LOS HIJOS DE LA SERPIENTE

 MANEL SERAL COCA In Memoriam*

El origen de este artículo comenzó a raíz de la lectura de algunos artículos del conspiranoíco David Icke, quien empezó su carrera como futbolista para pasar a ser luego periodista y político militante en el Partido Verde. Las teorías de Icke pueden resultar o al menos parecer descabelladas, pero posee en la actualidad un importante número de seguidores y quizá merecería la pena prestarles alguna atención antes de descartarlas sin más. El hecho es que Icke llega a plantear la existencia de una raza no humana, presumiblemente extraterrestre, que se habría infiltrado en las posiciones de poder y dirigiría secretamente los destinos del mundo directamente o a través de sus siervos humanos, que les servirían a cambio de dinero y poder.

Lo más bizarro de su teoría es que estos seres estarían siguiendo un Plan, definido hace siglos, que conduciría, en principio, a un Nuevo Orden Mundial, y que su naturaleza no es humana, sino reptil, aunque serían capaces de tomar forma humana a voluntad. Según Icke, personajes como la Reina Isabel II, George Bush, Bill y Hilary Clinton, Kris Kristoferson y los fallecidos Bob Hope y la Reina Madre, no pertenecerían ninguno de ellos a la raza humana, sino a la de Alpha Draconis, una estirpe de reptiles extraterrestres capaz de cambiar su apariencia camaleónicamente y que conforma la soterrada élite dominante del planeta Tierra, sometiendo a sus designios a los hombres mediante el implante de diabólicos microchips. Así, expone en sus libros sobre una conspiración llevada desde hace miles de años por una raza extraterrestre de forma reptiliana, conocida como los Illuminati, afirmando: "Estos ´dioses´ no podrían tomar control del planeta en forma abierta porque son muy pocos, por eso lo están haciendo de manera encubierta adoptando la forma humana, a través de un fenómeno de cambio de forma". Un planteamiento digno de las más calenturientas mentes dedicadas a la ciencia ficción, obviamente.

Pero todo ello me hizo recapacitar y recordar la curiosa e innegable presencia de hombres-serpiente (también pez o dragón son equivalentes) en los distintos mitos que han poblado la historia humana. Y la primera pregunta que a uno le viene a la mente es  ¿por qué esa especial fijación de la humanidad con la serpiente y esa manía de darle aspecto antropomorfo? ¿Porqué se representa siempre a estos seres-serpiente como más sabios y más poderosos que los humanos? ¿Por qué siempre se les asocia esa capacidad de transformación y, especialmente, de asociarles con el cielo y la capacidad de volar?

Tal vez la hipótesis del Inconsciente Colectivo de Jung bastara para explicar este fenómeno, pero, aún así, hay demasiadas coincidencias y elementos que no favorecen la simplificación, añadiéndose el hecho de que no todos los han visto como enemigos, sino que algunos pueblos los reverenciaron y consideraron como Dioses amigos. Reuniendo algunos de sus rasgos principales comunes a las distintas culturas:

*Son de apariencia humana, aunque reptiloídes.

*Tiene pasiones y actitudes similares a las nuestras. Sangre caliente.

*Pueden cambiar de forma y adoptar apariencia totalmente humana.

*Son mucho más sabios y poderosos.

*A menudo son asociados con una mayor tecnología, aparatos y armas prodigiosas.

*Vienen del cielo y la mayoría parecen capaces de volar, a veces con aparatos.

*Están entre nosotros, camuflados.

*Sus vidas son más largas y poseen conciencia de raza.

*Dan mucha importancia a la sangre y a las líneas de sangre.

*Parecen estar interesados sexualmente en los humanos y suele plantearse la posibilidad de una descendencia híbrida.

Protagonistas del remake de la serie V

La Ciencia Ficción es la referencia más cercana a estos mitos, apareciendo como extraterrestres venidos en vehículos espaciales, como los draconianos de Buck Rogers o los reptilianos de la famosa serie V (por cierto, la V, tanto por su valor numérico, 5, como considerado como letra o como signo, ha sido asociado a los Illuminati por diversos autores), pero antes de ellos, Robert Howard, en sus novelas sobre el remoto pasado y héroes como Conan, el Bárbaro o Kull de Valusia, ya hacían referencia a estos hombres-serpiente, sugiriendo que habían dominado la Tierra en el pasado, asociándoles poderes mágicos y situando su origen en Estigia (vagamente el Antiguo Egipto).

Pero estas visiones modernas solo son las últimas de una larga tradición. Ya la Biblia, inseparable de un modo u otro de la cultura occidental, nos habla de la Antigüa Serpiente, haciéndole decir a Yahveh: "Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y su descendencia; éste te herirá en la cabeza, y tu le herirás en el talón..." (Génesis 14-15). Porque la serpiente es un personaje clave en el Antiguo Testamento, siendo la que convence a Eva (¿una serpiente inteligente que habla?) para comer del fruto del Árbol del Conocimiento.

Aunque fue equiparada con el Diablo, lo cierto es que dicho término no aparece en el Antiguo Testamento, apareciendo sólo, en capítulos muy posteriores, el término Adversario. Ya e el cristianismo sería asociada con Satán y con Lucifer, dos términos más significativos de los que tendremos que simplificar.

Lucifer, el Portador de la Luz

Vistos por algunos como la misma cosa, ambos nombres conducen en direcciones muy distintas, pués Lucifer es el Príncipe de la Luz (su nombre deriva de Lux ferre, el que hace o trae la Luz), relacionado precisamente con el conocimiento, y Satán es el Principe de las Tinieblas. La cosa se hace más compleja cuando vemos que Lucifer es llamado Estrella de la mañana, un epíteto que se ha empleado también tanto para Sirio como para Venus, ambos conectados - ¡qué curioso! - con mitos serpentinos anteriores. Y aún más cuando vemos que Satán (relacionado con el Saturno romano), deriva de Sheitán o del Seth antiguo, un Dios serpiente que encontramos particularmente en Egipto.

Pero esta imagen ambigua del tentador-serpiente aún se hace más confusa cuando vemos su aparición entre los antiguos celtas, donde los mitos hablan de la antigua raza de los dragones, capaces de hablar, dotados de gran sabiduría, voladores y, a veces, capaces de adoptar forma humana. Merlín, de hecho, es descrito como un Hijo del Dragón con una humana. Merlín es a la vez que personaje un símbolo del dragón dormido, siendo el dragón también un símbolo de Gran Bretaña. Hagamos notar, de paso, que en las supuestas profecías de Merlín, se anunciaba que el dragón despertaría a finales del año 2000.

Grabado de Qetzalcoatl

En Sudamérica tenemos a Quetzalcoatl, el dios serpiente voladora emplumada, creador del hombre, impulsor de la civilización y dador del conocimiento. En una pintura del Códice Telleriano Remense, se ve la serpiente de plumas verdes símbolo de Quetzalcoatl, que engulle a un hombre.

China, con sus antiguos dioses-dragones, detentadores de la sabiduría antigua, no es una excepción, ni tampoco la India, donde se dice que Buda entregó los libros de la sabiduría que los hombres no podían entender a los nagas, hombres-serpiente que vivían en los lagos. Señalemos, como anécdota, que los dioses dragones, en China, eran fuerzas de la lluvia y la tormenta, otra característica habitual de las deidades principales (muchas de ellas serpientes) en culturas como la Cananea, Hitita o Sumeria. Los hindúes, por su parte, llegan a llamar nagas a sus sabios, significando este término, como hemos visto, serpiente. En sus textos sería Nagarjuna, llamado el dominador de las serpientes, el que recuperaría estos textos. El mismo Jésús, sorprendentemente, dice a sus discipulos "sed sabios como las serpientes".

Damballah según un artista moderno

Ni siquiera la historia Bíblica esta libre de estos personajes, de un modo inquietante. En el Haggadah, la fuente de leyendas y tradiciones orales judías, se revela que Adán y Eva perdieron su piel brillante y escamosa tras comer del fruto prohíbido. Tanto R.A. Boulay como Zacharía Sitchin, recurren a fuentes sumerias para llegar a la conclusión de que los primeros hombres eran en realidad, híbridos fabricados artificialmente por medio de un cruce entre los dioses reptiles y un homínido ya existente, posiblemente el Neandertal. También aparecerían en la referencia a los Seraphim, como serpientes de fuego.

Avanzando un poco más hacia los orígenes, en Oriente Próximo y África, iríamos encontrando la Nommo -el hombre-pez que dio la sabiduría a los Dogon (que tienen a Sirio como elemento importante de su culto) -, Oannes - el hombre-pez citado por Beroso y que habría traído la civilización a Babilonia, tras ser su fundador junto con los suyos, una raza de seres anfibios llamada los Annedoti, Dagón - una deidad-serpiente asiria, presentado como civilizador, aunque también a veces como sangriento -, ... Sin olvidarnos del Damballah africano, dios-serpiente, junto con toda su descendencia que fue adoptado por los cultos vudú.

R.A. Boulay habla así de los seres referidos por Beroso: "Según Beroso, las ascendencia del hombre puede ser trazada hasta Oannes, una criatura anfibia que surgió del Golfo Pérsico para enseñar el arte de la civilización al hombre. Beroso los llamó annedoti, significando los repulsivos en griego. También hace referencia a ellos como musarus, significando una abominación".



Figura de Oannes

 Hagamos un breve paréntesis para recordar la afinidad entre la Kali hindú y la serpiente, asi como el hecho de que ésta era la diosa de la sexualidad... ¡y también de la sabiduría!, junto con su consorte, el dios Siva. Y recordemos, de paso, la asociación entre la serpiente y Kundalini.

El penúltimo paso de nuestro recorrido nos llevará a Egipto, donde la serpiente era un objeto de veneración muy especial, tanto que formaba parte del tocado de los faraones, representando precisamente su ascendencia divina, recibiendo el nombre de Uazet, la diosa vinculada al concepto de luz mental. Asi que podríamos decir que los faraones se consideraban, al parecer, también, hijos de la serpiente (es decir, la divinidad). Pero la serpiente en mitología egipcia está especialmente asociada a un dios, Seth, el engañador, que traiciona a su hermano Osiris para matarlo y quedarse con su trono, aunque finalmente su hermana/esposa Isis, lo resucitó, y el hijo de ambos, Horus, derrotaría a Seth y recuperaría el trono. Pero esta historia nos llevaría a una pregunta: Si Osiris, Seth e Isis eran hermanos y Seth es una serpiente ¿no son también serpientes Osiris e Isis?. Además, Isis es vista como señora del espacio estelar y está vinculada a Sirio.

Anunnaki

El final de nuestro camino, aunque deberíamos decir el origen, se encuentra en Sumer, cuna de la civilización y posiblemente origen de los mitos posteriores. Allí, en una civilización fundada por los dioses procedentes del cielo, los Anunnaki (ver la semejanza con los Anedotti), tenemos el primer antagonismo (que no lucha a muerte) de los hermanos en el poder: Enlil, hijo primogénito de Anu y líder, por derecho de los dioses, y Ea o Enki, el Señor de la Tierra, subordinado por decreto a Enlil y a menudo discutidor y subvertidor de sus órdenes. A Ea se le atribuye la fabricación del hombre, en busca de un trabajador/servidor de los dioses, y también la supervivencia de la humanidad en el Diluvio - en el que Enlil proyectaba la destrucción de toda la humanidad - avisando con argucias a un humano para que escapara, saltándose así la decisión de Enlil. El dominio de Ea eran los mares y las aguas, donde gustaba de permanecer a menudo. ¿Es pues Ea-Inki el origen del dios-pez? ¿Se refieren a él los mitos del dragón o serpiente, incluyendo los de la serpiente tentadora?

R.A. Boulay, en "Fliying Serpents and dragons" escribe, directamente:

"Los sumerios llamaban a éstos dioses los Anunnaki, literalmente, los hijos de Anú, su dios principal y su jefe. Los Anunnaki fueron una raza extraterrestre. En realidad, fueron una raza de reptiles..."

Esta disputa entre dos dioses hermanos se reflejará en muchas tradiciones posteriores y, en ellas, a uno de los dos hermanos se le refleja como serpiente-dragón. Entre los Hititas, por ejemplo, la lucha fue entre la serpiente de Yamka y Tehnub, dios de las tormentas. Los Cananeos nos hablan de Yan, hermano del dios Baal, también señor de las tormentas, que lucha con ésta para la supremacía. Los griegos enfrentarán a Zeus con el dios serpentino Tifón, y los egipcios, como ya hemos mencionado, a Seth con Osiris.

Si faltaba algo para rizar el rizo de este peculiar tema, aún cabría añadir un dato más. Algunas de las descripciones utilizadas por los ufólogos para las formas supuestamente extraterrestres más habituales, incluyendo a los famosos grises, coinciden sorprendentemente con las descripciones dadas para los reptilianos. Algunas páginas web de difícil catalogación (no relacionadas con Icke) incluso de refieren a los reptilianos, como una raza del espacio hostil a la humanidad, afirmando cosas como esta: "Los Reptilianos/Nefilims que un día os destruyeron completamente y encarcelaron vuestra alma-esencia dentro de un campo electromagnético, por su gran desarrollo tecnológico y conocimiento de las leyes Universales, están actualmente en la Tierra infiltrados como gobernantes de las Naciones, se ocultan bajo rostros altivos, dicen tener como objetivo a quienes no estén de acuerdo con sus planes y con la supuesta paz mundial, pero lo único que quieren es acabar lo que un día casi terminan. Recordad que también tenéis aliados que no os dejan porque un día vivieron con vosotros en paz y armonía y quieren repetirlo".

¿QUÉ PENSAR DE TODO ESTO?

Sea como fuere, toso este recorrido nos muestra la existencia continuada del mito de los hombres o dioses serpiente desde el más remoto pasado hasta el más actual presente, un mito que parece profundamente arraigado en el inconsciente colectivo y con unas características prácticamente iguales en los distintos tiempos. ¿Un simple arquetipo junguiano? Y si es así ¿qué significa? ¿Se trata de algo más que un simple mito? ¿Podría haber alguna base real detrás de todas estas historias? Y, la más inquietante de las preguntas, si hubiera algún hecho misterioso en nuestra historia del que surge todo esto, si la presencia de seres serpiente fuera un hecho... ¿Deberíamos verlos como benefactores o como enemigos?

La investigación queda abierta.

(*)CUANDO UN AMIGO SE VA...

José María Ibáñez

Manel Seral Coca

Manel Seral Coca, mi gran amigo y mejor compañero de viaje, muríó la mañana del 14 de diciembre de 2005. Conocí a Manel en octubre de 1989. Por aquel entonces yo daba mis primeros pasos en el mundo radiofónico dirigiendo y presentando el programa "La Realidad Oculta", en Radio Cornellá (Barcelona). Todavía recuerdo, como si el tiempo se hubiese detenido, aquella tarde invernal, fría y lluviosa que me transportó a la librería Karma (la genuina librería del no menos genuino barrio del Paral.lel barcelonés). Allí, escudriñando entre los abarrotados anaqueles repletos de libros, uno de ellos, llamó poderosamente mi atención: Lucifer, símbolo oculto de la iniciación. Su autor, Manuel Seral Coca. Debo reconocer, y así se lo hice saber al propio Manel tiempo después, que su lectura me entusiasmó. Desde en primer capítulo, en el que plantea: "¿Dónde queda, pues, nuestra concepción del Mal y del Bien? Probablemente en el mismo lugar, aunque alcanzando una dimensión diferente. Pensemos que el Mal no es sino el error y la ignorancia, y que uno de los errores más grandes a que nos ha llevado nuestra ignorancia ha sido disfrazarlo, a menudo, como un Bien social. Meditemos en ello", hasta el epílogo, donde sentencia: "Lo que aquí expresamos es poco con respecto a lo que intuimos, pero aún así puede significar un cúmulo de pistas nada desdeñables para adentrarse en los senderos del conocimiento arcano. Ahora bien, estamos hablando de la Vía del héroe, del guerrero, y es un camino que puede llegar a ser peligroso para los timoratos, los fanáticos o los cobardes. A menudo resulta más difícil liberarse de viejas convicciones que establecer otras nuevas, y eso hace más penoso el proceso de la evolución", la obra significó para mi, un aprendiz de todo ávido de conocimiento, el despertar a nuevas y maravillosas inquietudes que me han transportado, hasta la fecha, a través del camino de mi propia filosofía de vida.

Contacté telefónicamente con Manel y quedamos en una cafetería del centro neurálgico barcelonés. Desde el primer momento hubo lo que se dice buen rollo incluso, nos dio a ambos la sensación de conocernos de toda la vida. A partir de entonces Manel se convirtió en mi más estrecho colaborador en el programa radiofónico, y nuestros encuentros para intercambiar información e investigaciones, cada vez más frecuentes, fueron cimentando las bases de una sólida amistad. A pesar de transitar por distintas temáticas, ya que a mi me interesaba y me sigue interesando, sobremanera, todo lo relacionado con los poderes en la sombra, las conspiraciones, en definitiva, los aspectos más ocultos de nuestra historia (curiosamente en aquella época estas temáticas no despertaban en Manel el menor interés) y, por el contrario, sus principales investigaciones se centraban en el apasionante mundo del esoterismo y el ocultismo, este hecho, no dificultó, en absoluto, que recorriéramos juntos gran parte del camino.

El destino quiso que, a mediados de 1995, por motivos profesionales, abandonase mi querida Ciudad Condal para establecerme en la maravillosa isla de Mallorca. A pesar de la distancia geográfica que nos separaba, siempre nos mantuvimos en contacto y aprovechando los continuos viajes de fin de semana para visitar a mis padres, ya formaba parte de nuestro ritual, el mantener profundas conversaciones los sábados hasta altas horas de la madrugada eso sí, después de una buena cena con sus correspondientes cervezas; reservándonos los domingos por la mañana para la visita obligada al Mercado de San Antonio, a la cza y captura de alguna obra de segunda mano interesante,

Cuando recibí la noticia de la muerte de Manel tardé en reaccionar. No me lo podía creer, se me antojó imposible ya que, dos días antes habíamos mantenido una conversación telefónica y habíamos hecho planes para vernos en Barcelona, los días anteriores a las fiestas navideñas donde, como ya era habitual en nuestros encuentros, pensábamos compartir tiempo y espacio hablando de nuestros temas; intentando arreglar este mundo en que nos tocado vivir. Desde entonces, son incontables los momentos de soledad donde recuerdo con añoranza, y alguna que otra lágrima, los extraordinarios momentos compartidos.

Como reza la canción: "Cuando un amigo se va algo se muere en el alma...". Manel, amigo, ojalá estés encontrando respuestas a tus innumerables preguntas y, a pesar de que sin ti el deambular por el camino no está siendo lo mismo, gracias por haberme enseñado tantas cosas y haber compartido conmigo tantos momentos irrepetibles. Gracias por haber sido un gran Compañero de Viaje.

Las navidades de 2005 no fueron las mismas y el Templo de la Cerveza, a pesar de la multitud, estaba más solitario y silencioso que nunca. Hasta siempre, amigo.