José María Ibáñez
La Torre del Fantasma es uno de los lugares más
misteriosos y legendarios de la ciudad de Buenos Aires. Su historia es una mezcla arquitectura
modernista, sucesos paranormales y leyendas urbanas que han fascinado a
generaciones. Situada en Wenceslao Villafañe, 361, en la intersección con
Almirante Brown y Benito Pérez Galdós, barrio de la Boca, Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, fue construida en 1910, por encargo de su dueña María Luisa
Auvert Aurnaud, una mujer rica y excéntrica con raíces catalanas, por Guillermo
Álvarez, arquitecto y filantrópico gallego que dejó una profunda huella en la
arquitectura de la ciudad de Buenos Aires, especialmente en el estilo
modernista catalán que caracteriza obras como la famosa Torre del Fantasma.
El arquitecto nació en 1867, en Cortegada de Baños, Ourense, Galicia
(España). Llegó a Buenos Aires en 1885, con apenas dieciocho años, para
reunirse con su padre y hermanos. Comenzó como obrero de la construcción y se
formó como arquitecto. Falleció en Buenos Aires en 1929, a la edad de sesenta y
dos años.
El diseño sigue el estilo modernista catalán, con curvas,
balcones ornamentados con plantas exóticas y hongos alucinógenos, rematada por
una torre con almenas que albergaba un tanque de agua, posiblemente el primero
del barrio.
La torre fue pensada inicialmente como edifico de pisos de
alquiler, pero Auvert quedó tan fascinada que decidió mudarse allí con sus
sirvientes. Con el tiempo los sirvientes comenzaron a abandonar el lugar por
miedo a los gritos nocturnos y sucesos inexplicables. La señora Auvert huyó una
noche, dejando el edificio vacío y encargó a una inmobiliaria que lo dividiera
en apartamentos.
Una joven artista llamada Clementina alquiló el último piso y
lo convirtió en su taller. Era muy alegre, talentosa y querida por sus vecinos.
Una periodista llamada Eleonora la entrevistó y tomó algunas fotos de sus
obras. Días después, comenzaron suceder fenómenos extraños y gritos de terror.
Clementina se suicidó arrojándose al vacío desde lo alto de la torre. En las
fotos hechas por la periodista aparecieron tres duendes que no estaban
presentes en el momento de la exposición.
Se dice que el edificio está habitado por follets, criaturas míticas profundamente
arraigadas en la mitología catalana, similares a los duendes o gnomos del folklore
europeo. Su figura ha evolucionado con el tiempo, mezclando elementos paganos, supersticiones
populares y creencias cristianas.
En la actualidad, la Torre del Fantasma sigue siendo uno de
los rincones más enigmáticos y fascinantes de Buenos Aires. Aunque es una
propiedad privada y no está abierta al público de forma regular, su fama como
lugar de leyenda y arquitectura única la mantiene viva en el imaginario
colectivo. No está habilitado como museo ni atracción turística oficial, aunque
algunos visitantes se acercan para fotografiarlo desde el exterior.
Algunos vecinos afirman seguir escuchando gritos y pasos por
las noches. Otros creen que los sucesos se deben a los efectos alucinógenos de
las plantas decorativas. La torre sigue siendo un símbolo cultural y
arquitectónico de La Boca, aunque su acceso está limitado por ser propiedad
privada. Pero sigue siendo un símbolo de misterio y belleza arquitectónica.
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*www.clarin.com
*www.nexofin.com
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