RABÍ JOSEPH DE LA REINA ¿MITO O REALIDAD?

Esther Calvo

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Los estudiantes de Cábala, son advertidos desde un principio que el conocimiento no debe llevar a la soberbia espiritual, ni a utilizar todo lo aprendido para fines propios. Lo recibido se debe compartir con amor y cuidado. La “historia-leyenda” que vamos a ver hoy es un ejemplo de lo que no se debe intentar, es decir ir más allá de ciertos peligrosos límites, los cuales el ser  humano no puede  ni debe cruzar.  El Eterno, Creador del Universo, tiene su propio tiempo y lugar, por lo cual es aceptado que lo que debe pasar, pasará. No es posible hacer correr los acontecimientos, ni ganar un minuto más al tiempo.

Rabí Joseph de la Reina vivió en el S.XV, se supone que nació en 1412 y murió en el Líbano en 1472. Fue un gran cabalista y un santo rabí de la ciudad de Safed. Sobre el escribe Abraham ben Eliezer Ha Levi en su libro “Inggeret Sod ha Ge´ullah”, pero la versión más extendida no es publicada hasta el S.XVII por Schlomó Navarro, dicho escritor judío español afirma que recogió dicho relato de un discípulo de Joseph, a quien encontró en Safed. Mas adelante hablarán de esta historia, Isaac Luria, Jaim Vital y Moshé Cordovero para advertir de los peligros de adentrarse en los profundos misterios de la Cábala y utilizar los poderes místicos de forma equivocada, es decir que por muy buenas que sean las intenciones, creyendo trabajar para el bien, puede ser peligroso y mortal como vamos a ver ahora.

Joseph era un hombre de buenas intenciones, español en algunas versiones, palestino en otras, un erudito en Cábala hebrea, estudiaba de día y de noche, constantemente y grandes secretos le fueron revelados, practicaba el baño ritual de purificación, ello le llevó a elevarse a un grado espiritual tan alto que perdió toda conexión con la vida material. Tuvo tal nivel de purificación, que el profeta Elías se le aparecía y le reveló grandes secretos sobre misticismo, la Torá y Cábala. Estas apariciones de dicho profeta, son la aspiración más alta de un cabalista. Llegó a ser uno de los más grandes místicos de su era.

Su obsesión fue acelerar la Era Mesiánica, la liberación del pueblo de Israel, terminar con todo el mal en el mundo, librar a la humanidad del dominio del Diablo, la redención y el bien para todos. Una empresa enorme para un ser humano, por muy sabio y santo que fuera. Así pues dispuesto a llevar a cabo su obra, reunió a sus discípulos y empezaron las invocaciones a ciertos ángeles, serafines e incluso a Elías. El profeta se le apareció y le reconvino diciéndole que era algo muy arriesgado, imposible para un ser humano y que podía perder la vida. 

Dio unas instrucciones a de la Reina diciéndole que a los tres días iba a volver a visitarle para saber si estaba listo.  De la Reina siguió en su cruzada contra el mal, reunió a sus discípulos para purificarse, hacer oración y prepararse según las recomendaciones de Elías y partieron hacia la tumba de Rabí Shimon bar Yojai en Meron. Allí continuaron con sus plegarias y oraciones. Tres días estudiando encantaciones y secretos de Cábala sin dormir, ni descansar. Al tercer día Rabí Joseph se quedó dormido y en el sueño se le apareció bar Yojai y su hijo Eliezer y también le recomendaron que dejara su empeño, porque,  aunque sus intenciones eran muy buenas, no podía salir con bien de ello. Aún así insistió. Bar Yojai le bendijo y se marchó.

De la Reina siguió su camino con sus discípulos hacia el lago Tiberíades, donde hicieron baños rituales, se sumergían cada día 33 veces, estudios nocturnos, oraciones y ayuno. Mientras estaban con estos ayunos, Joseph hacía invocaciones a los ángeles y al profeta Elías, quien  volvió para decirle que estaba causando un gran revuelo en el Cielo con tanto movimiento de energías y que cesara en su empeño. Joseph no cejó en  su intención de salvar al mundo del mal.

Compadecido Elías, de nuevo le dio instrucciones para ver si Sandalfón le podía ayudar. También les previno de que la visión del ángel era tan magnífica que debían echarse al suelo. Así fue, después de varios días, vino Sandalfón con una de sus huestes. Joseph perdió el habla, sus discípulos estaban aterrorizados,  cayeron al suelo. Tras la conversación con Sandalfón, Joseph puso en práctica los consejos de este para rogar a Metatrón que le ayudara en su cruzada.

Mientras esto acontecía en la tierra, Satán se reunió con el Creador, conversaron sobre Joseph y Dios compadecido, le dijo: “En tanto que Joseph no se aparte de la verdad de la Torá, tu no puedes tocarle, pero en el momento en que cometa el más mínimo fallo, tienes permiso”

La narración continúa con la espectacular aparición de Metratón y las recomendaciones del Arcángel para capturar su enemigo, los ángeles le entregaron  una cadena de plomo con un Tetragramaton grabado, para cuando lograra detener a Satán y llevarle ante la presencia de Dios en el monte Seir, para ser juzgado.

El rabí se dirigió a la montaña donde se suponía vivía el Diablo, nada más acercarse a ella, dos perros negros con ojos rojos de ira, se les abalanzaron, pero salieron bien del peligro. Llegaron a una puerta que estaba cerrada. Joseph hizo uso de unas palabras secretas y la puerta se abrió.

De nuevo un perro negro enorme se les apareció, de la Reina logró atraparlo con la cadena celestial y se convirtió en un ser horrible con cierto parecido al humano.  Satán sabía que se enfrentaba a un hombre bueno, un ser misericordioso  y le habló: “Ya me has cazado y no puedo moverme, pero te pido solo un favor, déjame que huela el incienso que ofrecéis a Dios, esa es mi última voluntad”. Joseph, a pesar de que Elías le había prevenido de que Satán le podía engañar, le acercó el incienso, Satán dijo al Cielo: “Joseph se ha apartado del buen camino, ofreciendo incienso al Diablo”. Satán se deshizo de la cadena con un gran poder.

A partir de aquí empiezan las diferentes versiones, los discípulos enloquecieron, dos de ellos murieron y Joseph fue despeñado montaña abajo. Otra versión dice que huyó a Sidón en el Líbano donde murió muy afectado por la aventura con el Mal. Otra versión dice que se pasó al lado Oscuro y se convirtió en Mago negro, adquiriendo poderes oscuros. También se dice que viajó a Francia, donde practicó artes extrañas con mujeres. Una vez le quisieron arrestar y no pudieron porque tenía el poder de la invisibilidad.

Así pues, quedó esta historia como ejemplo, para aquellos que desean ardientemente ascender de inmediato. El ser humano no está preparado para recibir tanta Luz, por ello hay que ir paso a paso y asentando las enseñanzas.

Como referencia moderna, dos autores hablan en su obra de esta leyenda, Shmuel Yosef Agnón, novelista y recopilador de antologías, fue el primer israelí premiado con el Nobel de Literatura en 1966 e Isaac Bashevis Singer, judío y ciudadano polaco, también escritor y Premio Nobel de Literatura en 1978.

Fuentes:

*"El cabalista que desafió al demonio y perdió la vida". Canal de YouTube de Yoel Benhabib.

*Wikipedia.org.