José María Ibáñez
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Foto: Universidad Nicolás Copérnico. |
El Cementerio de Pień, que data del siglo XVII, está ubicado
en la comuna de Dąbrowa Chełmińska, en la región de Chełmno, Polonia. Se
encuentra en el valle del río Vístula, en una zona que ha sido utilizada para
enterramientos desde la Edad Media.
Este camposanto ha captado la atención de arqueólogos e
historiadores debido a los inusuales entierros descubiertos en su territorio. Se
cree que esta necrópolis en el pasado fue utilizada para sepultar a personas
marginadas o consideradas peligrosas por la sociedad de la época, lo que explicaría
la presencia de tumbas con rituales anti vampíricos. Estos hallazgos ofrecen
una ventana a las creencias supersticiosas de la época y muestran cómo el miedo
a los muertos vivientes influyó en las prácticas funerarias.
El descubrimiento de una presunta “mujer vampira” fue
realizada en el año 2022, por arqueólogos de la Universidad Nicolás Copérnico,
institución pública ubicada en Torun, ciudad situada al norte de Polonia, que
atesora una rica historia y un impresionante casco antiguo medieval. Es famosa
por ser la ciudad natal del astrónomo Nicolás Copérnico.
Se trata de la tumba con los restos de una mujer sepultada
con una guadaña atravesada sobre su cuello, una práctica, al parecer, destinada
a evitar que regresara de entre los muertos. También se encontró un candado
colocado en su pie, otro símbolo de protección contra los vampiros. Este tipo
de entierros, al parecer, eran muy comunes en aquella época, cuando el miedo a
los “no muertos” y a las brujas estaba muy presente en aquella sociedad altamente
supersticiosa.
La mujer hallada era muy joven, probablemente padecía algún
tipo de trastorno mental o impedimento físico. Esto es lo que sabe hasta ahora
sobre “Zosia”, la popular “mujer vampira” que habitó en el pueblo de Pien,
durante el siglo XVII y que, de acuerdo con la bizarra pero no excepcional
descripción de su tumba, había sido considerada, en su tiempo, una vampira.
El equipo de arqueólogos limpió cuidadosamente el esqueleto
antes de proceder a su exhumación, documentando el más mínimo detalle del
hallazgo. La mujer, como mencionamos anteriormente, fue sepultada con una guadaña
sobre su cuello y un candado en el pie, lo que sugiere que los aldeanos tomaron
medidas extremas para evitar que regresara de entre los muertos.
Además, los arqueólogos explican que en las antiguas
creencias “las personas peligrosas tenían dos almas diferentes, una buena y
otra mala. El alma buena podía mantenerse dentro de la persona fallecida con un
candado cerrado. En caso de que el candado estuviera abierto se pensaba que esa
persona retornaría como un vampiro después de la muerte”.
Este increíble descubrimiento ahora ya tiene rostro. Gracias
a Oscar Nilsson, arqueólogo y artista especializado en reconstrucción facial.
Para dicha reconstrucción se utilizaron herramientas que combinan anatomía,
historia, arqueología, impresión 3D y pruebas de ADN. De esta manera, se
utilizó el modelo impreso en 3D del cráneo de la mujer, para luego comenzar un
minucioso proceso de reconstrucción facial, en el que se tuvieron en cuenta las
arrugas, la porosidad de la piel, los rasgos y las cicatrices resultantes de
las lesiones.
Pero no acaba aquí la historia. Un año después, en 2023, el
mismo equipo de arqueólogos de la Universidad Nicolás Copérnico, descubrió el
cuerpo de un niño enterrado boca abajo con un candado o grillete de hierro colocado
en el tobillo, lo que sugiere que la comunidad temía que pudiera convertirse en
un “niño vampiro”.
Aunque se han encontrado otros huesos infantiles en el
yacimiento, ninguno ha sido tan bien conservado como el esqueleto completo del
niño. Además, se descubrió un fragmento de mandíbula con una extraña mancha
verde en el hueso que rodea los dientes. Análisis químicos revelaron la
presencia de cobre, permanganato potásico y oro en la mancha, lo que sugiere la
posibilidad de que se haya utilizado una poción para tratar a la persona que
fue considerada un "vampiro".
Sabemos qué tanto en Polonia, como en otras partes de Europa,
las prácticas funerarias anti vampiros eran bastante comunes en siglos pasados.
Se creía que ciertos individuos, por su comportamiento extraño o por haber
muerto de manera repentina, podía regresar de la tumba convertidos en peligrosos
vampiros. Para evitarlo utilizaban distintos métodos:
Enterramiento boca abajo: Se creía que este método confundía
al difunto y evitaba que pudiera salir de la tumba.
Decapitación y colocación de la cabeza entre las piernas: Un
método drástico para asegurarse de que el muerto no volviera a la vida.
Uso de objetos de hierro: Como cuchillos o guadañas sobre el
cuello, para impedir físicamente que el cadáver se levantara.
Candados y piedras: Se colocaban sobre los pies o el pecho
del difunto como una barrera simbólica contra su regreso.
Monedas en la boca: Se creía que esto neutralizaba la amenaza
del vampirismo.
Las prácticas funerarias anti vampíricas han sido
descubiertas en varios lugares de Europa, reflejando el miedo medieval a los
muertos vivientes. Algunos de los hallazgos más destacados.
En la isla griega de Creta, arqueólogos descubrieron
evidencias de un rito ancestral en el cementerio de Sissi, donde los habitantes
desmantelaban tumbas y realizaban ceremonias para “matar a los muertos” antes
de sellar los sepulcros. En Italia, concretamente en la isla Lazzaretto Nuovo,
cerca de Venecia, se encontró un esqueleto con un ladrillo en a boca, una práctica
destinada a impedir que el difunto se alimentara de los vivos. En distintas
regiones de Rumania se han hallado tumbas con estacas clavadas en el pecho de
los cadáveres, una práctica muy común en la tradición vampírica de los
Cárpatos.
Estos hallazgos son una pequeña muestra de cómo el miedo al
vampirismo influyó en las prácticas funerarias de distintas culturas europeas.
FUENTES CONSULTADAS:
*historia.nationalgeographic.com.es
*www.huffingtonpost.es
*larepublica.pe
*www.muyinteresante.com
*www.elcronista.com
*www.okdiario.com
*www.espaciomisterio.com
*www.infobae.com
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