Amado Carbonell Santos
Seguramente todos recordarán la
famosa maldición de Tutankhamon, originaria del año 1922, donde se creía que
todas las tumbas y sarcófagos de algunos faraones egipcios llevaban inscrita
una temible maldición, que perseguiría hasta la muerte a todo aquel que se
atreviera a perturbar la paz del difunto faraón.
En noviembre de 1922, cuando Howard Carter encontraría la tumba del joven faraón, y con su hallazgo, se producirían varias muertes sucedidas en extrañas circunstancias, las cuales darían paso a la leyenda de la maldición de Tutankhamon.
Aunque realmente este artículo no pretende adentrarse en la compleja y extensa historia de las leyendas del antiguo Egipto, sí que trata de acercarnos a una maldición producida por la ruptura del sello de un sarcófago de hormigón, dando lugar a la terrible (y real) “maldición”, que años después se la conocería como la “Maldición de la Pata del Elefante”.
Todo comenzaría el 26 de abril de 1986, cuando los técnicos encargados de controlar los parámetros y sistemas de seguridad de los reactores nucleares de la central Vladimir Ilich Lenin, también conocida como Central Nuclear de Chernóbil, situada a 3 kilómetros de la ciudad ucraniana de Pripyat, quisieron probar hasta qué punto podían mantener el control de la refrigeración del reactor en el caso de una fusión de uno de los núcleos de la central.
Quisieron realizar la prueba
desactivando los sistemas de refrigeración y observar que ocurriría durante un
breve lapso de tiempo en la instrumentación para crear así un supuesto corte de
suministro eléctrico.
Lamentablemente los parámetros térmicos se dispararon de manera exponencial hasta llegar a tal punto que la fusión del núcleo del reactor nº4 fue imparable, provocando así las dos explosiones que harían saltar por los aires la tapa del sarcófago del reactor, y liberando a la atmósfera una ingente cantidad de material radiactivo, el cual generaría una nube radiactiva que alcanzaría a toda Europa, parte de Asia y Norte América.
Se estima que el material liberado tras la segunda explosión (Grafito, aleación de Circonio, óxido de Europio, Erbio, Carburo de Boro y dióxido de Uranio), alcanzó niveles que superaron en más de 500 veces el nivel de toxicidad liberada por la radiación de la bomba de Hiroshima, lanzada en 1945.
Tras la fusión del núcleo y la sucesión de las explosiones, la cobertura de arena que lo cubría comenzó a derretirse formando una gigantesca lengua de magna, que iba fundiendo las paredes y suelos que tocaba, de modo que poco a poco el material radiactivo fundido con la arena, iba diseminándose lentamente por las algunos de los niveles inferiores de la central.
Más de 600.000 trabajadores, los cuales fueron llamados los “Liquidadores”, que se encargaron de realizar una descontaminación exhaustiva de la zona del reactor nº4 hasta un radio de 30km de radio del mismo, perecieron a causa de los efectos de la radiación, los cuales fueron enviados a turnos de trabajo sin conocer bien el gran riesgo al que se verían expuestos.
Pero uno de los lugares más tóxicos y peligrosos de la central de Chernóbil, es la pequeña estancia donde se encuentra la “Pata del Elefante”, una porción de masa derretida constituída principalmente por arena y material radiactivo, que tras 20 años tras la explosión del reactor nº4, todavía emite grandes cantidades de energía térmica, y por ende, sigue derritiéndose poco a poco, hundiéndose aún más en las entrañas de base de la central.
Esta masa fue catalogada como el objeto más peligroso de la Tierra, pues sus efectos son tan letales, que se podrían clasificar en tiempo de exposición a la misma:
En noviembre de 1922, cuando Howard Carter encontraría la tumba del joven faraón, y con su hallazgo, se producirían varias muertes sucedidas en extrañas circunstancias, las cuales darían paso a la leyenda de la maldición de Tutankhamon.
Técnico fotografiando la Masa de la Pata de Elefente. Murió a los dos días de realizarse esta imagen. www.wikipedia.org |
Aunque realmente este artículo no pretende adentrarse en la compleja y extensa historia de las leyendas del antiguo Egipto, sí que trata de acercarnos a una maldición producida por la ruptura del sello de un sarcófago de hormigón, dando lugar a la terrible (y real) “maldición”, que años después se la conocería como la “Maldición de la Pata del Elefante”.
Todo comenzaría el 26 de abril de 1986, cuando los técnicos encargados de controlar los parámetros y sistemas de seguridad de los reactores nucleares de la central Vladimir Ilich Lenin, también conocida como Central Nuclear de Chernóbil, situada a 3 kilómetros de la ciudad ucraniana de Pripyat, quisieron probar hasta qué punto podían mantener el control de la refrigeración del reactor en el caso de una fusión de uno de los núcleos de la central.
Estado del reactor nº 4 tras la explosión. www.infobase.com |
Lamentablemente los parámetros térmicos se dispararon de manera exponencial hasta llegar a tal punto que la fusión del núcleo del reactor nº4 fue imparable, provocando así las dos explosiones que harían saltar por los aires la tapa del sarcófago del reactor, y liberando a la atmósfera una ingente cantidad de material radiactivo, el cual generaría una nube radiactiva que alcanzaría a toda Europa, parte de Asia y Norte América.
Se estima que el material liberado tras la segunda explosión (Grafito, aleación de Circonio, óxido de Europio, Erbio, Carburo de Boro y dióxido de Uranio), alcanzó niveles que superaron en más de 500 veces el nivel de toxicidad liberada por la radiación de la bomba de Hiroshima, lanzada en 1945.
Tras la fusión del núcleo y la sucesión de las explosiones, la cobertura de arena que lo cubría comenzó a derretirse formando una gigantesca lengua de magna, que iba fundiendo las paredes y suelos que tocaba, de modo que poco a poco el material radiactivo fundido con la arena, iba diseminándose lentamente por las algunos de los niveles inferiores de la central.
Más de 600.000 trabajadores, los cuales fueron llamados los “Liquidadores”, que se encargaron de realizar una descontaminación exhaustiva de la zona del reactor nº4 hasta un radio de 30km de radio del mismo, perecieron a causa de los efectos de la radiación, los cuales fueron enviados a turnos de trabajo sin conocer bien el gran riesgo al que se verían expuestos.
Pero uno de los lugares más tóxicos y peligrosos de la central de Chernóbil, es la pequeña estancia donde se encuentra la “Pata del Elefante”, una porción de masa derretida constituída principalmente por arena y material radiactivo, que tras 20 años tras la explosión del reactor nº4, todavía emite grandes cantidades de energía térmica, y por ende, sigue derritiéndose poco a poco, hundiéndose aún más en las entrañas de base de la central.
Fotografía de la noria de Pripyat, tal como quedó tras la evacuación. www.ar.marca.com |
Esta masa fue catalogada como el objeto más peligroso de la Tierra, pues sus efectos son tan letales, que se podrían clasificar en tiempo de exposición a la misma:
Exposición a 1 metro de distancia
de “La Pata del Elefante”:
-30 segundos: Causa mareos y
ligeros dolores de cabeza.
-60 segundos: Comienzan a
aparecer hemorragias por fosas nasales y vómitos.
-90 segundos: Aparecen quemaduras
en la piel y el sistema nervioso se ve dañado.
-120 segundos: Comienzan a
producirse hemorragias internas, erupciones graves en la piel y descomposición
de tejidos a nivel celular.
-Más de 120 segundos: Muerte por
radiación casi instantánea.
¿A qué se debe este terrible fenómeno?
¿A qué se debe este terrible fenómeno?
La radiación nuclear dentro de un
ambiente seguro es de aproximadamente es de 15Rg (Roentgenios); en un
laboratorio o zona de trabajo con exposición a radiación como una sala de Rayos
X de un hospital puede alcanzar los 50Rg, y se ha de llevar una protección
adecuada para trabajar en ese ambiente.
Con 75Rg el cuerpo humano experimenta los primeros síntomas de exposición a la radiación nuclear.
Con 75Rg el cuerpo humano experimenta los primeros síntomas de exposición a la radiación nuclear.
A partir de los 1000Rg, el cuerpo
humano muere deshecho por exposición radioactiva en menos de 3 minutos.
La Pata de Elefante emite una radiación constante de 10.000Rg…
La Pata de Elefante emite una radiación constante de 10.000Rg…
Por tanto, no es un error de término cuando decimos que acercarse a la Pata del Elefante, es exponerse a la maldición más terrible y real del Planeta Tierra. Acercarse a ella, es mirar directamente a los ojos de la muerte.
Sabiendo esto… ¿Se atreverían a bajar y echar un vistazo al sótano de Chernóbil?
FUENTES CONSULTADAS:
-El sótano de Chernóbil.
-La letal pata de elefante de
Chernóbil.
-La pata de elefante de
Chernóbil.
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