Edifico Joelma (Foto: normasegura.blogspot.com) |
El día 1 de febrero de 1974, dos años después de su construcción, a las 08:45 de la mañana, un cortocircuito producido en el sistema del aire acondicionado del Edifico Joelma de Sao Paulo (Brasil), provocó un incendio devastador. La temperatura alcanzó los 700º centígrados. La gente huía despavorida y sin rumbo fijo formando parte de un espectáculo dantesco. El fuego acabó destruyendo casi la totalidad del edificio de oficinas más moderno de la ciudad. El resultado final de la tragedia fue de 345 heridos y 189 muertos.
EL FANTASMA DE VOLQUIMAR
En la planta 23 del edificio, al parecer el lugar exacto donde se desencadenó la tragedia, trabajaba una joven informática llamada Volquimar Carvalho dos Santos. La historia de la muchacha, que fallecería asfixiada en el incendio, forma parte de los enigmas que desde entonces han rodeado el enclave. Según cuenta su madre, Walkyria Farias de Carvalho, "ella se me apareció horas después de su muerte para contarme en cuál tanatorio reposaba su cadáver".
Volquimar Carvalho dos Santos (Foto: estudoespiritismoKardec.blogspot.com) |
Pero los hechos inexplicables provocados, según parece, por Volquimar, no acaban ahí. Cinco años después del trágico accidente del Joelma (1979), se rodó una película, dirigida por Clery Cunha, basada en el incendio: tomando como principal protagonista a la joven procesadora de datos (Joelma 23º Andar). La joven actriz que asumió el papel de Volquimar, Beth Goulart, afirma que "durante el rodaje sentí sensaciones extrañas. Incluso en el mismo instante de mi muerte, en la ficción, apareció una cara en el celuloide que muchos están convencidos que se trata del fantasma de Volquimar". Al parecer, los propios encargados del montaje de la película también percibieron imágenes extrañas. Lo cierto es que la filmación de la película se vio envuelta en un halo de misterio.
LA HISTORIA CONTINUA
Transcurridos casi cinco años de trabajos de rehabilitación, el nuevo edificio "Praça da Bandera" (Plaza de la Bandera) quedó oficialmente reconstruido y fue inaugurado. Pero desde entonces los fenómenos paranormales no han cesado. Recojamos el testimonio de los diferentes medios de comunicación que se han hecho eco del asunto. "Los funcionarios del edificio no se cansan de repetir que en el nuevo edificio siguen produciéndose hechos extraños. Al margen de los ruidos y olores extraños, son muchos los testimonios que apuntan a la aparición de una muchacha rubia muy parecida a la joven Volquimar".
En el año 2004, Jogetsu, una monja budista, realizó trabajos de exorcismo en el nuevo edificio. Durante el trabajo de purificación afirma: "Sentí repentinas bajadas de temperatura y la audición de una música de origen desconocido. También pude apreciar con total claridad el espíritu de una muchacha rubia que me agradeció las oraciones".
Por otro lado, en el aparcamiento del edificio, un empleado declaró que estando en la garita de control percibió, con toda claridad, la presencia de una joven rubia rodeada de humo: "La visión duró tres o cuatro segundos, pero estoy completamente seguro de que no se trataba de una alucinación y que todo era real". Asimismo, un mensajero que fue a entregar unos paquetes, el regresar a la furgoneta, percibió nítidamente la presencia de una joven rubia, muy guapa, sentada cómodamente en el asiento del pasajero.
EL CRIMEN DEL POZO
De todas formas, según apuntan algunos investigadores de fenómenos paranormales, para entender las auténticas causas de los misterios que envuelven el lugar de los hechos, tenemos que retroceder en el tiempo. Todo sucedió a finales de los años cuarenta: mucho antes de la construcción del Joelma.
Paulo Ferreira (Foto: forum.jogos.uol.com.br) |
En aquella época, existía en ese mismo solar, una casa donde habitaba un profesor de química de veintiséis años de edad, Paulo Ferreira de Camargo, su madre y sus dos hermanas. Paulo Ferreira asesinó al resto de su familia y los cadáveres fueron hallados en el interior de un pozo, que el propio asesino había construido en el patio trasero de su casa.
Después de consumar la matanza, Paulo viaja hacia el sur del país. Desde allí, con toda la sangre fría del mundo, se remite un telegrama a sí mismo: anunciando que su madre y sus dos hermanas habían fallecido en un trágico accidente de tráfico. Tres semanas después Paulo regresa al lugar de los hechos y es detenido por la policía. Paulo, acorralado, no aguanta la presión a la que se ve sometido por parte de los inspectores policiales y acaba suicidándose con un disparo de escopeta en el corazón. Finalmente, tras varias jornadas de búsqueda infructuosa, los investigadores descubren, en el interior del pozo, a los tres cadáveres en avanzado estado de descomposición. Durante el rescate de los cuerpos murió, víctima de una extraña infección, un miembro del cuerpo de bomberos.
El suceso a pasado a la historia como "O Crime do Poço" (El Crímen del Pozo).
EL MISTERIO DE LOS TRECE ESPÍRITUS
Durante el terrible incendio que asoló al Edificio Joelma, trece personas murieron carbonizadas en el interior del ascensor. Los restos de dichos cuerpos fueron inhumados en el cementerio de San Pedro, en la zona este de Sao Paulo, donde yacen sin identificar. Esos trece cuerpos, que permanecen en el más absoluto de los anonimatos, han dado origen a la leyenda conocida como "El misterio de los trece espíritus" que, según parece, conceden milagros a los que rezan entre sus tumbas.
Según la prensa local, Nunes afirma que estas voces cesan cuando vierte agua sobre los restos de los trece atrapados en el incendio y que después, estos espíritus le otorgan cosas. De hecho, es a esa labor de "mitigación del sufrimiento" con agua, a la que achaca su curación después de sufrir un infarto.
Los 13 cadáveres sin identificar (Foto: audienciaaberta.blogspot.com) |
Luiz Nunes (Luizao), es el jardinero y vigilante del cementerio y así nos lo cuenta: "Todo comenzó cuando una noche, rezando con mi mujer y otra persona, escuchamos unos gritos desgarradores pidiendo socorro. Mi mujer me pidió que fuera a verificar si los gritos procedían del cementerio. En la parte baja del cementerio había un grupo de mujeres rezando y al preguntarles si habían visto u oído algo fuera de lo normal, negaron con la cabeza. Días más tarde, comprobé que los lamentos provenían de las tumbas de los trece muertos sin identificar. Sabiendo de su trágica muerte, vertí agua sobre las tumbas. Acto seguido los gritos cesaron. Creo que los espíritus de los trece fallecidos piden agua debido al terrible sufrimiento de su muerte".
Luiz, también ha recogido varios testimonios sobre los favores otorgados por los espíritus a los visitantes que van a echarles agua, y a orar por sus almas. Estos visitantes, agradecidos, construyeron, al lado del lugar donde reposan sus cuerpos, una sencilla capilla como homenaje a los trece desaparecidos. Según la prensa local, Nunes afirma que estas voces cesan cuando vierte agua sobre los restos de los trece atrapados en el incendio y que después, estos espíritus le otorgan cosas. De hecho, es a esa labor de "mitigación del sufrimiento" con agua, a la que achaca su curación después de sufrir un infarto.
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