran Sello de los Estados Unidos ni en el billete de dólar, su aparición en el símbolo del proyecto "Total Information Awareness" o "Intelligence Awareness Office" me llamó profundamente la atención porque no era la primera vez que lo veía. En efecto, aunque la elección de los términos y las siglas que resultan de ello pueden deberse a la casualidad, el hecho es que la fórmula IAO es demasiado antigua y demasiado importante como para ignorarla. Más próximamente en el tiempo, la vemos aparecer en los rituales de la Golden Dawn como la fórmula "Isis-Apophis-Osiris", que también veían como la fórmula "LVX": "L", el lamento de Isis; "V", el triunfo de Apophis (Seth); y "X", la muerte de Osiris. Esta fórmula se representaba con determinadas posturas rituales. Igualmente, cosa curiosa, estas son las siglas para la Asociación Internacional para Escuelas Waldorf en los Países del Este. ¿Resulta casualidad que la familia Waldorf sea una de las 13, según los "conspiranoicos"?

También para algunos pudiera ser inquietante encontrar el mismo término en los escritos de Mme. Petrovna Blavatsky, la creadora de la Teosofía, concretamente en un escrito donde planteaba la naturaleza de su asociación: "En Diu popular de las naciones arianas era idéntico al Iao caldeo, hasta el Júpiter de los romanos, menos erudito y filosófico, al Jahve de los samaritanos, al Tiu o Tiusco de los nórdicos, al Duw de los Bretanos y al Zeus de los tracios. En lo que atañe a la Esencia Absoluta, el Uno y el todo, ésta nos conducirá al mismo resultado, ya sea que se acepte o no..." Esto resulta mucho más inquietante por cuanto tanto la sociedad teosófica como las que se derivaron de la misma, ya sea el Lucis Trust de Alice Bailey, las derivaciones indirectas de la Sociedad Fabiana o los grupos New Age en cuya creación influyó decisivamente la Teosofía, apuntan directamente a la idea de un Gobierno Mundial.

(Foto: cherada.com)

También nos encontramos con la fórmula IAO en los escritos de Aleister Crowley como uno de los grandes "mantrams" utilizado en la invocación del "Dios no nacido", el misterio de los misterios. Igualmente, Arnoldo Krumm-Heller utiliza esta invocación en su "Misa Gnóstica": "Escuchad Gran Deidad, Padre de todo lo creado, Luz divina, ¡IAO! iao iao iao iao". En un sentido similar, lo encontramos en el "Pistis Sophia", el "Evangelio de Valentino" donde leemos en el capítulo 1º "... Y puse en ella la fuerza que había recibido del pequeño Iâo, el bueno, que está en el centro, para que pudiese predicar, antes que yo, y preparar mis caminos, y para que bautizase con el agua de remisión de los pecados".


Y parece ser que este mantram se utilizaba en antiguos talismanes, al igual que la fórmula "Abracadabra". En una presentación gnóstica actual, el que dice llamarse Gran Maestre Huiracocha (curioso nombre para un representante de una tradición occidental), escribe: "Cuando en el Sanctum Sanctorum del templo de Salomón, el Sumo Sacerdote Cantaba el terrible Mantram I.A.O., resonaban los tambores del Templo para impedir que los profanos escucharan el Sublime I.A.O." y, más adelante: "Diodoro, dijo: Sabed que entre todos los Dioses, el más Elevado, es I.A.O.".


Pero, rastreando la fórmula, encontramos su aparición más lejana de nuevo en Babilonia, y también como la invocación del "No-nacido". Esta sería la raíz que habría derivado en el "YHVH" (Yahveh) judío, y también la que, tras comprensibles transformaciones, habría evolucionado hacia "IAV"  (El IHV hebreo es comprensible en un pueblo que carece de vocales entre sus letras) y luego "IV" y "DIV", cuyo significado en "Brillo" o "El Brillante". De esta raíz derivarían, a su vez, "Dyaus", "Jano" (Div-ano), "Diana" (Div-ana), "Juno" (Div-non), "Deus", "Zeus", "Theos" e incluso el nórdico "Tiw" y, como no, nuestro vocablo para "Dios", todos ellos nombres utilizados para representar a la Divinidad en las más diversas culturas.