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SEPARA LA REALIDAD DE LA FANTASÍA.
José María Ibáñez.

miércoles, 25 de mayo de 2022

¿FANTASMAS?

 Esther Calvo

James Fraser y Cris Cobb. Hipertextual.
Imagen del fantasma más antiguo del mundo.


Son famosas las historias o leyendas de fantasmas, quien no conoce a alguien que le han contado o que ha visto alguno. Suelen aparecer en castillos o casas encantadas. O lo que puede ser peor en casas particulares. Alguien nos ha contado que ha visto sombras en el pasillo de su casa. Los ascensores de una finca no acaban de funcionar correctamente, no se sabe muy bien porqué. Freidoras que ejercen su función desenchufadas, etc, estos son algunos de los efectos que atribuimos a los fantasmas. 

Pero ¿cuándo podemos datar el primer fantasma del cual se tiene testimonio?. En un artículo firmado por Azucena Martín, en "Hipertextual", se nos cuenta que el fantasma más antiguo es de hace 3.500 años. En la tablilla babilónica que ilustra este artículo, se ve una mujer muerta maniatada y con una correa sujetada por un joven, esta historia es contada en el libro de Irvin Frinkel, "The first ghost: most of legacies". En dicha tablilla, además de comentar la imagen, se dan las claves para devolver al espíritu al inframundo: el ritual se ha de celebrar al amanecer; se han de vestir dos estatuillas, una de hombre y otra de mujer con unos determinados atuendos, a los que se les concede un peine y una cama. Además se ha de hacer un conjuro al dios Sol, ofreciendo dos vasijas de cerveza.

En la Biblia encontramos una historia muy curiosa sobre el Rey Saúl. Llevado por celos, buscaba a David para matarle, pues había sido ungido por Samuel, como futuro Rey de Israel, ya que Saúl se negó a matar al rey de Amalec, además de traer su ganado consigo. Recordemos que Amalec había diezmado al ejército de los israelitas, atacando por la retaguardia, matando mujeres, ancianos y niños, cuando los israelitas acampaban en el desierto.

En medio de la persecución de Saúl a David, los filisteos se agrupan en Sunan. Saúl al ver el numeroso ejército de los filisteos, teme ir a la batalla pues no recibe consejo de Dios, ni de los profetas. Pide consultar con la nigromante de Endor. Disfrazado con ropas que no eran suyas, acude a la cita con la vidente. Él le pide que le convoque a un espíritu, ella se niega puesto que el Rey Saúl había repudiado y exiliado a todos los magos y nigromantes. Prometiendo que no le pasará nada, le pide que invoque a Samuel el profeta. Pero la adivina se da cuenta del engaño, y tiene miedo. Saúl le promete no castigarla por ello.

La adivina le cuenta lo que ve "un anciano que sube envuelto en un manto". Samuel pregunta: ¿Porqué me has evocado y turbado mi reposo?" Saúl contesta: Estoy en una situación desesperada. Los filisteos me hacen la guerra y Dios se ha alejado de mi, ya no responde ni por profetas, ni por sueños por eso te he llamado para que me digas que hacer". A lo que Samuel contesta: "Si Dios se ha hecho tu enemigo, ha sido por tu desobediencia, el reino pasará a manos de David, tu y los tuyos reposarán conmigo mañana". Samuel 1,8-19.

Anécdotas que se contaban en el Imperio Romano, las podemos encontrar en las cartas de Plinio el Joven, su obra completa es de diez libros con una recopilación de epístolas sobre temas muy variados que van desde contenido político, opiniones personales, descripción del peligro que corrieron él y los suyos durante la erupción del Vesubio y un panegírico de Trajano.

Plinio vino al mundo en Como, con el nombre de Publio Cecilio Segundo, entre el año 61 a 62 d.C., durante la terrible época de Nerón, su familia pertenecía a la orden ecuestre, al igual que la de Cicerón. Tras la muerte de su padre, pasó a estar bajo la tutela de Lucio Verginio Rufo, un hombre de gran influencia política. Hacia el año 75, su tío materno, Plinio el Viejo le adoptó y acogió en casa con su madre. Poco después le adopta como hijo suyo, llamado desde entonces Gayo Plinio Cecilio Segundo. Es gracias a Plinio el Joven, que tenemos noticias del triste fin de su tío, cuando en una operación de la marina, cuya misión era el rescate de algunas víctimas del Vesubio, pierde la vida. Ep. VI 16,3.

La cuestión que hoy nos interesa, es la carta número 27 del libro VII, en la que nos refiere unas historias de fantasmas. En la carta pide la opinión de su amigo Sura, sobre lo ocurrido a Curcio Rufo cuando aún era joven y desconocido, formaba parte del séquito del nuevo gobernador de la provincia de África. Al atardecer, paseaba por el pórtico y le salió al paso una figura de mujer muy alta y hermosa. Era África, mensajera de las cosas futuras, le dijo que él iría a Roma, que llevaría a cabo su carrera política y que volvería a esta misma provincia con el poder supremo, donde finalmente moriría. Pasaron los años, lo dicho por la bella dama se cumplió. Curcio desembarcó en Cartago, cuando al salir de la nave, cuentan que vio de nuevo a África en la playa. Volvió enfermo y al contemplarla se dio cuenta de la adversidad que le esperaba.

Otra historia nos cuenta Plinio sobre una casa en Atenas, espaciosa y profunda, pero tristemente célebre e insalubre. En sus estancias se oían ruidos de cadenas, Se contaba que en la morada, se había visto la presencia de un anciano de larga barba, consumido por la podredumbre. A consecuencia de sus apariciones, los habitantes pasaban largas noches de terror, durante el día, pese a que la imagen había desaparecido, quedaba en ellos la profunda impresión de lo visto la noche anterior, por ello se prolongaba el temor más allá de lo que hubieran deseado.

La casa quedó vacía hasta que el filósofo Atenodoro, lee el cartel y una vez enterado del precio, se da cuenta que la ganga es un poco sospechosa. Le cuentan lo que ocurre en la casa y el lejos de marcharse, por el contrario muestra más interés. Una vez comenzada la noche, dispone que su familia se quede en la parte posterior de la casa y a él se le habilite un lecho en la parte de delante, se pertrecha de unas tablillas, un estilo para escribir y una luz.

Así pues, mantiene la mente ocupada en este menester de la escritura, mientras espera la aparición del espectro. Durante la primera parte de la noche, solo le acompaña el silencio. Más tarde, escucha la sacudida de un hierro y el movimiento de unas cadenas. El filósofo no levanta la cabeza, ni deja su estilo, sino que hace ejercicio de voluntad para estarse quieto. El ruido se va acercando. Vuelve la vista y allí está la terrorífica visión, de quien le han hablado.

De pie frente a él, le hace una señal llamándole. Él le pide que espere un poco y sigue trabajando en sus tablillas, el personaje sigue haciendo ruido y la misma señal para que le siga. El filósofo coge en candil y le sigue. A paso lento el fantasma baja al patio y le señala un lugar y de repente desaparece. El inquilino de la casa señala el lugar con unas hojas. Al día siguiente acude a los magistrados para que ordenen cavar el sitio señalado. Encuentran unos huesos desnudos, insertos en cadenas y enredados en un cuerpo putrefacto, junto a unos grilletes. Una vez sepultado el cadáver, la casa quedó en silencio y tranquilidad.

Plinio el Joven, tras publicar sus obras, hacia el año 113 desaparece, sin dejar rastro de la historia. ¿Vagará su figura por los alrededores del Lago Como, en su ciudad natal?


Fuentes:

*"Hipertextual". Octubre de 2021.

*"El Vesubio, los fantasmas y otras cartas". Introducción, traducción, notas y comentario: Francisco García Jurado. Ed. Cátedra. Clásicos Linceo.

*"Nueva Biblia Española". L. Alonso Schökel y Juan Mateos. Ed. Cristiandad.


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