Estatua de Silvestre II (Foto: www.centrorey.org) |
CONDE DE BARCELONA
En el año 967 viaja a la corte del conde de Barcelona, Borrell II, donde permanece tres años en el monasterio gerundense de Santa María de Ripoll. En la exquisita biblioteca del enclave cisterciense, Gerbert, da rienda suelta a su gran pasión por los libros y el estudio. Tres años después (970), el futuro pontífice viaja a Roma en compañía de su benefactor, el conde Borrell II y el obispo de Vic. La estancia en la ciudad eterna le resulta muy fructífera y traba una buena amistad con el papa Juan XIII y con Otón I, Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, que lo incorpora a su corte; nombrándolo tutor de su hijo, el futuro emperador Otón II.
Monasterio de Ripoll (Foto: www.davinci-systems.es) |
En el año 972, Gerbert regresa a Roma para asistir a la ceremonia imperial de esponsales de Otón II con la princesa griega Teófano (Teofania), hija de Romano II. Acabada la ceremonia, el emperador lo nombra abad del monasterio benedictino de San Columbao, en Bobbio, Lombardía (Italia). En el año 983, a la muerte de su mentor Otón II, Gerbert regresa a Francia, donde es nombrado director de la Escuela de la Catedral de Reims.
ARZOBISPO DE REIMS
Catedral de Reims (Foto: comentarios-arte.blogspot.com) |
Este le introduce en su corte en la cancillería de Aquisgrán; encomendándole tareas de asesor, profesor, capellán y músico. A la muerte del papa Gregorio V, en el año 999, con la inestimable ayuda del emperador, Gebert fue consagrado papa con el nombre de Silvestre II.
PAPA DEL AÑO 1000
Dice la leyenda que siendo arzobispo de Reims asombraba a sus contemporáneos por sus grandes y profundos conocimientos arcanos; poseía una cabeza parlante, de metal, en la que algunos estudiosos han visto la prefiguración de un ordenador. Al misterioso Papa del Año 1000, se le atribuyen un gran número de inventos: astrolabios, ábacos, relojes de agua... y también de haberse inspirado en numerosas obras de autores herejes; buscando conocimientos de cábala, ocultismo, esoterismo, astrología, alquimia...
Interior de San Juan de Letrán (Foto: vuelosalmundo.es) |
EL TESORO DE SILVESTRE II
El investigador francés Jean-Luc Berault, en un interesante artículo publicado en la revista especializada Mundo Desconocido, nos relata un suceso extraordinario que le aconteció al papa Silvestre II. En el Campo de Marte, una gran plaza de Roma, había una estatua de bronce que representaba a un hombre con el índice señalando hacia el suelo. Entre los romanos corrió una leyenda según la cual la cabeza del hombre estaba hueca y contenía oscuros secretos. Silvestre II tomó nota un día en que el sol pasaba por el meridiano de la Ciudad Eterna, del punto exacto en el que la sombra del índice de la estatua se reflejaba en el suelo. Y una noche, acompañado por uno de sus pajes, fue hacia aquel lugar y la tierra se abrió por algún extraño sortilegio; descubriendo un fabuloso tesoro en una cripta subterránea cuyas paredes eran de oro macizo. El pontífice nunca desmintió el hallazgo de la cripta repleta de oro, aunque, hubo quienes afirmaron, incluso, qué él mismo había fabricado el metal precioso ya que "prefería que se atribuyera su fortuna a esa circunstancia que al arte de la Alquimia".
El papa Silvestre II murió en el año 1005, llevándose todos sus secretos a la tumba. Y es que, entre la realidad y la fantasía existe una línea divisoria donde guardar el equilibrio, en muchas ocasiones, resulta difícil y complicado. Actualmente, la increíble figura del Papa del Año 1000 todavía nos sigue intrigando.
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