Amado Carbonell
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Desde hace décadas, incontables artículos y publicaciones se
han lanzado al éter a través de revistas de divulgación ufológica, páginas de
internet y canales de Youtube, alegando que el astrónomo aficionado y escritor de
origen escocés Duncan Lunan, mediante sistemas de detección de ondas
electromagnéticas fabricados por el mismo, había publicado en 1973 que un
objeto, de origen presumiblemente no humano, próximo a la posición angular de
la estrella Epsilon Bootis (situada en la constelación del Boyero) estaba
emitiendo señales de radio pulsantes en alta frecuencia de radio. A partir de
aquel momento, todos los entusiastas e investigadores sobre ufología se
volcaron totalmente en buscar información sobre aquel extraño objeto alienígena
descrito por Lunan, y que estaba emitiendo aquellas misteriosas señales hacia
el planeta, el cual, según el escritor, podría tener una edad próxima a los
13.000 años.
Desde ese momento, las teorías de la conspiración sobre la
vigilancia de seres ajenos a nuestro mundo se dispararon de manera alarmante, con
diversos puntos de vista, todos enfocados hacia el origen extraterrestre de
aquellas señales de radio cercanas a nuestro mundo.
La revolución llegaría al mundo de la ufología cuando se hizo
pública la imagen tomada por la misión de la lanzadera espacial Endeavour en la
misión STS-88 (lanzada el 4 de diciembre de 1998 desde Cabo Cañaveral, Florida,
EE.UU.), en la que se podía observar un objeto de color oscuro y con la forma
de una nave espacial que recuerda los diseños de las aventuras de Flash
Gordon, rápidamente se hizo viral alrededor del mundo a través de las revistas
y periódicos especializados en la temática OVNI.
Y aunque el propio Duncan reconociese algunos meses más
tarde, abrumado por la oleada de periodistas que trataban de entrevistarle
desde la publicación de la imagen de la misión STS-88, que la recepción de la
señal de radio que logró detectar a través de su radio antena provenía de un
objeto del espacio profundo con el patrón de un Pulsar (restos del núcleo de una
estrella Súper gigante Roja que ha explotado como una Supernova de tipo 2 y que
emite pulsos de radio en frecuencias medias de 50 pulsos por segundo), y que el
sistema utilizado era una antena que el mismo había fabricado para realizar
unos estudios de radioastronomía, estando éste en fase de prueba, alegaba que
fue un gran error publicar aquella noticia sobre el "origen
alienígena", añadiendo que jamás habría pensado que se formaría aquel
revuelo mediático.
Los aficionados a la ufología más fervientes, tras leer
aquellas declaraciones, no tardaron en recriminarle aquella retractación, y le
acusaron duramente de venderse al “Sistema”, tratando de encubrir el fenómeno
OVNI a través de corporaciones como la CIA, CSA, NASA, USAF y el propio Gobierno
de EE.UU. entre otros... exigiendo a
través de los medios de comunicación que se hiciesen públicos los informes que
disponían de aquel objeto.
Ahora bien, dejando de lado las teorías de la conspiración,
debemos tener en cuenta que cuando se descubrió la primera señal recibida de un
Pulsar el 28 de noviembre de 1967, la primera impresión de los astrónomos que
estudiaron dicha señal era que podía ser una emisión de carácter
inteligente, pero unos pocos meses
después se detectaron otras señales similares, las cuales denotaban un patrón
de origen natural tras la muerte de una gran estrella.
La especialista del planetario Armagh, tras observar
incrédulos el revuelo que se formó en los años 80 en torno al fenómeno del Caballero
Negro, hizo la siguiente declaración a finales de la década de los años 90:
"El Caballero negro es el resultado de una mezcla de
historias sin relación alguna entre sí; reportes de observaciones científicas
inusuales; autores promocionando ideas poco convencionales; satélites espías
clasificados y personas dejando volar la imaginación al ver las fotos. Esos
ingredientes se cortaron, se salpicaron y se mezclaron en Internet para
convertirse en una poción mítica inconsistente y confusa."
Si tenemos en cuenta los datos que hemos obtenido sobre este objeto, y revisamos los historiales técnicos de las misiones orbitales, veremos que en el listado de objetos catalogados como Basura Espacial del NORAD, este objeto constó como tal, con la designación S025570 1998-067-C. Y no cabe duda de que si revisamos los historiales de maniobras extra-vehiculares realizadas durante la misión STS-88, una de las mantas térmicas de la cubierta exterior de una de las primeras fases que se pusieron en órbita de la Estación Espacial soviética MIR, se desprendió a causa de un fallo en los anclajes de la misma, la cual fue registrada en video por la tripulación del Endeavour, en el momento en que fue liberada de los anclajes, comenzando a separarse de la estación Espacial, rotando sobre sí misma a la vez que se iba doblando, donde por unos segundos tomó la forma que se reconocería como el "Caballero Negro", antes de caer a la atmósfera y desintegrarse tiempo después.
Por
seguridad, como se comentó más arriba, el NORAD registró el objeto designándolo
como basura espacial en el caso de que mantuviese una órbita baja estable como
ha sucedido con miles de objetos que a día de hoy siguen en órbita fuera de
control alrededor de nuestro planeta, pero en el caso de la protección térmica
liberada por la tripulación del Endeavur, no sucedió.
De nuevo, estamos ante una historia que ha sido moldeada prácticamente
por la imaginación del ser humano, deseosa de encontrar por fin el Santo Grial
de los casos ufológicos, y con él, a nuestros posibles vecinos interestelares,
pero que hasta la fecha solo ha podido quedar en una anécdota más por un error
de identificación.
A la espera de ese primer contacto, solo podemos esperar y
seguir el consejo del actor estadounidense Leonard Nimoy: “Sigan mirando al
cielo”.
Fuentes:
*www.elconfidencial.com
*www.medular.org
*kripkit.com
*www.guioteca.com
Espectacular, Amado Enhorabuena!!!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario y por seguir nuestro blog.
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