LA REALIDAD OCULTA

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SEPARA LA REALIDAD DE LA FANTASÍA.
José María Ibáñez.

jueves, 10 de octubre de 2013

LA LEYENDA DEL VIEJO WAVERLY HILLS

AMADO CARBONELL SANTOS


Los lugares donde se han sucedido actos macabros de dolor, sufrimiento y muerte, son propicios para que la fenomenología paranormal se manifieste de manera recurrente, dejando una huella indeleble en el subconsciente de todo aquel que se aventura a visitarlos. 

Uno de estos emplazamientos es el sanatorio para tuberculosos de Waverly Hills; un hospital puntero en su época, que poco a poco fue transformándose en un edificio donde los experimentos más atroces se sucedían entre sus paredes. Pero esto no fue siempre así...
Waverly Hills (Foto: hauntedplaces.co.

A finales del siglo XIX, estas tierras fueron adquiridas por el Comandante Thomas H. Henos, era una zona muy apartada de la población, perfecta para crear un hogar entre las montañas, pero al ver que sus hijas tenían que caminar durante muchos kilómetros para llegar al colegio del pueblo, decidió construir una pequeña casa-escuela para que sus hijas pudieran estudiar sin tener que salir de aquel pequeño paraíso.

Thomas tomó la decisión de contratar a la señorita Lizzie Lee Harris como profesora para sus hijas, donde al poco tiempo de realizar su labor como docente, bautizó la escuela con el nombre de "Waverly Schol", pues según ella, aquel lugar le recordaba a la novela del escritor Walter Scott que siempre leía en sus ratos libres: "Waverley". Aquel nombre fue tan acertado, que incluso al comandante le gustó y decidió llamar al lugar Waverly Hills. Dicho nombre, fue conservado por el propio consejo estadounidense del hospital para el tratamiento de la tuberculosis, cuando adquirió el terreno y los permisos de construcción del famoso sanatorio.

Las obras se iniciaron durante la primera década del siglo XX, concretamente en el año 1908, y abrió sus puertas al público el 26 de julio de 1910, habiendo sido diseñado y creado para acomodar a 50 pacientes afectados de tuberculosis, o como se la denominaba en aquella época, "la muerte blanca".

Los infectados por esta enfermedad, debían ser aislados de la sociedad de una manera que pudieran disfrutar de una estancia al aire libre, y a la vez recibiendo un tratamiento que ayudase a mejorar su estado de salud. Por norma general, este tipo de centros de salud especializados se construían en zonas de montaña apartadas de las grandes urbes, para garantizar la correcta ventilación de las estancias y recibir toda la atención clínica que pudieran necesitar. Pues una enfermedad como la tuberculosis, que hoy en día se trataría con un par de comprimidos, a principios de siglo provocaba verdaderas pandemias capaces de segar la vida de millares de personas.

Poco a poco, el número de personas afectadas por el vacilo de Koch iba en aumento, y el sanatorio no daba abasto para atender a todas aquellas personas. Por eso, se decidió dar luz verde a las obras de ampliación del sanatorio hasta llegar a las 140 plazas, que en poco tiempo volvieron a quedar ocupadas, y provocando la demanda de construcción de un hospital más grande y mejor equipado, llegando a convertirse en el centro médico más avanzado de su época.

Las obras de reconstrucción del gigantesco hospital comenzaron el mes de marzo de 1924, y finalizaron en octubre de 1926, momento en el que abrió sus puertas y se mantuvo funcionando como un hospital dedicado por completo al estudio y tratamiento de la tuberculosis hasta el año 1961, momento en que fue reformado y reabierto de nuevo a finales de 1962 con el nombre de WoodHeaven Medical Services, realizando la función de centro geriátrico para que la gente de avanzada edad pudiera pasar los últimos años de su vida entre la paz y la serenidad que proporcionaban las colinas de Waverly Hills, hasta que finalmente fue clausurado por el estado de Kentucky durante 1980.
Zona exterior de los salones y el solarium
(Foto: myoldkentuckyroadtryp.files.wordpress.com)

Tuvieron que pasar varios años para que salieran a la luz el tipo de experimentos que realizaban los médicos con sus pacientes e internos. Para evitar que las bacterias exhaladas por los pacientes quedasen flotando en el ambiente del interior de las estancias comunes, se disponían algunas camas y sillones de la zona exterior, para que las corrientes del aire fresco de la montaña, arrastrasen todo aquel aire infectado, denominando aquellos métodos como exposición directa de corrientes de aire. Poco a poco los experimentos se convertían en verdaderas torturas...

Cuando un pulmón tenía una zona más afectada por la enfermedad, al paciente se le extirpaban literalmente las costillas que se alojaban sobre la parte infectada, cortando toda la sección del pulmón para que la bacteria no pudiera seguir devorando el tejido sano. El problema de esta intervención quirúrgica, era que el paciente perdía toda la consistencia y forma de la caja torácica que se mantenía simplemente con las costillas que no habían sido cortadas, obligándole a vagar por todo el hospital como un ser parcialmente deforme.

Tratamientos de frío extremo, descargas por electroshock, amputaciones y extirpación de órganos infectados... eran las rutinas médicas que se sucedían cada semana en este arcaico emplazamiento. Métodos que llegaron a alcanzar la escalofriante cifra de 63.000 fallecidos a lo largo de sus casi cuarenta años de historia como centro médico de la tuberculosis. Tal era la tasa de mortalidad, que tuvieron que habilitar una zona subterránea para que los internados no presenciaran el traslado de los fallecidos hasta el cementerio apostado en una gran extensión de tierra en las afueras del complejo. La historia bautizaría a este corredor como el "Túnel de los Muertos de Waverly Hills".


Imagen de una supuesta aparición en la
planta baja. (Foto: ermaktravel.com)
Aunque la verdadera leyenda comienza en el momento que se clausuran sus puertas, y los vigilantes encargados de que no accedan personas no autorizadas al recinto, comienzan a denunciar que suceden cosas extrañas dentro de sus viejos y oscuros muros. Tal llega a ser la magnitud de sucesos paranormales, que las noticias comenzaron a correr como la pólvora a través de los medios de comunicación del país. Lo cual, provocaba que los amantes de lo paranormal se vieran obligados a visitar este lugar de muerte y misterio. Las manifestaciones más comentadas por sus visitantes suelen ser muy parecidas:

*Luces que se encienden y apagan solas.
*Sombras oscuras y alargadas caminando por la zona del solárium.
*Niños correteando por el tercer piso.
*Una niña que juega con las ropas de los visitantes.
*Un niño que corre y juega con un balón de cuero, que desaparece ante la atónita mirada de los testigos.
*Una anciana que pide ayuda desde el fondo de los pasillos del primer piso.
*Incluso olores de comida al fuego...

Pero la zona que más inquietaba tanto a visitantes como a los guardas, era la habitación que tenía sobre el marco de su puerta el número 502, y que según contaban los historiadores del lugar, habrían encontrado a una de las enfermeras ahorcada por haberse quedado embarazada de uno de los médicos. Nunca se ha registrado la manifestación de esta enfermera, pero muchas personas han tenido en sus propias carnes la sensación de temor y frío que se apreciaban en aquella estancia.
Detalle del marco de la habitación 502
(Foto: skaryforkids.com)

A la vista de la publicidad y la buena acogida que tenía el complejo por todos los investigadores y aficionados al misterio de todo el mundo, se decidió organizar visitas guiadas por todo el edificio, dejando que el público que se aventurase a cruzar el umbral de sus muros, sintiera en primera persona los sucesos que han hecho famoso este lugar. Actualmente los precios de las visitas rondan entre los 50 y los 100 euros, dependiendo de si se quieren hacer de día o durante la madrugada.

¿Se atreven a cruzar el umbral del famoso y temido Waverly Hills?


2 comentarios:

  1. Si que cruzaría el umbral,
    pero con un equipo de investigadores, porque ademas del miedo soy muy sensitiva jeje Me ha encantado el relato, me ha hecho refrescar la memoria y recordar que en España, también tenemos otro abandonado y misterioso hospital de tuberculosos El Sanatorio antituberculoso de Sierra Espuña.

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