Amado Carbonell Santos
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Foto: DeLorean de Regreso al Futuro Lienzo en Amazon Prime. |
“¿A qué distancia irás?.... A unos treinta años” [Regreso al
Futuro].
Quien más y quien menos recordarán esta célebre conversación
entre los personajes de Marty McFly y el Dr Emmett Brown, al inicio de la saga
de “Regreso al Futuro”.
A lo largo de la saga, se menciona constantemente que los
viajes en el tiempo solo son posibles a través de una línea temporal constante,
siempre y cuando no se modifiquen eventos o acontecimientos acaecidos en el
pasado, que pudiesen no solo cambiar el futuro que conocemos actualmente, sino
que también creasen una línea temporal paralela totalmente distópica, con un
futuro muy distante al que nos habríamos encontrado si no se hubiese modificado
ningún evento.
Por supuesto cabe decir que todo esto es sólo
ciencia-ficción, ya que hasta la fecha, no se tienen evidencias de viajeros que
hayan cruzado el umbral del tejido espacio-tiempo, y nos visiten desde un
lejano futuro... ¿O sí?
No se alarme el lector, no tenemos constancia de que exista
ningún DeLorean equipado con un condensador de Fluzo aparcado en el garaje, o
una TARDIS del señor del tiempo en el desván de su vecino. Pero sí que podrían
existir unos medios, mejor dicho, métodos, para alterar el futuro mediante la
manipulación del pasado.
Pero antes de explicar estos... “métodos”, hay que comentar
algunos detalles que son de interés para el tema que estamos tratando. ¿Cuántos
de ustedes recuerdan el fallecimiento de Nelson Mandela en 1988?... ¿O fue en
2013?
Seguramente muchos lectores tendrán un recuerdo del funeral
de Mandela a finales de los años 80, pero lo cierto es que no fue así. En junio
de 1988 se realizó un evento de carácter mediático a nivel global desde el
estadio de Wembley, pidiendo la liberación de Mandela y el fin del apartheid,
mediante la unión de diversos músicos y ciudadanos de todo el planeta. A la vez
que también fueron noticia los funerales de algunos activistas y políticos
famosos que se unieron a la causa del activista sudafricano. Todos estos
eventos unidos en el pasado, hicieron que nuestro cerebro asocie los funerales
y el tributo a Mandela, con un funeral mediático del mismo.
Por este efecto, al presenciar el 5 de diciembre de 2013 el
funeral de Nelson Mandela, muchos espectadores quedaron absortos, estaban
presenciando de nuevo un evento que había ocurrido 25 años antes... ¿Se había
cambiado el curso de la historia pasada, y el activista no habría fallecido en
la cárcel de Pollsmoor durante el verano de 1988? La psicología determinó que
nuestro cerebro tiende a asociar y confundir eventos reales pasados con otros
ficticios, creando de esta manera un recuerdo alternativo al que realmente
habría ocurrido. Por todo ello, se decidió que este efecto se llamase “El
efecto Mandela”.
Por otro lado, el físico y teórico francés Jean-Pierre
Garnier Malet (Francia, 1940), enfocó su vida a tratar de unificar tres
conceptos que desde un punto de vista pragmático, son prácticamente opuestos:
la física teórica convencional, la física cuántica y la espiritualidad.
Según Garnier Malet, el tiempo es algo más que la cuarta
dimensión que discurre de forma lineal e inamovible, a lo largo del tejido
espacio-temporal que conocemos. Según sus teorías, el elemento tiempo puede
llegar a ser moldeable, llegando incluso a convertirse en un ramal
multidimensional, basado en las experiencias y decisiones que vamos tomando a
lo largo de nuestra vida. Donde además se expone que cada uno de nosotros
disponemos de dos líneas de tiempo paralelas que discurren a la vez, pero que
nos afectan de manera diferente en cada una de ellas, estando dispuestas en dos
sectores perfectamente diferenciados.
El primer sector se encontraría en nuestra línea temporal
actual, la que vivimos a diario. Aquí el tiempo se mueve de forma lineal hacia
el futuro que se va forjando con cada una de nuestras acciones. El segundo
sector estaría ligado a una línea de tiempo maleable, en la que mediante la
interacción de nuestro Yo con las líneas secundarias de tiempo, generan las
variables dimensionales en la que desarrollamos dos actividades diferentes y
opuestas en base a una elección.
Una de las explicaciones más sugerentes que realiza Garnier
Malet en base a su teoría, se centra en la línea temporal del segundo sector,
interactuando con nuestro cerebro en el primer sector temporal como aquello que
llamamos “intuición”. Pero va más allá en su explicación. ¿Cuántas veces nos
hemos sentido extrañados al entrar en un edificio, visitar un lugar, o vivir un
momento concreto, y pensar “esto ya lo he vivido”? El efecto Garnier Malet
también podría dar una explicación más exótica a lo que conocemos como “Dejà
Vu”.
Para poner un ejemplo de cómo funciona el efecto Garnier
Malet, imaginemos que nos encontramos en el año 1908, un joven pintor llamado
Adolf Hitler entra en la academia de arte de Viena, y expone sus pinturas al
jurado que debe decidir si es admitido en dicha academia o no. Varios miembros
del jurado, tras observar las pinturas, recuerdan que esa misma noche tuvieron
un sueño común, donde ellos mismos se encontraban observando un espejo,
hablándose a sí mismos y repitiendo constantemente las mismas palabras: “Es de
gran importancia que A. H. sea admitido en la academia de arte. Es de gran
importancia que A. H. sea admitido en la academia de arte.” A la vez que
muestran las pinturas que estaban viendo sobre su mesa.
Habiendo recordado ese momento de la noche anterior, Adolf Hitler es admitido en la Academia de Arte de Viena. Tras años de estudio y esfuerzo, es reclutado por el ejército alemán durante la Gran Guerra, convirtiéndose en un famoso pintor reconocido en toda Europa por su arte y su forma de plasmar la vida de los soldados de la Primera Guerra Mundial sobre el lienzo. Años más tarde, tras dar por concluido su servicio en el ejército, enfocaría su carrera artística en la creación de diseños inspirados en los cuatro elementos: aire, agua, tierra, fuego y plasmarlos como ideas de nuevos modelos de Volkswagen vehículos que han surgido del crecimiento de una marca ideada para y por el pueblo germano: fabricando automóviles que darán más trabajo, y con él, mayor calidad de vida a los ciudadanos alemanes. Las industrias metalúrgicas nacionales crean fábricas de aviones y buques impulsando así la infraestructura de exportación tecnológica a Europa y al resto del mundo. La Segunda Guerra Mundial es evitada, Alemania se convierte en una potencia mundial del automóvil y de la ingeniería aeronáutica...
Puede sonar a una utopía imposible, pero recordemos que todo
el desastre comenzó a desencadenarse con un “No”.
En definitiva, el método que expone Garnier Malet es el de
manipular los hechos del pasado, mediante la línea temporal del sector
secundario usando la información que tenemos del sector primario, transmitiendo
esos datos a través de una tercera línea temporal que se manifestaría en
nuestro Yo del pasado, como un recuerdo, sueño o Dejà Vu. Haciendo de ese modo
que podamos cambiar acontecimientos contemporáneos o del futuro.
Como dijo Eleanor Roosevelt: “El ayer es historia, el mañana
es un misterio y el hoy es un regalo... por eso se llama presente”
Pero, ¿Qué pasaría si...?
FUENTES CONSULTADAS:
*www.radionica-rocks.cdm.ampproject.org.
*www.youtuve.com-CuriosaMente,
*www.goethe.de.
*www.desdoblamiento,es
*www.garnier-malet.com.
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