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José María Ibáñez.

viernes, 28 de marzo de 2025

LA EXTRAÑA TUMBA DE LA BARONESA STROGANOVA

 José María Ibáñez

Foto: umbraldesconocido.com



El cementerio parisino de Pêre Lchaise ofrece una extensa exposición de arte funerario neoclásico y neogótico. Por si fuera poco, sus cuarenta y tres hectáreas de superficie albergan setenta mil tumbas, cinco mil trescientos árboles, algunos de ellos centenarios, miles de pájaros que anidan en sus ramas y centenares de gatos que campan a sus anchas por todos los rincones del camposanto parisino.

Pero lo que llama poderosamente la atención, es la cantidad de leyendas que rodean a este cementerio. Se habla de fantasmas, rituales oscuros, sucesos inexplicables y vampiros. Por ejemplo, se dice que allí descansa el verdadero Conde Drácula, si hacemos caso de las afirmaciones del investigador francés Jacques Sirgent, director del museo parisino dedicado a los vampiros, pero hoy, entre otras cosas, hablaremos de la tumba de una mujer que, supuestamente, puede ser una vampira. 

Nuestra protagonista, Elizaveta Alexandrovna Stroganova, nació el 5 de febrero de 1779 en San Petersburgo, Rusia, en el seno de una de las familias más ricas de la nación. Esta familia de origen campesino, debe gran parte de su fortuna a la producción y comercio con la sal y las pieles. Su status social aumentó cuando Pedro el Grande, les otorgó el título de barones del Imperio Ruso.

La historia recuerda a Elizaveta como una joven muy hermosa y alegre. A los dieciséis años, en 1795, contrajo matrimonio con Nikolai Nikitich Demidoff, que procedía de una rica familia de industriales cuya fortuna derivaba de las minas de oro, plata y cobre y de las fundiciones de hierro. Poco después de la boda, él se convirtió en diplomático y la pareja se trasladó a París.

A diferencia de Elizaveta, su marido tenía un carácter mucho más reservado y mientras ella disfrutaba de la vida parisina el se empeñaba en incrementar la fortuna familiar. Cuatro hijos fueron fruto del matrimonio, pero desgraciadamente solo dos llegaron a la edad adulta: Pavel y Anatoly. La pareja admiraba a Napoleón Bonaparte, pero debido a las tensiones de éste con Rusia, la familia tuvo que ser repatriada.

Tras pasar una buena temporada en Italia, el zar los llamó en 1812 y se establecieron en Moscú. El matrimonio no funcionaba y terminaron por separarse. Nicolay permaneció en Rusia al servicio del zar. Por su parte, Elizaveta, regresó a su amada París donde fallecería el 8 de abr¡ de 1818, con tan solo treinta y nueve años de edad, y fue sepultada en el cementerio de Pêre Lachaise.

Su tumba estaba ubicada en un solar de doce metros cuadrados y consistía en un monumento de alto coste elaborado con mármol blanco: se trataba de un sarcófago dorado con el escudo familiar que descansaba sobre un estilóbato rodeado de diez columnas dóricas. En la moldura del pórtico se podía leer la siguiente inscripción: Aquí yacen las cenizas de Elizaneth de Demidoff, de soltera baronesa de Strogonoff, fallecida el 8 de abril MCCCXVIII, esposa de SNA Demidoff, Consejero privado y actual Chambelán de SM Emperador de Rusia, Comandante de la Orden de San Juan de Jerusalén".

El mausoleo fue diseñado por el arquitecto Jaunet e instalado por el también arquitecto Châtillon. La obra fue realizada por el marmolista Schwind, cuyo taller estaba en el antiguo invernadero de los jesuitas. Para algunos el monumento resultaba ostentoso, de mal gusto y consideraban que no encajaba con el estilo del camposanto parisino.

Alrededor de 1852, la tumba fue trasladada a la décimo novena división, donde se encuentra actualmente, Fue colocada sobre un enorme pedestal decorado con curiosos símbolos. El actual monumento fue diseñado por León Dabjoy. La inscripción original fue sustituida por otra que dice: Aquí reposan las cenizas de Elisabeth de Demidoff, nacida baronesa de Strogonoff, fallecida el 8 de abril de 1818".

Hoy en día esta tumba es la más impresionante e imponente de todo el cementerio. Hasta la fecha se desconoce la verdadera razón del cambio de emplazamiento del sepulcro. Se han elaborado distintas hipótesis, pero la más difundida es que se hizo para convertirlo en un mausoleo familiar.

Actualmente existe una leyenda muy extendida qua afirma que Elizveta Alexandrovna Stroganova al morir dejó escrito un extraño testamento. Supuestamente, el documento estipulaba que aquel que consiguiera pasar un año y un día en la tumba de la baronesa, heredaría una importante fortuna. En este peculiar desafío se incluían tres cláusulas: la primera estipulaba que el voluntario no podía salir de la tumba más que una hora al día. Los alimentos le serían llevados puntualmente por un sirviente que se encargaría también de recoger y limpiar el balde con los desechos.

La segunda especificaba que el vigilante tenía prohibido mantener contacto con cualquier persona, no podía recibir visitas ni escuchar música. Sin embargo, la lectura de libros y periódicos si estaba permitida. La tercera especificaba que el voluntario debía mantener el mayor silencio posible durante su estancia en el recinto.

Según se cuenta, hubo varios voluntarios dispuestos a intentar cumplir con la extraña voluntad de la baronesa Stroganova, pero ninguno lo consiguió. La tradición popular afirma que ya fuese en la primera noche o pocas veladas después, todos salieron huyendo. Algunos terminaron al borde de la locura o ingresados en psiquiátricos, otros se suicidaron o murieron de miedo y otros terminaron con traumas irreversibles. Con el paso del tiempo, las especulaciones en torno al sepulcro fueron creciendo: se dijo que allí habitaba algo vivo, probablemente un vampiro, también que en aquel lugar había un portal que llevaba directamente al infierno. Según la creencia, hasta la fecha siguen llegando cartas de interesados en realizar la macabra empresa pero son ignoradas y olvidadas.

En 1917 Karl Hans Strobl retoma la leyenda y publica "El mausoleo de Pêre Lachaise", relato incluido en su libro Lemuria. En él habla de un hombre que acepta el desafío y descubre que está bajo el influjo de un vampiro.

La leyenda del testamento de la baronesa Stroganova llegó a la prensa internacional. Chris Woodyard, en su "Libro Victoriano de los Muertos", menciona que la primera referencia escrita aparece el 25 de octubre de 1893 en el Chicago Daily Tribune. El artículo mencionaba que "una princesa murió dejando una gran fortuna". Continuaba proporcionando detalles acerca del ataúd de cristal en el que supuestamente reposaba la difunta y los requisitos para ganar la herencia. Si hacemos caso de este diario, querría decir que la baronesa falleció en 1888 cuando en realidad llevaba setenta años muerta.

Otros medios de comunicación también se hicieron eco de la leyenda, entre ellos, el Chicago Sunday Herald, que publicó una historia similar el 15 de noviembre de 1893. Estos artículos provocaron una oleada de cartas desde varios países del mundo, en las que todo tipo de personas se postulaban para cumplir aquella extraña solicitud. Uno de los solicitantes era el estadounidense JH Davis en cuya carta escrita el 29 de noviembre de 1893, adjuntaba el recorte de la nota publicada.

Posteriormente, la prensa que en principio había difundido la leyenda se dedicó a denunciar el fraude. Entre los que lo denunciaban estaban el San Francisco Morning Call, el Boston Herald y el New Zeland Herald. Había que detener a toda costa la oleada de solicitudes que no paraban de llegar desde todas partes del mundo.

El 2 de noviembre de 1896, Le Temps describía la historia como una morbosa leyenda. Para ello, el periodista Adolphe Brisson entrevistó al comisario del cementerio. Actualmente, se conservan en el Archivo de París, seis cartas solicitantes de cinco países diferentes escritas en 1893.

En la actualidad, son bastantes los investigadores, entre ellos el francés Jacques Sirgent, todo un personaje, que considera que el mausoleo de la baronesa Stroganova está plagado de simbología vampírica. Para empezar, está ubicado sobre el Callejón de las Acacias. Esta planta simboliza la resurrección y la inmortalidad y en algunas sociedades secretas, como la masonería, es un símbolo recurrente.

Por detrás del monumento discurre el llamado Camino del Dragón que, según Sirgent, "es una de las pistas para llegar a la tumba de Drácula". Recordemos que Vlad Tepes era conocido como Draculea, que en rumano significa Hijo del Dragón. Además, la tumba, mira hacia el poniente, es decir hacia donde se oculta el sol.

Otro indicio vampírico es la fecha de la muerte de la baronesa Stroganova, ya que en ella encontramos tres ochos. En vampirología, el número 888 es el que se asocia a estas criaturas. Por toda la tumba podemos ver tallados, martillos y comadrejas, para algunos simbolizan la fuente de ingresos de la familia. La familia Stroganov de dedicaba a las pieles, pero, ¿vosotros habéis visto u oído hablar de bolsos o billeteras fabricados con piel de comadreja? Por otra parte, la comadreja esta asociada con la noche, la sangre y en algunas tradiciones se la representa como la guía en el inframundo.

Otros símbolos a destacar son las cabezas de lobo mirando hacia abajo a modo de gárgola. Sobra decir la asociación que tienen los lobos con los vampiros. Llama la atención el escudo familiar colocado a modo de medallón, que recuerda un péndulo de reloj, ¿un guiño al paso del tiempo? Por último, la tumba está flanqueada por cuatro antorchas que evocan a la llama eterna que para los cristianos simboliza el fin de la vida terrenal. Sin embargo, para los miembros de algunas sociedades secretas, su significado es más oscuro e inquietante.


FUENTES CONSULTADAS: 

*Ibánez, José María. La Mano Negra. Anima Ignis, Editores. Madrid. 2023.

*Archivo de Historias Olvidadas.

*www.umbraldesconocido.com.

*www.supercurioso.com.






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