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José María Ibáñez.

martes, 12 de agosto de 2025

LA TUMBA DE FERNAND ARBELOT Y HENRIETTE GICQUEL

José María Ibáñez


 

Foto: www.youtard.com


Vidas discretas y una tumba que simboliza su amor eterno. La sepultura que comparten Fernand Arbelot y su amada esposa Henriette Marie Louise Gicquel, en el majestuoso cementerio parisino de Père Lachâise, es una de las más conmovedoras y poéticas del recinto sagrado. Arbelot quiso que la sepultura reflejara el amor eterno por su esposa. Su deseo quedó cumplido se forma extraordinaria.

La escultura sobre su tumba muestra la figura yacente de Arbelot acostado, boca arriba, sosteniendo entre sus manos la cabeza con el rostro de su esposa, como si la contemplara para toda la eternidad. Esta imagen ha sido interpretada como una expresión de amor eterno, fidelidad y contemplación más allá de la muerte.

La estatua de bronce fue realizada en 1948 por Adolphe Wansart, escultor y pintor belga con una carrera rica en obras monumentales y funerarias que combinan sensibilidad artística con simbolismo moderno. Una auténtica obra de arte funeraria que refleja el auténtico amor.

En la inscripción de la lápida se lee: “Ils furent émerveillés du beau voyage / Qui les mena jusqu’au bout de la vie” (“Se maravillaron del hermoso viaje / Que los llevó hasta el final de la vida”).

Conozcamos a ambos personajes. Fernand Louis Arbelot nació el 16 de febrero de 1880 en París. Hijo de Ferdinand Arbelot y Amélie Poulain, disfrutó de una importante trayectoria profesional marcada por el mundo financiero y el servicio militar, con momentos destacados en ambos ámbitos. Estudió y se graduó en la prestigiosa École des Hautes Études Commerciales (Escuela Superior de Altos Estudios Comerciales) de París.

En enero de 1914, fue director de la Banque Continentale de Paris, ubicada en el Boulevard Haussmann y, en 1942, era nombrado director de la Westminster Foreign Bank Ltd, en la Place Vendôme, París. Realizó su servicio militar en 1900 y fue movilizado en noviembre de 1914, durante la Primera Guerra Mundial; alcanzó el grado de teniente.

Falleció el 16 de noviembre de 1942 en Rueil-Malmaison, una encantadora comuna situada en el departamento de Altos del Sena, a pocos kilómetros al oeste de París. Inicialmente fue sepultado en el camposanto de dicho municipio, pero sus restos fueron trasladados al cementerio parisino el mismo día que sepultaron a su esposa, el 20 de abril de 1967.

En 1919 se casó con Henriette Marie Louise Gicquel, que también tiene una historia interesante, aunque mucho más discreta que la de su marido. Nació en 1885 y vivió una vida reservada, aunque su memoria perdura gracias al amor que inspiró en Fernand y la escultura que los une para siempre. Aunque no se conocen muchos detalles sobre su vida profesional o pública, se sabe que tuvo descendencia. En un reciente homenaje, se mencionan sus hijos Hervé y Emmanuel, sus nietos Cédric y Maxime y un bisnieto Elouan.

Ciertamente, la tumba conjunta es una de las más visitadas del camposanto parisino, por su carga emocional y artística; una obra de arte funeraria que ha inspirado a visitantes, fotógrafos, pintores y escritores durante décadas. La sepultura ha aparecido en artículos, blogs, redes sociales y libros sobre arte funerario, convirtiéndose en un símbolo de romanticismo y devoción.


FUENTES CONSULTADAS:

*elvigiadecuba.com

*visites-guidees.net

*www.findagrave.com

*www.appl-lachaise.net

*www.dansnoscoeurs.fr

 

 

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