LA REALIDAD OCULTA

TE INVITAMOS A VIAJAR CON NOSOTROS A TRAVÉS DE LA LÍNEA DIVISORIA QUE
SEPARA LA REALIDAD DE LA FANTASÍA.
José María Ibáñez.

martes, 5 de julio de 2011

CHARLES FORT: EL ENEMIGO DE LA CIENCIA

JOSÉ MARÍA IBÁÑEZ

"Es un hombre ni joven ni viejo, parecido a una foca tímida. Tiene patas redondas y cortas, vientre y caderas, nada de cuello, cráneo grande y medio desplomado, ancha nariz asiática, gafas de hierro y bigotes a lo Gurdjieff. Se le habría podido tomar por un profesor de menchevique. Su nombre: Charles Hoy Fort". Esta descripción fue realizada a finales de la década de los sesenta del siglo pasado por los autores del imprescindible "El Retorno de los Brujos", los franceses Louis Pauwels y Jacques Bergier, quienes, confesaron haberse basado en los procesos de búsqueda de Fort para la confección de la citada obra.

Charles Hoy Fort 
(Foto: life-book.com)

Charles Hoy Fort (1874-1932), fue un gran investigador autodidacta, un severo cuestionador de las verdades intocables de la ciencia y, un precursor avanzado de las investigaciones paranormales. Autor marginal y controvertido, expresaba con sumo convencimiento que "La ciencia es una nueva forma de control social cuyo objetivo es esconder la naturaleza fantástica del universo, echando fuera las paradojas, contradicciones, milagros, sucesos paranormales, es decir, todo lo inusitado que se aparte de un plan establecido de cosas". Durante casi toda su vida, Charles Fort rellenó más de treinta mil fichas, guardadas y ordenadas pulcramente en cajas de zapatos, sobre la más variada fenomenología que la ciencia ha tenido a bien excluir, recopilando toda clase de evidencias, como demostración de que la ciencia solo era una fachada.


A través de su obras "El Libro de los Condenados" (1919), "New Lands" (1923), "Lo!" (1931) y "Wild Talents" (1932), Fort argumenta que la mayoría de explicaciones científicas son mucho más fantásticas que la realidad evidente, pero nos conformamos con ellas para poder dormir un poco más tranquilos por las noches. Lluvias rojas, verdes, amarillas, caídas de piedras, de sangre, de carne, de bloques de hielo. Huellas incomprensibles, piedras labradas, restos de seres gigantescos y enanos; inscripciones en meteoritos, soles verdes, lunas azules, sombras en la Luna... A través de todos los datos recopilados, su procesión de los condenados, creó toda una nueva filosofía y puso los cimientos para la edificación de una nueva ciencia.


Las obras de Fort tratan de lo que él mismo denomina hechos condenados. Condenados por la ciencia ortodoxa y, en ocasiones, por el mismísimo sentido común. Hechos que las llamadas voces autorizadas, tienden a olvidar, ridiculizar o racionalizar sin argumentaciones coherentes. Pero, su verdadero mérito radica, no tan solo en la recopilación de toda une serie de fenómenos extraños y hechos enigmáticos y misteriosos, sino el haber logrado a través de todos ellos, una nueva visión del mundo desconocido que nos rodea, a través de una nueva forma de observar los acontecimientos: el Intermedianismo.


Fort enarbolaba un sentido totalmente crítico que le alejaba de las ideas y teorías comúnmente aceptadas, rebelándose contra la oficialidad cuadriculada y poniendo en evidencia sus métodos. Los conocedores de su obra, están convencidos de la indudable vigencia de sus afirmaciones en la actualidad "en estos tiempos de control mediático de la opinión pública y aborregamiento general". Según Fort, "La ciencia de hoy es la superstición de mañana, y la superstición de hoy es la ciencia de mañana. El mundo necesita una enciclopedia de los hechos excluidos, de las realidades condenadas. Mucho me temo que habrá que entregar a nuestra civilización mundos nuevos en los que las ranas blancas tengan derecho a vivir".


Louis Pauwels y Jacques Bergier, no tienen ninguna duda al afirmar que,  "Nosotros no lo creemos todo, pero creemos que todo debe ser examinado. Ha veces el estudio de los hechos dudosos conduce a la más amplia expresión de los hechos verdaderos".
La realidad más evidente, según Charles Hoy Fort, es que "Hay más cosas en el cielo y en la tierra de las que podemos imaginar y comprender".




EL LIBRO DE LOS CONDENADOS
 
(Foto: todocolección.net)
 Publicado en 1919 en Nueva York, "El Libro de los Condenados", cosechó un gran éxito editorial y causó una verdadera revolución en los círculos intelectuales. Según Domingo Santos, traductor de la obra al castellano en 1969: "Su aparición causó un verdadero escándalo, siendo al mismo tiempo alabado como uno de los libros más lúcidos de los últimos tiempos e insultado como una de las aberraciones más monstruosas de toda la historia de las pseudo-ciencias. El Libro de los Condenados, es un libro irreproducible, imposible de copiar, sería preciso un espíritu como el de Charles Fort para continuar su obra, para que todos estos hechos malditos, excluidos, excomulgados, condenados, que forman este libro único, surgieran a la luz con todo el clamor de su silencio". Han transcurrido más de noventa años desde la publicación de "El Libro de los Condenados" y, sorprendentemente, una parte importante de las afirmaciones de Fort siguen todavía vigentes. 


Muchas cosas han cambiado pero, por desgracia, las reacciones y las explicaciones de las voces autorizadas siguen siendo idénticas a las descritas en sus obras.

domingo, 3 de julio de 2011

LOS TRECE ESPÍRITUS DEL EDIFICIO JOELMA

JOSÉ MARÍA IBÁÑEZ

Edifico Joelma (Foto: normasegura.blogspot.com)
El día 1 de febrero de 1974, dos años después de su construcción, a las 08:45 de la mañana, un cortocircuito producido en el sistema del aire acondicionado del Edifico Joelma de Sao Paulo (Brasil), provocó un incendio devastador. La temperatura alcanzó los 700º centígrados. La gente huía despavorida y sin rumbo fijo formando parte de un espectáculo dantesco. El fuego acabó destruyendo casi la totalidad del edificio de oficinas más moderno de la ciudad. El resultado final de la tragedia fue de 345 heridos y 189 muertos.

EL FANTASMA DE VOLQUIMAR
En la planta 23 del edificio, al parecer el lugar exacto donde se desencadenó la tragedia, trabajaba una joven informática llamada Volquimar Carvalho dos Santos. La historia de la muchacha, que fallecería asfixiada en el incendio, forma parte de los enigmas que desde entonces han rodeado el enclave. Según cuenta su madre, Walkyria Farias de Carvalho, "ella se me apareció horas después de su muerte para contarme en cuál tanatorio reposaba su cadáver".

Volquimar Carvalho dos Santos
(Foto: estudoespiritismoKardec.blogspot.com)

Pero los hechos inexplicables provocados, según parece, por Volquimar, no acaban ahí. Cinco años después del trágico accidente del Joelma (1979), se rodó una película, dirigida por Clery Cunha, basada en el incendio: tomando como principal protagonista a la joven procesadora de datos (Joelma 23º Andar). La joven actriz que asumió el papel de Volquimar, Beth Goulart, afirma que "durante el rodaje sentí sensaciones extrañas. Incluso en el mismo instante de mi muerte, en la ficción, apareció una cara en el celuloide que muchos están convencidos que se trata del fantasma de Volquimar". Al parecer, los propios encargados del montaje de la película también percibieron imágenes extrañas. Lo cierto es que la filmación de la película se vio envuelta en un halo de misterio.

LA HISTORIA CONTINUA
Transcurridos casi cinco años de trabajos de rehabilitación, el nuevo edificio "Praça da Bandera" (Plaza de la Bandera) quedó oficialmente reconstruido y fue inaugurado. Pero desde entonces los fenómenos paranormales no han cesado. Recojamos el testimonio de los diferentes medios de comunicación que se han hecho eco del asunto. "Los funcionarios del edificio no se cansan de repetir que en el nuevo edificio siguen produciéndose hechos extraños. Al margen de los ruidos y olores extraños, son muchos los testimonios que apuntan a la aparición de una muchacha rubia muy parecida a la joven Volquimar".
En el año 2004, Jogetsu, una monja budista, realizó trabajos de exorcismo en el nuevo edificio. Durante el trabajo de purificación afirma: "Sentí repentinas bajadas de temperatura y la audición de una música de origen desconocido. También pude apreciar con total claridad el espíritu de una muchacha rubia que me agradeció las oraciones".
Por otro lado, en el aparcamiento del edificio, un empleado declaró que estando en la garita de control percibió, con toda claridad, la presencia de una joven rubia rodeada de humo: "La visión duró tres o cuatro segundos, pero estoy completamente seguro de que no se trataba de una alucinación y que todo era real". Asimismo, un mensajero que fue a entregar unos paquetes, el regresar a la furgoneta, percibió nítidamente la presencia de una joven rubia, muy guapa, sentada cómodamente en el asiento del pasajero.

EL CRIMEN DEL POZO
De todas formas, según apuntan algunos investigadores de fenómenos paranormales, para entender las auténticas causas de los misterios que envuelven el lugar de los hechos, tenemos que retroceder en el tiempo. Todo sucedió a finales de los años cuarenta: mucho antes de la construcción del Joelma.
Paulo Ferreira 
(Foto: forum.jogos.uol.com.br)
En aquella época, existía en ese mismo solar, una casa donde habitaba un profesor de química de veintiséis años de edad, Paulo Ferreira de Camargo, su madre y sus dos hermanas. Paulo Ferreira asesinó al resto de su familia y los cadáveres fueron hallados en el interior de un pozo, que el propio asesino había construido en el patio trasero de su casa.
Después de consumar la matanza, Paulo viaja hacia el sur del país. Desde allí, con toda la sangre fría del mundo, se remite un telegrama a sí mismo: anunciando que su madre y sus dos hermanas habían fallecido en un trágico accidente de tráfico. Tres semanas después Paulo regresa al lugar de los hechos y es detenido por la policía. Paulo, acorralado, no aguanta la presión a la que se ve sometido por parte de los inspectores policiales y acaba suicidándose con un disparo de escopeta en el corazón. Finalmente, tras varias jornadas de búsqueda infructuosa, los investigadores descubren, en el interior del pozo, a los tres cadáveres en avanzado estado de descomposición. Durante el rescate de los cuerpos murió, víctima de una extraña infección, un miembro del cuerpo de bomberos.
El suceso a pasado a la historia como "O Crime do Poço" (El Crímen del Pozo).

EL MISTERIO DE LOS TRECE ESPÍRITUS
Durante el terrible incendio que asoló al Edificio Joelma, trece personas murieron carbonizadas en el interior del ascensor. Los restos de dichos cuerpos fueron inhumados en el cementerio de San Pedro, en la zona este de Sao Paulo, donde yacen sin identificar. Esos trece cuerpos, que permanecen en el más absoluto de los anonimatos, han dado origen a la leyenda conocida como "El misterio de los trece espíritus" que, según parece, conceden milagros a los que rezan entre sus tumbas.
Los 13 cadáveres sin identificar
(Foto: audienciaaberta.blogspot.com)
Luiz Nunes (Luizao), es el jardinero y vigilante del cementerio y así nos lo cuenta: "Todo comenzó cuando una noche, rezando con mi mujer y otra persona, escuchamos unos gritos desgarradores pidiendo socorro. Mi mujer me pidió que fuera a verificar si los gritos procedían del cementerio. En la parte baja del cementerio había un grupo de mujeres rezando y al preguntarles si habían visto u oído algo fuera de lo normal, negaron con la cabeza. Días más tarde, comprobé que los lamentos provenían de las tumbas de los trece muertos sin identificar. Sabiendo de su trágica muerte, vertí agua sobre las tumbas. Acto seguido los gritos cesaron. Creo que los espíritus de los trece fallecidos piden agua debido al terrible sufrimiento de su muerte".
Luiz, también ha recogido varios testimonios sobre los favores otorgados por los espíritus a los visitantes que van a echarles agua, y a orar por sus almas. Estos visitantes, agradecidos, construyeron, al lado del lugar donde reposan sus cuerpos, una sencilla capilla como homenaje a los trece desaparecidos.


Según la prensa local, Nunes afirma que estas voces cesan cuando vierte agua sobre los restos de los trece atrapados en el incendio y que después, estos espíritus le otorgan cosas. De hecho, es a esa labor de "mitigación del sufrimiento" con agua, a la que achaca su curación después de sufrir un infarto.