LA REALIDAD OCULTA

TE INVITAMOS A VIAJAR CON NOSOTROS A TRAVÉS DE LA LÍNEA DIVISORIA QUE
SEPARA LA REALIDAD DE LA FANTASÍA.
José María Ibáñez.

lunes, 18 de agosto de 2025

WILLIAM HOPE, EL CAZADOR DE LO EXTRAÑO

 José María Ibáñez

Foto: supercurioso.com


William Hope nació en Crewe, Inglaterra, en 1863. De profesión carpintero, en 1905, al fotografiar a un amigo, en la imagen apareció una figura femenina que el sujeto identificó como su hermana fallecida.

Hope, apodado cariñosamente “el cazador de lo extraño”, fundó el Crewe Circle (Círculo de Crewe), a principios del siglo XX. Se trataba de un grupo espiritista que se dedicaba a la práctica de la fotografía espiritual, una técnica que supuestamente capturaba imágenes de espíritus en placas fotográficas durante las sesiones espíritas.

Tras la Primera Guerra Mundial su fama creció. Sobre todo, en personas que buscaban consuelo al haber perdido a familiares, principalmente soldados. Entre sus seguidores estaban figuras de la talla de Arthur Conan Doyle, creador del mundialmente conocido Sherlock Holmes y el arzobispo Thomas Colley, una figura intrigante del siglo XIX y principios del XX, conocida por su participación en el mundo del espiritismo y la investigación psíquica en Inglaterra. Fue archidiácono de Natal, colonia británica en el sureste de África, que más tarde entró a formar parte de Sudáfrica, y rector de Stockon, en Warwickshire, Inglaterra, desde 1901 hasta su muerte en 1912. Su paso por esta parroquia fue tan peculiar como memorable.

El círculo estaba compuesto, principalmente, por seis fotógrafos espirituales, liderados por Hope. Su actividad se intensificó tras la Primera Guerra Mundial, cuando muchas personas buscaban consuelo tras la pérdida de seres queridos. Las sesiones consistían en fotografiar a personas durante sesiones espiritistas, con la esperanza de que aparecieran en las imágenes figuras fantasmales.

Aunque muchos no creían en sus habilidades. Hope fue acusado de fraude en varias ocasiones. Investigadores como Harry Price, miembro destacado de la Sociedad para la Investigación Psíquica y Edward Busch, investigador aficionado y escéptico , muy activo en los círculos espiritistas británicos de principios del siglo XX, demostraron que Hope manipulaba sus placas fotográficas, usando técnicas como la doble exposición y la manipulación de negativos. Recordando una famosa trampa, Busch le envió la foto de una persona viva fingiendo que era su hijo fallecido. Hope más tarde presentó, en una de sus sesiones, esa misma imagen como un “espíritu”. A pesar de las numerosas pruebas recogidas en su contra, Hope contó con muchos fieles seguidores hasta su muerte en 1933.

Comentario aparte se merece la Sociedad para la Investigación Psíquica (en inglés, Society for Psychical Research o SPR) que fue fundada en 1882 en el Reino Unido y es considerada la primera organización académica dedicada al estudio de fenómenos psíquicos y paranormales. Sus objetivos se centraban en investigar científicamente experiencias humanas que desafiaban los modelos científicos tradicionales. Estudiar fenómenos como la telepatía, mediumnidad, apariciones, casas encantadas, hipnosis y otros eventos, digamos, inexplicables, y promover un enfoque neutral y riguroso, sin prejuicios ni creencias impuestas.

Considerado como uno de los primeros fotógrafos de lo paranormal, y pionero en crear imágenes de lo que podríamos llamar “fake” del mundo sobrenatural, también fue un artista que supo capturar al imaginario colectivo de su época. Su trabajo, de alguna manera, refleja el auge del espiritismo en la Inglaterra de principios del siglo XX, cuando la ciencia y lo oculto convivían en un terreno ambiguo. Sus imágenes, aunque desacreditadas, siguen siendo objeto de estudio y, porque no decirlo, fascinación. Si bien es verdad, nos cuentan, que los miembros del Círculo de Crewe, tras la muerte de su fundador,  destruyeron muchos negativos por temor a ser acusados de brujería.


FUENTES CONSULTADAS:

*Archivo de Historias Olvidadas.

*supercurioso.com

*academia-lab.com

 

 

EL RELOJ DEL JUICIO FINAL

 José María Ibáñez

Foto: www.reporte24.ar


Doomsday Clock, conocido también como Reloj del Juicio Final o Reloj del Apocalipsis, es un símbolo creado en 1947 por el Bulletin of the Atomic Scientists, una organización fundada por científicos del Proyecto Manhattan, entre ellos Albert Einstein y J. Robert Oppenheimer

En realidad, no se trata de un reloj físico, sino de una metáfora visual que, al parecer, indica lo cerca que está la humanidad de una catástrofe global. La “medianoche” simboliza el momento de la destrucción total. Cuando más cerca se esté de la medianoche, mayor es el peligro para la humanidad.

Cada año, la junta del Bulletín o, mejor dicho, un comité de expertos, evalúa riesgos globales, ajusta las manecillas en función de amenazas como, una guerra nuclear, el cambio climático, los avances tecnológicos, las pandemias, los conflictos geopolíticos…

Sin duda, y sobre el papel, todo está muy bien, pero ¿Qué hacen realmente los miembros del Bulletin? Publican artículos científicos y de análisis político sobre seguridad global, administran el famoso Reloj del Fin del Mundo (Doomsday Clock), organizan eventos y debates con expertos, incluyendo varios Premios Nobel. Y goza de una fuerte presencia en temas a debate como: desarme nuclear, bioseguridad, Inteligencia artificial y crisis climática, entre otros. Es decir, mucho ruido y pocas nueces.

¿Dónde estamos ahora?, seguro que es lo que se pregunta la gran mayoría. En 2025, al parecer, el reloj se encuentra a ochenta y nueve segundos de la medianoche, el punto más cercano en sus setenta y ocho años de historia, para la destrucción total de la humanidad; el más próximo al “fin del mundo”. El reloj ha cambiado de posición más de veinticinco veces desde su creación en 1947, reflejando los altibajos en la seguridad global.

Aunque es simbólico, dicen los del comité de expertos, el reloj sirve como una advertencia urgente, cada segundo, cuenta. Su mensaje es claro, el mundo necesita cooperación global, liderazgo audaz y acción inmediata para evitar el desastre que se nos viene encima.

¿En que se basa esta decisión? Al inminente peligro que conlleva la invasión de Ucrania, al conflicto de Oriente Medio, al aumento de arsenales nucleares por parte de potencias como EE.UU., China y Rusia, al impacto creciente del cambio climático, el uso militar de la IA…

Además de las amenazas nucleares y el cambio climático, el Reloj del Fin del Mundo se ajusta en función de una variedad de factores que reflejan el estado de la humanidad y su vulnerabilidad ante una catástrofe global. Aquí tenemos los principales elementos que influyen en su medición simbólica:

*Conflictos geopolíticos. Enfrentamientos activos como la invasión de Ucrania, y las tensiones en Oriente Medio. Amenazas entre potencias nucleares (EE.UU., Rusia, China, Corea del Norte).

*Cambio climático. Aumento de temperaturas globales y fenómenos extremos. Falta total de acción política para reducir emisiones, Pérdida de biodiversidad y degradación ambiental.

*Tecnologías destructivas. Inteligencia artificial usada con fines militares o sin ningún tipo de regulación ética. Ciberataques a infraestructuras. Desarrollo de armas biológicas.

*Desinformación. Manipulación de la opinión pública mediante redes sociales. Erosión de la confianza en instituciones científicas y democráticas. Campañas de desinformación que dificultan la cooperación global.

*Pandemias y salud global. Falta de preparación ante nuevas enfermedades. Dificultades en el acceso a vacunas y tratamientos. Impacto social y económico de crisis sanitarias.

Este reloj no predice el futuro, pero sirve como referencia. Nos recuerda que las decisiones humanas tienen consecuencias globales y que el tiempo para actuar es cada vez más limitado.

De momento, nos dicen, el reloj es ajustado año tras año por parte del Bulletin of the Atomic Scientists, eso sí, con el asesoramiento de grandes expertos en seguridad global, clima, tecnología y salud; y alguna cosa más que no nos dicen. Según parece, o eso dicen, entre ellos hay más de un premio Nobel. ¿Tenemos que empezar a preocuparnos?

Vamos, lo de siempre. Y es que, la vida no deja de sorprenderme; en este mundo, para que nos vamos a engañar, “nada es lo que parece”.


FUENTES CONSULTADAS:

*www.infobae.com

*es.wikipedia.org

*www.rte.es

 

jueves, 14 de agosto de 2025

EL CASTILLO DE MADAME SHERRI

 José María Ibáñez

Foto: www.pinterest.com.mx


Antoinette Bramare nació en París, en 1878. En su juventud trabajó de costurera y actuó como bailarina en distintos clubs de la Ciudad de la Luz, con el nombre artístico de Antoinette DeLilas. En 1909 conoció a Anthony Macaluso, también conocido como Andre Reila. Se casaron y se mudaron a Nueva York en 1911, donde adoptaron al apellido Sherri.

Anthony era de origen estadounidense, pero vivía en Europa como fugitivo de la ley. Estaba implicado en un caso de chantaje en Estados Unidos y había huido a París para evitar ser arrestado. En 1912, Macaluso fue reconocido y arrestado por un detective que logró identificarlo. Aunque fue encarcelado brevemente, los cargos fueron retirados por falta de pruebas.

Tras ser liberado, Macaluso, con el nombre artístico de Andre Reila, se convirtió en bailarín profesional en el circuito del vaudeville. En 1924, Mancuso sufrió una enfermedad venérea que lo dejó ciego y mentalmente incapacitado. Fue internado en el Manhattan State Hospital, donde falleció ese mismo año. Su muerte devastó a Madame Sherri, que abandonó la vida teatral y se mudó a New Hampshire.

La historia de Anthony Macaluso es inseparable de la leyenda de Madame Sherri. Su vida fue una mezcla de glamour, engaño y tragedia que dejó una profunda huella en la historia teatral de Nueva York y en los bosques de New Hampshire.

En Nueva Yorñ, Madame Sherri se convirtió en una reconocida y valorada diseñadora de vestuario para producciones teatrales de Broadway, especialmente para las famosas Ziegfeld Follies, el epítome del glamour y el espectáculo entre 1907 y 1931, creadas por el productor Florenz Ziegfeld Jr. Inspiradas en el Folies Bergère de París, estas revistas musicales marcaron una era en el teatro estadounidense. Su estilo era extravagante, teatral y provocador. También ayudó a relanzar la carrera de Charles LeMaire, quien más tarde ganaría un Oscar como diseñador de vestuario.

Tras la muerte de su esposo en 1924, Madame Sherri se retiró del bullicio neoyorquino y se instaló en Chesterfield, New Hampshire, donde compró seiscientos acres de bosque y construyó su famoso castillo de tres pisos para celebrar fiestas teatrales llenas de glamour. El castillo tenía una escalera exterior monumental, un bar con el techo atravesado por árboles vivos, y una silla de piel con respaldo de cobre que ella llamaba “el trono de la reina”.

Su fastuoso estilo de vida fue financiado, entre otros, por el diseñador de vestuario Charles LeMaire, pero cuando se agotaron los fondos, tras la Segunda Guerra Mundial, Madame Sherri cayó en la más absoluta pobreza. Intentó recuperar su fortuna y su estilo de vida con varios proyectos fallidos, y en 1959 su castillo fue desvalijado. En 1962, un terrible incendio lo destruyó casi por completo. Murió en 1965 en una residencia asistida cerca de Brattleboro, Vermont, en la más absoluta pobreza.

Hoy el lugar se conoce como el Boque de Madame Sherri, conserva las ruinas del castillo y la icónica escalera de piedra que termina en el aire, aún se conserva como fiel testigo de si excéntrica vida, alimentando leyendas locales sobre apariciones y ecos del pasado.

La famosa escalera de piedra es conocida como “escalera a ninguna parte” o “escalera al cielo”. Algunos visitantes afirman haber visto a Madame Sherri parada en lo alto, vestida con alguno de sus extravagantes abrigos de piel. Se dice que por las noches se escuchan risas, música y murmullos procedentes de las ruinas del castillo, como si las fiestas teatrales de antaño todavía no se hubieran terminado.

Hay quienes aseguran que caminando por el bosque se han visto rodeados de una extraña energía y se han sentido observados. Incluso han llegado a ver sombras fugaces y sentir voces que parecen surgir de entre los árboles. Madame Sherri tenía una silla de piel con el respaldo de cobre a la que llamaba “el trono de la reina. Se rumorea que quien se sentara en ella, si todavía existiera, atraería a su espíritu.

El Bosque de Madame Sherri, en Chesterfield, Nwe Hampshire, es actualmente un lugar muy popular para la práctica de senderismo, aunque muchos lo visitan atraídos por el misterio. Las ruinas del castillo, especialmente lo que queda de la escalera, han inspirado cuentos, investigaciones paranormales y hasta obras de arte.

Y es que, la leyenda de Madame Sherri ha evolucionado como una obra teatral que jamás termina. Cada generación le añade algo nuevo. En vida, Madame Sherri ya estaba catalogada como una mujer excéntrica. Sus fiestas teatrales, su mono como mascota y su estilo provocador, alimentaban todo tipo de rumores y exageraciones. Tras su muerte en 1965, su historia comenzó a transformarse en mito. La falta de registros claros y su estilo de vida poco convencional dejaron mucho espacio para la especulación.

Cuando su castillo fue destruido por el fuego en 1962, lo que quedó, especialmente la escalera de piedra, se convirtió en un símbolo muy importante de lo misterioso. Visitantes comenzaron a grabar y fotografiar imágenes de apariciones, risas fantasmales y presencias invisibles, lo que convirtió el lugar en un punto de interés para curiosos y cazadores de fantasmas.

Historias como la del automóvil Packard color crema con ruedas rojas que supuestamente le había regalado el Príncipe de Gales, o su costumbre de pagar siempre con fajos de billetes escondidos en su ropa, han sido transmitidas y adornadas con el tiempo.

En 1998, el bosque fue oficialmente bautizado como Madame Sherri Forest y hoy se conserva como un espacio natural y cultural. Su historia ha inspirado artículos, poscats, obras de arte y hasta rutas temáticas.

La leyenda de Madama Sherri sigue viva. Es una combinación, un tanto explosiva, de glamour, misterio, decadencia y un toque de los sobrenatural.

 

*www.atlasobscura.com

*www.chesterfieldhistoricalsociety-nh.org.

*www.findagrave.com

*newengland.com

*bhs802.org

*www.visittheusa.co

*reefrecovery.org

*peapix.com

 

martes, 12 de agosto de 2025

LA TUMBA DE FERNAND ARBELOT Y HENRIETTE GICQUEL

José María Ibáñez


 

Foto: www.youtard.com


Vidas discretas y una tumba que simboliza su amor eterno. La sepultura que comparten Fernand Arbelot y su amada esposa Henriette Marie Louise Gicquel, en el majestuoso cementerio parisino de Père Lachâise, es una de las más conmovedoras y poéticas del recinto sagrado. Arbelot quiso que la sepultura reflejara el amor eterno por su esposa. Su deseo quedó cumplido se forma extraordinaria.

La escultura sobre su tumba muestra la figura yacente de Arbelot acostado, boca arriba, sosteniendo entre sus manos la cabeza con el rostro de su esposa, como si la contemplara para toda la eternidad. Esta imagen ha sido interpretada como una expresión de amor eterno, fidelidad y contemplación más allá de la muerte.

La estatua de bronce fue realizada en 1948 por Adolphe Wansart, escultor y pintor belga con una carrera rica en obras monumentales y funerarias que combinan sensibilidad artística con simbolismo moderno. Una auténtica obra de arte funeraria que refleja el auténtico amor.

En la inscripción de la lápida se lee: “Ils furent émerveillés du beau voyage / Qui les mena jusqu’au bout de la vie” (“Se maravillaron del hermoso viaje / Que los llevó hasta el final de la vida”).

Conozcamos a ambos personajes. Fernand Louis Arbelot nació el 16 de febrero de 1880 en París. Hijo de Ferdinand Arbelot y Amélie Poulain, disfrutó de una importante trayectoria profesional marcada por el mundo financiero y el servicio militar, con momentos destacados en ambos ámbitos. Estudió y se graduó en la prestigiosa École des Hautes Études Commerciales (Escuela Superior de Altos Estudios Comerciales) de París.

En enero de 1914, fue director de la Banque Continentale de Paris, ubicada en el Boulevard Haussmann y, en 1942, era nombrado director de la Westminster Foreign Bank Ltd, en la Place Vendôme, París. Realizó su servicio militar en 1900 y fue movilizado en noviembre de 1914, durante la Primera Guerra Mundial; alcanzó el grado de teniente.

Falleció el 16 de noviembre de 1942 en Rueil-Malmaison, una encantadora comuna situada en el departamento de Altos del Sena, a pocos kilómetros al oeste de París. Inicialmente fue sepultado en el camposanto de dicho municipio, pero sus restos fueron trasladados al cementerio parisino el mismo día que sepultaron a su esposa, el 20 de abril de 1967.

En 1919 se casó con Henriette Marie Louise Gicquel, que también tiene una historia interesante, aunque mucho más discreta que la de su marido. Nació en 1885 y vivió una vida reservada, aunque su memoria perdura gracias al amor que inspiró en Fernand y la escultura que los une para siempre. Aunque no se conocen muchos detalles sobre su vida profesional o pública, se sabe que tuvo descendencia. En un reciente homenaje, se mencionan sus hijos Hervé y Emmanuel, sus nietos Cédric y Maxime y un bisnieto Elouan.

Ciertamente, la tumba conjunta es una de las más visitadas del camposanto parisino, por su carga emocional y artística; una obra de arte funeraria que ha inspirado a visitantes, fotógrafos, pintores y escritores durante décadas. La sepultura ha aparecido en artículos, blogs, redes sociales y libros sobre arte funerario, convirtiéndose en un símbolo de romanticismo y devoción.


FUENTES CONSULTADAS:

*elvigiadecuba.com

*visites-guidees.net

*www.findagrave.com

*www.appl-lachaise.net

*www.dansnoscoeurs.fr

 

 

sábado, 9 de agosto de 2025

EL FANTASMA DE KATE MORGAN

 José María Ibáñez

Foto: okdiario.com


Kate Morgan nació en Fremont Country, condado de Mahaska, Iowa, alrededor de 1864. Aunque desconocemos la fecha exacta de su nacimiento, tenía entre veintisiete y veintiocho años cuando falleció el 28 de noviembre de 1892. Su corta vida, marcada por tragedias personales y un misterioso final, ha dejado una profunda huella en la historia del Hotel Coronado de San Diego, California. A raíz de su trágico final, dicho hotel se convirtió en uno de los más embrujados de los Estados Unidos.

La muchacha llegó sola al hotel y se registró con un nombre falso, Littie A. Bernard. Dijo que estaba esperando a un médico que nunca llegó. El personal del hotel la describió como una mujer elegante, reservada y algo melancólica, que daba la sensación de estar enferma. Cinco días después de su llegada, fue hallada sin vida en las escaleras que conducían a la playa, con una pistola cerca de su cuerpo y un disparo en la cabeza. Aunque la muerte se declaró como suicidio, la bala alojada en la cabeza no coincidía con el arma hallada junto a su cuerpo, lo que alimentó las teorías de un más que posible asesinato, quizás, relacionado con su esposo, su pasado amoroso o familiar.

La vida de Kate Morgan, según el expediente policial, aunque breve y envuelta en misterio, estuvo marcada por el contexto social y cultural de los Estados Unidos de finales del siglo XIX. En 1892, cuando Kate falleció, la sociedad estadounidense seguía unas normas muy estrictas sobre el comportamiento femenino. Las mujeres que viajaban solas, como es el caso que nos ocupa, levantaban sospechas.

Su madre había fallecido cuando ella apenas tenía un año de vida y fue criada por su abuelo materno. Su padre, George Washington Farmer, se volvió a casar y tuvo más hijos, pero falleció en Texas en 1876.

En 1885, Kate se casó con Thomas Edwin Morgan. Tuvieron un hijo que nació el 31 de octubre de 1886, pero fallecería dos días después. Alrededor de 1890, Kate abandonó a su esposo y mantuvo una relación con Albert Allen, un pariente lejano de su esposo Thomas.

Se cree que Kate tenía problemas con su marido y posiblemente estaba dispuesta a solicitar el divorcio, algo escandaloso en aquella época. Las mujeres sufrían fuertes presiones para no separarse y mantener el matrimonio a toda costa, incluso en situaciones extremas y abusivas.

Baste recordar que el Hotel Coronado, donde falleció Kate, era un símbolo del progreso. Inaugurado en 1888, contaba con electricidad y todo tipo de comodidades, lo que lo hacía un destino de lujo para la élite. La llegada de Kate al hotel coincidió con el auge del turismo en California, impulsado por la llegada del ferrocarril, que permitía a personas de otros estados desplazarse y viajar con más facilidad.

Recordar que la historia de Kate Morgan ha tenido un impacto profundo en el turismo del Hotel Coronado, convirtiéndolo en un destino icónico para los amantes del misterio y los sucesos paranormales. Por ejemplo, la habitación número 3327, donde se hospedó Kate, es la más solicitada por los clientes que buscan emociones fuertes y experiencias paranormales, aunque también se han reportado sucesos extraños en las habitaciones 302 y 3519.

No olvidemos que el personal del hotel también ha documentado fenómenos anómalos como luces que parpadean, se encienden y se apagan, aparatos de televisión que se encienden solos, cambios bruscos de temperatura, puertas y ventanas que se abren o se cierran sin explicación, apariciones fantasmales y ruidos de pasos en pasillos vacíos. También se documentan las apariciones de una niña de la época victoriana y una bella mujer vestida de blanco. Incluso la tienda de regalos del hotel ha sido escenario de sucesos extraños, como objetos que salen volando de los estantes y caen solos al suelo sin romperse.

Se han realizado investigaciones paranormales utilizando equipos especializados; cámaras infrarrojas y sensores de sonido. La historia de Kate se ha convertido en parte importante del recorrido histórico del hotel, atrayendo tanto a curiosos como a investigadores.

El Hotel Coronado ha sido incluido en las listas de los hoteles más embrujados de Estados Unidos, lo que refuerza su atractivo turístico. Celebridades, medios de comunicación, investigadores y turistas lo visitan, no tan solo para admirar su arquitectura victoriana, sino por la leyenda de Kate Morgan. Empleados y huéspedes han aportado testimonios sobre una mujer vestida elegantemente caminando por la playa y los pasillos del establecimiento hotelero.

El libro Beautiful Stranger: The Ghost of Kate Morgan and the Hotel del Coronado”, fue escrito, dicen, por el Departamento de Patrimonio del Hotel Coronado, y publicado por  Sunbelt Publications en 2005. Se considera la versión oficial de la historia de Kate Morgan, basada en documentos históricos, informes forenses, artículos de prensa de la época y testimonios de huéspedes y empleados.

El libro contiene una cronología detallada de la estancia de la joven en el hotel. La transcripción del informe forense sobre su muerte. Decenas de artículos de prensa de la época que documentan el caso. Fotografías antiguas del hotel y de Kate Morgan, y descripciones de avistamientos fantasmales y sucesos inexplicables en la habitación 3327 y otras zonas del hotel.

Reúne documentos históricos auténticos, lo que lo convierte en una fuente valiosa para investigadores y aficionados al misterio. Ha sido utilizado por parapsicólogos y equipos de investigación para estudiar la actividad sobrenatural en el hotel. El término “Beautiful Stranger” proviene de cómo la prensa se refería a Kate antes de que se confirmara su identidad. El enfoque institucional da al libro un carácter más documental que narrativo, ideal para quienes buscan una reconstrucción más o menos seria y detallada del caso.

Si te interesa una perspectiva alternativa, el autor John T. Cullen también ha escrito libros como “Dead Move y Lethal Journey”, que ofrece teorías distintas sobre la identidad de Kate y los eventos que rodearon su muerte.

En 2024, el hotel fue incluido en la lista del Historic Hotels of América, el programa oficial del National Trust for Historic Preservation que reconoce los hoteles más emblemáticos de los Estados Unidos por su valor histórico, arquitectónico y cultural. Está catalogado como “famoso por su arquitectura victoriana y leyendas paranormales”.

Incluso, James Van Praagh, médium espiritual muy conocido en Estados Unidos por sus trabajos en supuestas comunicaciones con el más allá, lo describe como “hermoso y extremadamente embrujado”.

Kate fue sepultada en el cementerio Mount Hope, San Diego, uno de los más antiguos y característicos de la ciudad californiana.

Su tumba está situada en la División 5, Sección 1.


FUENTES CONSULTADAS:

*supercurioso.com

*www.hoteldel.com

*www.sandiegored.com

*thedeadhistory.com

viernes, 8 de agosto de 2025

EL GATO QUE GUIA A UN PERRO CIEGO

 José María Ibáñez

Foto: www.theclinic.cl

Nos situamos en el norte de Gales, donde nos cuentan una historia de amistad que ha conmovido al mundo. Sus protagonistas, Terfel, un perro labrador chocolate de ocho años que, en 2012, desarrolló cataratas que lo dejaron ciego. Pasó de ser un perro activo y curioso a uno que apenas se movía, temeroso de chocar con los muebles o perderse en su propia casa. Pasaba la mayor parte del tiempo en su cama, desorientado, y Pwditat, un gato callejero que se convirtió en su guía y compañero inseparable.

Decir que el color chocolate es uno de los tres reconocidos oficialmente en la raza Labrador Retriever, junto con el negro y el amarillo. Son conocidos por su carácter dulce y su lealtad.

Un día, la dueña de Terfel, Judy Godfrey-Brown, decidió adoptar a un gato callejero al que llamó Pwditat (pronunciado “Puddy-tat”), sin saber que se convertiría en el “lazarillo” de Terfel. Desde el primer día, Pwditat se acercó al perro mostrando una actitud protectora. Usaba su cuerpo para guiarlo suavemente por toda la casa y el jardín, como si realmente supiera que su nuevo amigo necesitaba ayuda.

Duermen juntos, juegan juntos y exploran el mundo juntos. Pwditat, el gato callejero con corazón de oro, prefiere la compañía de Terfel antes que la de otros gatos. Su estrecho vínculo ha demostrado que la empatía entre especies es real y poderosa.

La historia de Pwditat y Terfel es mucho más que una anécdota adorable. Es una lección de empatía, intuición y amor entre especies. Como dijo Judy, la propietaria de ambos: “Nunca he visto nada parecido. Parece que Pwditat supo que Terfel era ciego por una especie de sexto sentido que tienen los animales”.

 

 

*www.animalsaroundtglobe.com

*www.theclinic.cl

*es.paperblog.com

 

 

 

 


jueves, 7 de agosto de 2025

DESAPARECE UN SUBMARINO EN LA ANTÁRTIDA (NOTICIA)

 José María Ibáñez

Foto: nationalgeographic.com


Un suceso inquietante ha captado la atención de la comunidad científica internacional: la desaparición del submarino autónomo Ran en la plataforma de hielo Dotson, una vasta extensión de hielo flotante ubicada en la costa de la Antártida Occidental. Se trata de una de las regiones más remotas y menos exploradas del planeta, y juega un papel crucial en la inestabilidad de los glaciares antárticos y en el potencial aumento del nivel del mar.

Este vehículo submarino autónomo de seis metros de largo, equipado con un sonar de alta resolución y sensores avanzados, capaz de navegar de forma autónoma, está operado por la Universidad de Gotemburgo (Suecia) como parte del proyecto International Thwaites Glacier Collaboration (ITGC), fue desplegado en 2022 para explorar la parte inferior de esta plataforma primigenia, un área que ningún ser humano había visto jamás. Se perdió en enero de 2024 tras descubrir estructuras desconocidas bajo el hielo. La causa exacta de su desaparición sigue sin estar clara

Efectivamente, antes de desaparecer el sumergible había descubierto estructuras sub glaciales nunca vistas; mesetas heladas, formaciones en forma de lágrima y patrones de erosión complejos. Datos que desafían los modelos actuales de derretimiento del hielo, evidencia de que las aguas profundas circumpolares afectan de forma desigual la plataforma de hielo Dotson.

Las teorías de la desaparición incluyen, encallamiento en estructuras ocultas bajo el hielo, fallo mecánico crítico, interferencia biológica desconocida o problemas con el sistema de navegación autónomo. Este caso no solo plantea preguntas sobre los límites de la exploración polar, sino también sobre lo que aún desconocemos del planeta.

Ha transcurrido más de un año y todavía se desconoce la verdadera causa de su desaparición  ¿O no?

 

 FUENTES CONSULTADAS:

*www.elconfidencial.com

*www.nationalgeographic.com

*www.espaciomisterio.com

 

 

 

miércoles, 6 de agosto de 2025

DESAPARICIÓN Y MUERTE DE DEVIN WILLIAMS

 José María Ibáñez

Foto: marcianitosverdes.com


Este caso, que parece sacado de una novela de suspense, ocurrió en la vida real. Se trata de un viaje rutinario que acabó en una pesadilla. El mes de mayo de 1995 Devin Williams, camionero de veintinueve años, casado y padre de tres hijos, residente en Emporia, Kansas, sin antecedentes en cuanto a problemas mentales ni conflictos personales, que trabajaba para Flint Hill Transportation Company, el 23 de mayo partió desde la ciudad de Kansas rumbo a California para entregar mercancía y recoger, como era habitual, un cargamento de lechugas para el regreso. Nunca volvió a casa.

El 28 de mayo, durante el fin de semana del Día de los Caídos, el camión de dieciocho ruedas que conducía, aparecía, como aquel que dice, arrasando un campamento, en el Bosque Nacional de Tono, muy lejos de su ruta habitual. Según los testigos, mostraba un comportamiento errático y muy peligroso. Aquel mismo día, dos excursionistas lo encontraron totalmente confundido. Devin les dijo que “me obligaron a hacerlo. Voy a ir a la cárcel”.

El 29 de mayo, otro testigo lo vio golpeando con una piedra un billete de veinte dólares, diciendo, “tengo que encender la parrilla”. Luego lanzó la piedra contra un automóvil y se alejó caminando, sin rumbo fijo aparente. Es la última vez que se le ve con vida.

Aunque Devin Williams no tenía antecedentes psiquiátricos, su comportamiento en los días previos, estuvo tan desconectado con la realidad, golpear un billete, lanzar frases incoherentes, huir del camión en trance, que podría indicar estar sufriendo un repentino episodio psicótico. Estas crisis pueden aparecer sin aviso, incluso en personas sin historial clínico.

Algunos factores que podrían haberlo desencadenado. Estrés o falta de sueño durante el viaje, consumo accidental o voluntario de sustancias, aunque no existe evidencia directa, problemas médicos no diagnosticados que afecten al cerebro o al metabolismo.

Su camión fue hallado intacto, sin señales de lucha ni robo. Se especuló sobre un secuestro, drogas, problemas de salud e incluso teorías mucho más extravagantes como experimento de control mental o intervención extraterrestre.

Vale la pena recordar que el Bosque Nacional de Tono, ha sido escenario de múltiples relatos sobre fenómenos inexplicables, incluidos avistamientos de ovnis. Aunque no existe ninguna evidencia oficial que confirme visitas extraterrestres, existen historias que han capturado la imaginación de muchos. Por citar un ejemplo, Travis Walton, un leñador, que afirmó haber sido abducido por un ovni en 1975, cerca del Bosque Nacional de Sitgreaves, muy próximo al de Tonto. Su conocida historia inspiró libros y películas, aunque ha sido ampliamente debatida y cuestionada.

El 2 de mayo de 1997, dos años después de la misteriosa desaparición de Devin Williams, es hallado un cráneo humano a solo medio kilómetro del lugar donde fue visto por última vez. Se confirmó que pertenecía a Devin, pero no hallaron ningún sigo de trauma, ni señales de lucha en la escena. La causa de la muerte sigue siendo totalmente desconocida.

Otras hipótesis que saltaron a la palestra. Secuestro o crimen, aunque no hubo señales de violencia, ni enemigos, ni un móvil claro. Fuga voluntaria; su comportamiento era demasiado errático para plantear una huida lógica.

Esta historia ha dejado en el aire muchas más preguntas que respuestas. Hasta hoy, no se sabe el motivo de su desaparición, ni las causas de su muerte. Es un caso que sigue desconcertando a investigadores y aficionados a la crónica negra y al misterio.


FUENTES CONSULTADAS:

*marcianitosverdes.haaan.com

*heraldodemexico.com.mx

*unsolved.com

*mysterydelver.com

 

 

¿QUIÉN FUE MADAME CARREL?

 José María Ibáñez

Foto: estaciontrip.com.ar


La tumba de Madame Carrel, cuyo nombre de soltera era Anne Marie Goulez de la Motte, reposa en un lugar tan pintoresco como misterioso; el cementerio de La Cumbrecita, situado en la cima de una montaña. El lugar exacto donde reposan sus restos está marcado por una cruz grabada con el nombre de “Madame Carrel” y sus fechas de nacimiento y muerte. La historia del pueblo de La Cumbrecita, ubicado en el valle de Calamuchita en las Sierras Grandes de Córdoba, Argentina es tan atrayente como el lugar mismo.

En 1934, el ingeniero alemán Helmud Cabjolsky compró quinientas hectáreas de tierras en un paraje desolado, sin caminos ni árboles, rodeado por ríos y montañas. En 1935, se construyó la primera edificación; una casa de adobe con ocho habitaciones, que pronto comenzó a recibir visitantes atraídos por la belleza del lugar. Con el tiempo, surgió la idea de crear un pueblo alpino al servicio del turismo, inspirado en la arquitectura centroeuropea. Se trazaron calles, y se instalaron servicios básicos. El hijo mayor de Helmut, también llamado Helmut, lideró la planificación urbana, respetando tanto el entorno natural como las raíces europeas y criollas del lugar.

La historia del Hotel La Cumbrecita está íntimamente ligada a los orígenes del pueblo homónimo. Este hotel no solo es uno de los más emblemáticos de la zona, sino que también fue parte fundamental del desarrollo turístico del lugar.

Como decimos anteriormente, en 1935 se construyó una casa de adobe con ocho habitaciones, originalmente pensada como vivienda. Con el tiempo, esta casa comenzó a recibir visitantes y amigos, convirtiéndose en una pequeña hostería familiar. La propiedad fue vendida al Sr. Reinaldo Schefski y su esposa Cándida Navarro, quienes llegaron desde la Patagonia con la intención de criar ovejas. Sin embargo, su espíritu emprendedor los llevó a transformar la antigua casa en una hostería turística, que con los años evolucionó hasta convertirse en el actual Hotel La Cumbrecita.

Madame Carrel, nació el 15 de febrero de 1877 en París (Francia). En 1910, presenció una curación súbita en el santuario de Lourdes; un niño ciego recuperó la vista en sus brazos. Ese suceso la transformó de atea racionalista a católica ferviente, totalmente convencida de que había presenciado un auténtico milagro. Obtuvo el título de medicina en Francia y ejerció como enfermera en el frente de batalla durante la Segunda Guerra Mundial.

Alexis Carrel y Anne-Marie-Laure Gourlez de La Motte se conocieron en Lourdes, durante uno de los viajes del médico francés a ese famoso santuario. Anne-Marie, que era una viuda acaudalada, estaba allí trabajando como enfermera voluntaria atendiendo a un grupo de peregrinos.

Este encuentro fue muy significativo para ambos. Carrel, aunque inicialmente escéptico, quedó profundamente impactado por las experiencias místicas que presenció en el santuario mariano de Lourdes, lo que influyó en su evolución espiritual. La conexión con Anne-Marie, que profesaba una fuerte fe católica, reforzó ese cambio. Se casaron en 1913, cuando él tenía cuarenta y un años.

Efectivamente, Anne-Marie se casó con Alexis Carrel, una figura fascinante, aunque muy controvertida de la historia de la medicina. Nacido en París en 1873, fue pionero en técnicas quirúrgicas que revolucionaros el tratamiento de órganos y vasos sanguíneos. Fue Premio Nobel de Medicina en 1912, por sus avances en cirugía vascular. Desarrolló las primeras anastomosis vasculares, permitiendo unir arterias y venas sin que se formaran coágulos. También, fue precursor en el cultivo de tejidos, sentando las bases para la biología celular moderna. Aunque trabajó en los Estados Unidos, en instituciones como la Universidad Rockefeller, nunca renunció a su nacionalidad francesa.

Durante los últimos años de su vida, defendió ideas de eugenesia y mostró simpatía por el régimen de Vichy durante la Segunda Guerra Mundial.

En su libro “Viaje a Lourdes”, publicado en 1949 por la editorial Iberia de Barcelona, narra con honestidad su lucha interna entre el escepticismo y la fe. Se trata de un relato autobiográfico en el que narra su experiencia en el santuario de Lourdes en 1903, donde presenció una curación que desafió su visión científica.

Más adelante, ese mismo año, y en la misma editorial publica “El hombre, ese desconocido”, una reflexión profunda sobre la naturaleza humana, donde Carrel propone que la ciencia debe estudiar al ser humano en su totalidad: cuerpo, mente y espíritu. Ha sido muy criticado por sus posturas elitistas y pseudocientíficas.

Conservador en lo social, profundamente católico, y con inclinaciones místicas, su legado científico sigue siendo relevante, pero su figura está marcada por una dualidad entre el genio médico y el pensador polémico.

Madame Carrel no solo continuó con el legado médico de Alexis, sino que lo fusionó con prácticas energéticas y de sanación alternativa, algo que habría explorado junto a él en sus últimos años. Ella afirmaba que muchas de sus ideas provenían de conversaciones con su esposo, e incluso después de su muerte, decía sentir su presencia guiándola en sus diagnósticos.

Lo que sucedió, si es que realmente sucedió, entre Alexis Carrel y Madame Carrel en Argentina es como un capítulo oculto de la historia, cargado de misterio y espiritualidad. Aunque muchos aseguran que ella llegó sola al país tras la muerte de su marido, existen teorías y testimonios que sugieren una conexión mucho más profunda entre ambos, incluso en tierras argentinas.

Oficialmente, Alexis Carrel falleció en París en 1944, y fue sepultado oficialmente en la Capilla Carrel en Saint-Gilles-des-Marais, en el departamento de Orne, región de Basse-Normendie, Francia. Pero serpentean rumores de que sus restos fueron trasladados, o que incluso vivió de forma clandestina junto a su esposa en Argentina. Algunos habitantes de La Cumbrecita aseguran que ambos vivieron allí, refugiados entre los árboles y las montañas, llevando una vida retirada y espiritual.

Hay quienes aseguran haber visto documentos y fotos que no han salido a la luz, incluyendo una imagen de Alexis Carrel en La Cumbrecita. Algunos médicos y viajeros que la visitaron hablaban de una “doble presencia” en sus sesiones, como si la energía de Alexis aún la acompañara.

Aunque estos relatos no forman parte de la historia oficial, alimentan el aura de leyenda que rodea a Madame Carrel. Como en todo buen misterio, hay documentos perdidos, testigos anónimos… y una tumba que guarda más preguntas que respuestas. Sea como fuere, tras la muerte de su esposo se trasladó a Argentina y vivió en el Hotel La Cumbrecita, rodeada de libros, condecoraciones de guerra y objetos esotéricos.

Madame Carrel afirmaba tener la capacidad de ver el interior del cuerpo humano a través del aura. Usaba sus manos como si fueran rayos X psíquicos y diagnosticaba enfermedades sin necesidad de realizar exámenes médicos convencionales.

En su habitación del Hotel La Cumbrecita tenía una máquina extraña, cuando el paciente la tocaba, se activaba un péndulo que indicaba que mineral faltaba en su organismo. Algunos decían que era una mezcla de ciencia y magia.

Los visitantes y pacientes, llegaban desde Buenos Aires, Rosario y Córdoba, muchos desahuciados por la medicina tradicional. Algunos se quedaban semanas, participando en sesiones de sanación energética y oración. Se dice que algunos eran médicos, sacerdotes o artistas que buscaban respuestas más allá de la ciencia.

Los pocos testigos que aún la recuerdan hablan de una mujer alta, elegante, vestida de negro, paseando con sombrero de ala ancha y condecoraciones de guerra. Algunos vecinos afirmaban haber visto luces extrañas en su habitación durante las sesiones nocturnas. Se rumorea que mantenía correspondencia con grupos esotéricos europeos y que recibía visitas discretas de intelectuales. Este pequeño círculo en La Cumbrecita parecía vivir entre lo terrenal y lo trascendente.

Madame Carrel, que falleció el 2 de febrero de 1968,  dejó en el hotel una colección de objetos que parecen sacados de un gabinete de curiosidades místicas. Libros antiguos sobre medicina, espiritualidad y parapsicología, muchos escritos en francés y alemán. Condecoraciones de guerra que llevaba con orgullo, recuerdo de su servicio como enfermera en la Primera Guerra Mundial. Una máquina misteriosa con un péndulo que, al tocarla, indicaba qué mineral faltaba en el cuerpo del paciente. Rosarios, crucifijos y relicarios, reflejo de su profunda fe católica tras su conversión en Lourdes. Instrumentos de diagnóstico alternativo, como péndulos, cristales y mapas energéticos del cuerpo humano.

La habitación estaba decorada con tapices oscuros, velas encendidas y una atmósfera que muchos describían como “fuera del tiempo”. Recibía pacientes desahuciados que venían desde Buenos Aires, Rosario y Córdoba, buscando sanación por el aura y el péndulo. Algunos testigos aseguran que había fotografías de Alexis Carrel, y que ella hablaba de él como si aún la guiara.

Estos objetos no solo hablan de su vida, sino de una época en que la ciencia y lo espiritual se entrelazaban en formas inesperadas e insospechadas. Una vida fascinante, ¿verdad?


FUENTES CONSULTADAS:

*estaciontrip.com.ar

*www.fucimed.org

*es.wikipedia.org

*parapsicologiadeinvestigacion.com

*historiaymedicina.es

*www.historiadelamedicina.org

*www.lavoz.com.ar

 

 

martes, 29 de julio de 2025

DESAPARECE DE SU TUMBA PROFANADA EL CRÁNEO DEL DIRECTOR DE "NOSFERATU"

 José María Ibáñez

Foto: es.wikipedia.org


Realmente nos encontramos ante un misterio digno de su principal protagonista. El mes de julio de 2015, la tumba del legendario cineasta Friedrich Wilhelm Murnau, director de la película Nosferatu (1922), todo un clásico de los films de terror, fue profanada en el cementerio del Suroeste de Stahnsburgo, uno de los más grandes y singulares de Alemania, ubicado en el estado de Brandeburgo, a las afueras de Berlín. Fundado en 1909 por la Iglesia Evangélica, se extiende por algo más de doscientas hectáreas y alberga unas ciento veinte mil sepulturas. Lo más inquietante del suceso es que su cráneo fue robado. Junto a la tumba se hallaron restos de cera, lo que desató todo tipo de especulaciones sobre la celebración de rituales ocultistas.

Friedrich Wilhelm Murnau (1888–1931) fue uno de los directores más influyentes del cine mudo y un pionero del lenguaje cinematográfico moderno. Nacido en Alemania como Friedrich Wilhelm Plumpe, adoptó el nombre artístico de “Murnau”, inspirándose en una localidad bávara que visitó en numerosas ocasiones durante su juventud. Efectivamente, Murnau am Staffelssee, es una ciudad mercado situada junto al lago Staffelssee, en los Alpes Bávaros.

Murnau revolucionó el cine con su enfoque visual y técnico. Maestro del expresionismo alemán, su obra “Nosferatu” es un ícono del cine de terror y del expresionismo, con atmósferas sombrías, iluminación dramática y simbolismo visual. Innovador en el uso de la técnica, introdujo la cámara subjetiva, que muestra el mundo desde la perspectiva del personaje, como en “El último” (1924).

En “Amanecer” (1927), combinó el expresionismo alemán con el realismo estadounidense, creando una obra lírica que ganó el primer Oscar a la mejor calidad de producción. Influenciado por la pintura romántica alemana, sus películas tienen una composición visual cuidada, con uso de claroscuros y encuadres poéticos.

Vale la pena recordar que, Murnau está vinculado a leyendas esotéricas por su estrecha colaboración con Albin Grau, productor de Nosferatu y miembro destacado de la logia ocultista “Fraternitas Saturni”, con el nombre mágico de Maestro Pacitius. Realmente, Albin Grau fue mucho más que el productor de la película, fue el alma esotérica detrás de Nosferatu. Nacido en Leipzig en 1884, Grau era artista, arquitecto, ocultista y diseñador de producción y, dicen, que su influencia se siente en cada sombra y símbolo de dicho film. Recordemos que Fraternitas Saturni (Hermandad de Saturno), es una de las órdenes ocultistas más influyentes de Alemania. Fundada oficialmente en 1926 por Eugen Grosche (alias Gregor A. Gregorius) tras la Conferencia de Weida, esta logia mágica se caracteriza por su enfoque en el esoterismo astrológico, la magia sexual y el arquetipo de Saturno, con un estilo muy personal y provocador.

Fundador de Prana Film, la productora creada para explotar temas ocultistas y sobrenaturales, Grau diseñó los decorados, vestuario y materiales promocionales, impregnando la película de una estética ritual y mística.

Albin concebía al vampiro como un cuerpo astral, una entidad que se alimenta de la energía vital (prana), lo que da nombre a su productora. Participó en la Conferencia de Weida en 1925, junto a figuras como Aleister Crowley, lo que le posiciona en el epicentro del ocultismo europeo. Tras el juicio por derechos de autor con la viuda de Bram Stoker, Prana Film quebró, y Albin Grau se dedicó exclusivamente al ocultismo. Durante el régimen nazi, fue arrestado y pasó un año en prisión. Tras la guerra, reconstruyó, desde Berlín Occidental, la Fraternitas Saturni

Aunque Nosferatu fue su única película como productor, Grau dejó huella en el cine como visionario del terror simbólico. Su arte apareció en revistas esotéricas como Saturno Gnosis, y sus ideas sobre geometría sagrada y magia astral siguen fascinando a estudiosos del ocultismo.

La película ha sido objeto de mitos, desde el aura maldita que la rodea hasta la leyenda de que Max Schreck (1879–1936) era realmente un vampiro. Fue un actor alemán de teatro y cine, célebre por su inquietante interpretación del Conde Orlok en Nosferatu (1922), la primera adaptación cinematográfica de Drácula. Su nombre, que en alemán significa “terror”, parece haber sido predestinado para el papel que lo convirtió en leyenda.

Murnau falleció trágicamente en un accidente automovilístico poco antes del estreno de la película “Tabú”, a los cuarenta y dos años. Su legado sigue vivo en cada plano de la cámara y en cada sombra que sugiere más de lo que muestra. La policía alemana nunca resolvió el caso.

El mausoleo fue sellado para evitar nuevas profanaciones. El destino del cráneo sigue siendo un misterio. Nadie, oficialmente, sabe donde está. 


FUENTES CONSULTADAS:

*fandomcinema.com

*www.elmundo.es

*www.rtve.es

*es.wikipedia.org

*cinescopia.com

*www.biografiasyvidas.com

*www.elpais.com

 

MUSEO DE LO EXTRAÑO

 José María Ibáñez

Foto: www.ledauphine.com



Parece formar parte del guion de una novela gótica. El Museo de lo Extraño (Musée de l´Ètrange), abrió sus puertas, el viernes 26 de junio de 2015. Está situado en Serrières, una joya histórica a orillas del Ródano, ubicada al norte de Ardèche. Es un genuino gabinete de curiosidades creado por Odile y André Douzet, apasionados por el esoterismo y las tradiciones ocultas. Está instalado en una antigua bodega que ellos mismos acondicionaron y que bautizaron con el apelativo de “la guarida del brujo”.

André Douzet nació en 1947 y ha dedicado gran parte de su vida a la investigación de fenómenos inexplicables, simbolismo y tradiciones populares. Es escritor, editor e investigador, muy conocido por sus pesquisas sobre Rennes-le.Chàteau, y la Orden del Temple.

Odile Douzet, su esposa, también es autora y colabora en sus investigaciones. Juntos han creado un espacio íntimo y no comercial para compartir con el público en general su pasión por lo oculto.

La colección incluye objetos recolectados durante décadas por el abuelo de André, maestro vidriero de Rive-de-Gier, ciudad ubicada en el departamento del Loira, en la región de Auvernia-Ródano-Alpes. Muchos de ellos provenientes de guaridas de brujos rurales. Puso a buen recaudo piezas únicas, antes de que fueran destruidas por las autoridades o abandonadas a su suerte y olvidadas con el paso del tiempo. El abuelo fue una persona muy respetada en círculos ocultistas locales, aunque siempre mantuvo un perfil muy discreto.

En el museo, se exponen más de mil objetos relacionados con la brujería, alquimia, supersticiones y ocultismo. Objetos que llegan a provocar escalofríos; un cráneo humano y un sapo con la boca casida, usados en rituales de protección y maldición. El sapo, símbolo de transformación, era sellado para “encerrar” el mal. Muñecos Vudú, algunos con alfileres clavados. Se utilizaban para canalizar emociones o influir en personas a distancia. Bolsas de tela que incluyen polvos misteriosos preparadas por curanderos rurales, algunas etiquetadas como “polvo de sombra” o “ceniza de penitente”.

Mandrágoras, raíces con forma humana, consideradas extremadamente poderosas en magia medieval. Se dice que gritan al ser arrancadas. Un colmillo de lobo que se colgaba en el cuello del bebé para protegerlo de los malos espíritus. Una piedra de sangre, usada para detener hemorragias y leyendas que le vinculan con sacrificios humanos antiguos. Medallas, reliquias y objetos ligados a la Orden del Temple y sus rituales secretos.

Objetos auténticos recolectados por generaciones, incluyendo piezas usadas por curanderos y hechiceros rurales. Un salón de adivinación, un taller de alquimista, y una sala dedicada a prácticas esotéricas. La atmósfera es oscura y envolvente, diseñada para que el visitante sienta que entra y recorre la guarida de un brujo.

Este museo no solo exhibe objetos, también cuenta sus historias. Cada pieza tiene su procedencia, un uso y una energía que los visitantes aseguran sentir.

 

FUENTES CONSULTADAS:

*www.serrieres.fr

*www.francebleu.fr.

*mavisiteenfrances.com

*www.artsixmic.fr

martes, 22 de julio de 2025

LA TORRE DEL FANTASMA

 José María Ibáñez

Foto: gauchonews.com


La Torre del Fantasma es uno de los lugares más misteriosos y legendarios de la ciudad de Buenos Aires. Su historia es una mezcla arquitectura modernista, sucesos paranormales y leyendas urbanas que han fascinado a generaciones. Situada en Wenceslao Villafañe, 361, en la intersección con Almirante Brown y Benito Pérez Galdós, barrio de la Boca, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, fue construida  en 1910, por encargo de su dueña María Luisa Auvert Aurnaud, una mujer rica y excéntrica con raíces catalanas, por Guillermo Álvarez, arquitecto y filantrópico gallego que dejó una profunda huella en la arquitectura de la ciudad de Buenos Aires, especialmente en el estilo modernista catalán que caracteriza obras como la famosa Torre del Fantasma.

El arquitecto nació en 1867, en Cortegada de Baños, Ourense, Galicia (España). Llegó a Buenos Aires en 1885, con apenas dieciocho años, para reunirse con su padre y hermanos. Comenzó como obrero de la construcción y se formó como arquitecto. Falleció en Buenos Aires en 1929, a la edad de sesenta y dos años.

El diseño sigue el estilo modernista catalán, con curvas, balcones ornamentados con plantas exóticas y hongos alucinógenos, rematada por una torre con almenas que albergaba un tanque de agua, posiblemente el primero del barrio.

La torre fue pensada inicialmente como edifico de pisos de alquiler, pero Auvert quedó tan fascinada que decidió mudarse allí con sus sirvientes. Con el tiempo los sirvientes comenzaron a abandonar el lugar por miedo a los gritos nocturnos y sucesos inexplicables. La señora Auvert huyó una noche, dejando el edificio vacío y encargó a una inmobiliaria que lo dividiera en apartamentos.

Una joven artista llamada Clementina alquiló el último piso y lo convirtió en su taller. Era muy alegre, talentosa y querida por sus vecinos. Una periodista llamada Eleonora la entrevistó y tomó algunas fotos de sus obras. Días después, comenzaron suceder fenómenos extraños y gritos de terror. Clementina se suicidó arrojándose al vacío desde lo alto de la torre. En las fotos hechas por la periodista aparecieron tres duendes que no estaban presentes en el momento de la exposición.

Se dice que el edificio está habitado por follets, criaturas míticas profundamente arraigadas en la mitología catalana, similares a los duendes o gnomos del folklore europeo. Su figura ha evolucionado con el tiempo, mezclando elementos paganos, supersticiones populares y creencias cristianas.

En la actualidad, la Torre del Fantasma sigue siendo uno de los rincones más enigmáticos y fascinantes de Buenos Aires. Aunque es una propiedad privada y no está abierta al público de forma regular, su fama como lugar de leyenda y arquitectura única la mantiene viva en el imaginario colectivo. No está habilitado como museo ni atracción turística oficial, aunque algunos visitantes se acercan para fotografiarlo desde el exterior.

Algunos vecinos afirman seguir escuchando gritos y pasos por las noches. Otros creen que los sucesos se deben a los efectos alucinógenos de las plantas decorativas. La torre sigue siendo un símbolo cultural y arquitectónico de La Boca, aunque su acceso está limitado por ser propiedad privada. Pero sigue siendo un símbolo de misterio y belleza arquitectónica.

 

FUENTES CONSULTADAS:

*www.urbanocotidiano.com

*www.lanacion.com.ar

*www.clarin.com

*www.nexofin.com