José María Ibáñez
La existencia de los llamados "payasos merodeadores" es tan real como la vida misma. No se trata de un antiguo mito, sino de un fenómeno social ocurrido recientemente. Se trata de una ola de avistamientos desencadenados principalmente en los Estados Unidos, Canadá y algunos países europeos entre los años 2016 2017, donde personas disfrazadas de payasos aparecían en lugares púbicos causando miedo, aunque en la inmensa mayoría de los casos no se contabilizó ningún delito grave.
El término de “payasos merodeadores” se popularizó en 2016,
cuando en distintos estados de Norteamérica aparecieron personas disfrazadas de
payasos en bosques, jardines, calles, plazas y cementerios, la mayoría de las
veces portando objetos intimidadores como cuchillos falsos. El fenómeno se hizo
viral en medios de comunicación y redes sociales, extendiéndose a países como
el Reino Unido, Canadá, Francia y Suecia. Generó alarma pública, con padres preocupados,
escuelas reforzando los servicios de seguridad y la policía en estado de
alerta.
En Carolina del Sur, EE.UU., se denunciaron casos de payasos
intentando atraer a niños hacía un bosque. Aunque nunca se confirmaron intentos
reales de secuestro, la noticia se expandió rápidamente como un reguero de
pólvora.
En el Reino Unido se produjeron múltiples arrestos de jóvenes
disfrazados de payasos que se dedicaban a asustar a los transeúntes. En España
también se registraron algunas imitaciones del fenómeno, especialmente a través
de las redes sociales y durante Halloween.
Veamos algunos antecedentes populares. John Wayne Gacy, el
asesino en serie estadounidense conocido como “Pogo el payaso”, en los años
setenta contribuyó a la asociación del payaso con lo siniestro. Películas como “It”,
adaptación de la novela de Stephen King y otras representaciones de payasos
malvados reforzaron el miedo colectivo.
En cuanto a leyendas urbanas, el “payaso del cementerio” y otras
historias previas ya habían alimentado la idea de la existencia de payasos
aterradores. Tanto en Norteamérica como en Europa existen leyendas y fenómenos
relacionados con payasos y cementerios, aunque se presentan en distintas formas.
Por ejemplo, en Estados Unidos, se vinculan con el famoso Clown Motel, situado
en Nevada, conocido como el motel más embrujado, decorado con cientos de
figuras de payasos, se encuentra al lado de un antiguo cementerio de mineros
que data de 1911. Los huéspedes cuentan haber sufrido experiencias
paranormales; risas de madrugada, sombras en forma de payaso y sensaciones de
estar siendo observados. Este lugar se ha convertido, por derecho propio, en un
ícono del tanatoturismo estadounidense, mezclando la estética circense con el
mundo de los muertos.
La historia real de los payasos merodeadores es más un
fenómeno social y mediático, impulsado por cierto colectivo y la viralidad en las
redes sociales. Aunque hubo casos de intimidación y detenciones, no existió una
red organizada de payasos peligrosos, sino más bien de imitadores y bromistas
que se aprovecharon del miedo cultural hacia esta figura. No fue un episodio de
histeria colectiva, sino que tuvo un impacto directo en la cultura popular y en
el marketing de la literatura y el cine de terror.
Un somero repaso a las hemerotecas nos plantea que el
fenómeno de los payasos merodeadores ocurrió justo un años antes del estreno de
la nueva adaptación cinematográfica de “It”, basada en la novela de Stephen
King. La oleada de avistamientos hizo que el público ya asociara a los payasos
con peligro y misterio, lo que generó un terreno fértil para el éxito de la
película.
Por otro lado, campañas virales de la Warner Bros y New Line
Cinema se aprovecharon del clima social. Los trailers y posters de “It” se
centraron en la figura de “Pennywise”, potenciando el miedo colectivo que ya se
había instalado. “It” se convirtió, en su momento, en la película de terror más
taquillera de la historia, en parte porque el público estaba más que
predispuesto a sentir miedo ante la figura del payaso.
Los payasos merodeadores se convirtieron en material viral a
través de las redes sociales. Esto alimentó la estética del payaso siniestro en
la cultura digital. Los disfraces de payasos terroríficos se dispararon en
ventas y muchas tiendas reportaron un auge en las ventas de máscaras y trajes
inspirados en “Pennywise” y los payasos merodeadores. La figura del payaso
aterrador se reforzó en producciones posteriores, desde American Horros Story
hasta videojuegos de terror.
Añadir que, históricamente, en algunos países del centro de
Europa existía la tradición de contratar payasos o bufones para asistir a los
funerales, con el fin de aligerar el dolor por la pérdida de un ser querido y
recordar la alegría en vida del difunto. Aunque no es exactamente una leyenda de
apariciones, sí que conecta con la figura del payaso con los cementerios.
En el continente
europeo abundan los relatos protagonizados por seres fantásticos vinculados a
los cementerios y a la muerte, como el jinete sin cabeza o las apariciones de
espíritus vengativos. Aunque ni se trata de payasos, nos muestran como la vieja
Europa ha tejido un imaginario fúnebre muy rico.
FUENTES CONSULTADAS:
*lasillarota.com
*culturacolectiva.com
*es.wikipedia.org
*elportaldelmiedo.net
*basadoenhechosreales.com.ar

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