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SEPARA LA REALIDAD DE LA FANTASÍA.
José María Ibáñez.

viernes, 13 de junio de 2025

UNA VISITA AL MUSEO DE LA MUERTE

 José María Ibáñez

Foto: www.elciudadano.com


James Healy y Cathi Shulz, comparten con el visitante su más que interesante colección privada. Dicen que es una de las más grandes y completas del mundo, de objetos relacionados con la muerte, asesinos en serie, suicidios famosos. Durante el recorrido, ante nuestros ojos, van desfilando cuchillos utilizados por asesinos, cartas remitidas desde la cárcel por psicópatas, fotografías, vídeos, calaveras, bolsas para cadáveres, cabezas reducidas, ataúdes, sogas, objetos funerarios e instrumentos forenses. El espacio museístico fue fundado en 1998 en San Diego, pero en el año 2000 se trasladó a su actual ubicación, la ciudad californiana de Los Ángeles, no muy lejos de Hollywood Boulevard, paraíso del glamour y la fantasía. Es visita obligada al Museum of Death (Museo de la Muerte), situado en el 6363 de Selma Avenue.

Efectivamente, la muestra en sus doce secciones bien diferenciadas, expone cartas manuscritas y objetos personales de algunos criminales, vídeos de autopsias y asesinatos, una cabeza cortada por una guillotina, artículos relacionados con el asesinato, todavía pendiente de resolver, de Elizabeth Short, la “Dalia Negra”, dispositivos para ejecuciones, arte de asesinos en serie… Este impactante museo contiene de todo, desde artículos funerarios hasta fotos de escenas de crímenes, e información sobre caníbales y suicidios.

Recorremos la sección dedicada a los asesinos en serie donde, entre otros, apreciamos las pertenencias de John Wayne Gacy, conocido también como “Pogo el Payaso” o el “Payaso Asesino”, un asesino en serie y agresor sexual estadounidense que violó y mató por lo menos a treinta y tres hombres jóvenes, en su mayoría menores entre 1972 y 1978, ejecutado por inyección letal el 10 de mayo de 1994. Observar sus siniestras pinturas, sus cartas y hasta los zapatos que utilizaba cuando se disfrazaba de clown, nos pone la piel de gallina.

En la “sala de ejecución”, una silla eléctrica, la ropa manchada utilizada en su ejecución por un condenado a muerte y la cabeza guillotinada de Henri Désiré Landrú, famoso asesino en serie francés, también conocido como el “Barba Azul de Gambais”, “Barba Azul Francés” o “moderno Barba Azul”, que estafó a unas trescientas mujeres y asesinó a once, cómo mínimo.

En otra estancia, la “sala de los funerales”, se exponen objetos utilizados a lo largo de la historia para los entierros: ataúdes, herramientas para embalsamar los cuerpos y para realizar autopsias.

Hay un espacio dedicado a Charles Manson y su “familia”. Allí además de ver objetos personales del psicópata y leer algunas de las cartas que envió a los dueños del museo, hay muchísimas evidencias sangrientas sobre el asesinato de Sharon Tate (la esposa de Roman Polanski).

En la sala de “canibalismo” la muestra incluye mucho material de Ed Gein, el asesino y profanador de tumbas estadounidense. Sus crímenes, cometidos en los alrededores de su ciudad natal de Plainfield (Wisconsin), adquirieron gran notoriedad en 1957 después de que las autoridades descubrieran que había exhumado cadáveres en cementerios locales y elaborado trofeos y recuerdos con sus huesos y piel. Según su propia confesión, también mató al menos a dos mujeres.

A lo largo del recorrido también nos topamos con una recreación muy explícita del suicidio masivo de la secta Heaven`s Gate (Puerta del Cielo). Recordemos que el terrible final de los miembros de la secta coincidió con el paso del cometa Hale-Boop en 1997 Applewhite, el líder, convenció a treinta y ocho de sus seguidores para suicidarse ya que sus almas ascenderían a una nave espacial que estaba situada detrás del cometa.

Así como material de los suicidios de Kurt Cobain, Marylin Monroe, el asesinato de JFK, las fotografías de la ejecución de Benito Mussolini, el Thanatron, la máquina de eutanasia inventada por Jack Kevorkian, conocido como el “Doctor Muerte”, que permitía a una persona administrar una mezcla de sustancias letales por vía intravenosa con solo pulsar un botón y así facilitar el suicidio asistido en pacientes con enfermedades terminales y, también, la escalofriante fotografía de una mujer y su amante posando felices junto al cadáver descuartizado de su marido.


FUENTES CONSULTADAS:

*www.museumofdeath.net

*atlasinsolitus.com

*www.infobae.com

*wwwdiariodelviajero.com

*roamliss.com

 

 

 

 

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