JOSÉ MARÍA IBÁÑEZ
El 10 de agosto de 1991 el periodista Danny Casolaro asistió a una importante reunión que le permitiría encajar una de las últimas piezas del rompecabezas que estaba conformando. La cita estaba concertada en un restaurante de la población de Martinsburg, Virginia, al parecer, con un individuo perteneciente a una agencia estatal del gobierno norteamericano; dispuesto a entregarle información de vital importancia para su investigación. Nadie sabe a ciencia cierta el desarrollo de los acontecimientos. Lo cierto es que el cuerpo de Danny Casolaro apareció, a la mañana siguiente, flotando en la bañera de la habitación 517 del hotel Sheraton, donde se hospedaba, desangrado y con innumerables cortes en sus muñecas. No se llevó a cabo ninguna investigación por parte de las autoridades competentes y, como viene siendo habitual en estos casos, en el certificado de defunción consta como suicido la causa de su muerte. Sorprendentemente, el cuerpo del periodista fue embalsamado antes de que sus familiares más allegados fueran informados del trágico suceso. Tiempo después, en el transcurso de la investigación sobre los descubrimientos de Casolaro que, con toda seguridad, fueron los desencadenantes de su propia muerte, un miembro de las fuerzas del estado afirmó que “… junto al cadáver de Danny Casolaro yacía el cuerpo sin vida de un miembro de la NSA que fue retirado precipitadamente de la escena”.
LOS TENTÁCULOS DE "EL PULPO"
|
Portada del libro "The Octopus" sobre el asesinato de Danny Casolaro (Foto: karbolarium.blogspot.com) |
Durante los años sesenta Bill Hamilton trabajaba de analista de inteligencia; adscrito a la unidad de investigación y desarrollo de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA). Mientras, en su tiempo libre, se afanaba en la creación de un programa informático que permitiera interactuar con distintas bases de datos; rastreando la ubicación de peligrosos terroristas, criminales, delincuentes y todo tipo de personas que deambularan fuera de la ley. Cuando Bill adquirió conciencia del verdadero potencial del software que acababa de crear, renunció a su trabajo en la agencia estatal; creando junto a su esposa Nancy la compañía Inslaw Incorporated. En 1982 la empresa del matrimonio Hamilton firmó un contrato de diez millones de dólares con el Departamento de Justicia de los Estados Unidos por la adquisición del programa Promis. Sin embargo, una vez instalado el programa en el sistema informático del departamento, éste se negó a satisfacer la cantidad estipulada. Lo que inicialmente se achacó a un caso más de corrupción interna de la propia administración, acabó convirtiéndose en una conspiración a gran escala; perpetrada desde el interior de los propios estamentos gubernamentales. De la noche a la mañana la propiedad del Promis pasó a poder de la empresa Hadron, cuyo mayor accionista Earl Bryan, era íntimo amigo del fiscal general Edwin Meese. Los nuevos propietarios revendieron el programa al Departamento de Justicia por la nada desdeñable cantidad de quinientos millones de dólares. Pero detrás de éste affaire se esconde algo más que una oscura operación encubierta.
|
Sede central de la NSA Foto: microsiervos.com |
Las investigaciones de Danny Casolaro pusieron al descubierto una trama oculta de grandes dimensiones. Michael Riconosciuto, un ingeniero electrónico que trabajaba en el departamento informático de la NSA, le confesó a Casolaro que había estado trabajando exhaustivamente en la modificación del software original del Promis instalando, además, una puerta trasera para que los poseedores de las correspondientes claves secretas pudieran entrar sin ser detectados y tener libre acceso a todo tipo de información encriptada. Esta red invisible, que disponía de todas las herramientas para introducirse y navegar por todo tipo de archivos y documentos a través de las conexiones de Internet, fue bautizada por el periodista Danny Casolaro como El Pulpo.
El Dr. Anthony Casolaro, hermano de Danny, afirmó “… el Pulpo no era una organización secreta, un grupo de individuos que participaron en todo tipo de conspiraciones, y toda clase de operaciones encubiertas. En realidad se trataba de una espesa “red” que extendía sus tentáculos a través de los sitios más insospechados”.
¿SABÍAN DEMASIADO?
A raíz de las investigaciones llevadas a cabo sobre el programa Promis y sus oscuras conexiones con miembros de la política, la justicia y los servicios secretos del gobierno de los Estados Unidos, se fueron sucediendo toda una serie de misteriosas muertes y desapariciones. Esta es una pequeña muestra:
|
Foto: chattahbox.com |
El 1 de noviembre de 1992, los cuerpos sin vida de Gail Spiro y sus tres hijos fueron hallados acribillados a balazos en el interior del Rancho Santa Fe de California. Tres días después el cuerpo de Ian Spiro, esposo de Gail, fue encontrado muerto en el asiento delantero de su Ford Explorer, en el desierto de California. El informe policial sostiene que Ian se había suicidado después de matar a sangre fría a su esposa e hijos. Ian Spiro había participado en distintas operaciones encubiertas para la CIA y, en aquellos momentos estaba colaborando con Michael Riconosciuto, recopilando información sobre el programa Promis. El cadáver de Peter Sandvugen fue hallado el 2 de diciembre de 1992. En los años ochenta había trabajado para la CIA. En los días previos a su muerte estaba preparando la defensa de Riconosciuto ante el Departamento de Justicia. El 23 de julio de 1993 el abogado de Washington Paul Wilcher, fue encontrado muerto en su apartamento. Estaba investigando las conexiones gubernamentales y de los servicios secretos a partir de las informaciones de Casolaro sobre el Promis. Vali Dalahanty desapareció el 18 de agosto de 1992. En el momento de su desaparición trataba de advertir a Michael Riconosciuto que la DEA y el Departamento de Justicia trataban de incriminarlo en asuntos de drogas. El 13 de abril de 1994, los restos óseos de su cuerpo fueron encontrados en las cercanías del lago Bay, en Washington.
Queda claro que los cementerios están repletos de gente prescindible.
Espectacular esta información...
ResponderEliminar