José María Ibáñez
Esta
curiosa historia transita, por así decirlo, entre la tradición y la más genuina
leyenda urbana. Conocido en los pasillos del poder como el “Gato Fantasma del
Capitolio”, este minino ya es tan famoso como las presuntas manifestaciones del
espíritu de Abraham Lincoln en la Casa Blanca.
Se
trata de un gato negro o atigrado, según plantean distintas versiones, que
merodea por los interiores del Capitolio de la ciudad de Washington D.C. Se
comenta que su espectral aparición precede a trágicos e importantes
acontecimientos, como el asesinato del presidente de los Estados Unidos John F.
Kennedy o el crack bursátil de 1929. Al parecer, también se apareció la noche
anterior del ataque japonés de Pearl Harbor. El último avistamiento oficial del
pequeño felino tuvo lugar, según la información recopilada, finalizada la
Segunda Guerra Mundial.
Todo
empezó en la década de 1890, cuando algunos gatos fueron introducidos en los
sótanos del Capitolio, para exterminar a los roedores que campaban a sus anchas
por los oscuros rincones. Al parecer, uno de dichos pequeños felinos nunca abandonó
el edificio, incluso después de su muerte, y su espíritu continúa
apareciéndose. Sea o no verdad, no me negarán, que la historia del “Gato
Fantasma del Capitolio”, es tan increíble como fascinante.
Y
es que, el fantasmal rumor ha corrido de boca en boca. Desde el siglo XIX, empleados
nocturnos y guardias de seguridad han reportado la aparición de un gato negro
fantasmal que merodea por los pasillos y los sótanos del edificio oficial. Lo
llaman, cariñosamente, “Demon Cat” o “DC”, curiosamente, las mismas iniciales
de la ciudad.
Dicen
que, antes del asesinato de Abraham Lincoln, descubrieron la sombra de un gato
deambulando por los sótanos de la sede del congreso de los Estados Unidos. Los
testigos lo describieron “como un animal grande y oscuro que aparecía y desaparecía”.
Según
nos cuentan, en 1890, el mamífero doméstico fue el responsable de la muerte de
uno de los vigilantes del edificio. Avanzó hasta él, para, seguidamente,
atacarle antes de desvanecerse en el aire. La víctima, por lo visto, falleció tras un
fulminante ataque al corazón.
Consultados
distintos expertos en fenómenos paranormales, la presencia del minino fantasmal
no resulta nada extraño. Al parecer, hay bastante actividad paranormal en toda
la zona del Capitolio, en especial en la colina donde se ubica. Ya que fue en
este lugar donde se levantaron distintos hospitales de campaña durante la Guerra
de Secesión. Murió mucha gente, hay energías cargadas de dolor y una atmósfera
muy propicia para que se produzcan todo tipo de fenómenos extraños. Incluso, se
habla de la existencia de portal de entrada al más allá.
Una
posible explicación nos la ofrece Steve Livengood, guía principal de la
Sociedad Histórica del Capitolio de los Estados Unidos, “la policía del
Capitolio era notoria para contratar a familiares y amigos no cualificados como
favores, y estos solían estar ebrios mientras patrullaban”. Livengood cree que
la leyenda comenzó “cuando un guardia de seguridad que estaba acostado en
estado de embriaguez, fue lamido por uno se los gatos del edificio y por error
asumió que era un gigante”. El guía oficial afirma que, al informar del incidente a
su superior, el guardia fue enviado a casa para recuperarse, y “eventualmente
los otros guardias descubrieron que podían conseguir tener un día libre si decían
que habían visto al gato del demonio”.
FUENTES CONSULTADAS:
*es.wikipedia.org
*www.atlasoscura.com
*www.infobae.com
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