José María Ibáñez
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Foto: www.youtard.com |
Vidas discretas y una tumba que simboliza su amor eterno. La
sepultura que comparten Fernand Arbelot y su amada esposa Henriette Marie
Louise Gicquel, en el majestuoso cementerio parisino de Père Lachâise, es una de
las más conmovedoras y poéticas del recinto sagrado. Arbelot quiso que la
sepultura reflejara el amor eterno por su esposa. Su deseo quedó cumplido se
forma extraordinaria.
La escultura sobre su tumba muestra la figura yacente de
Arbelot acostado, boca arriba, sosteniendo entre sus manos la cabeza con el rostro de su esposa, como si la contemplara para toda la eternidad. Esta imagen ha sido
interpretada como una expresión de amor eterno, fidelidad y contemplación más
allá de la muerte.
La estatua de bronce fue realizada en 1948 por Adolphe
Wansart, escultor y pintor belga con una carrera rica en obras monumentales y
funerarias que combinan sensibilidad artística con simbolismo moderno. Una
auténtica obra de arte funeraria que refleja el auténtico amor.
En la inscripción de la lápida se lee: “Ils furent
émerveillés du beau voyage / Qui les mena jusqu’au bout de la vie” (“Se
maravillaron del hermoso viaje / Que los llevó hasta el final de la vida”).
Conozcamos a ambos personajes. Fernand Louis Arbelot nació el
16 de febrero de 1880 en París. Hijo de Ferdinand Arbelot y Amélie Poulain, disfrutó
de una importante trayectoria profesional marcada por el mundo financiero y el
servicio militar, con momentos destacados en ambos ámbitos. Estudió y se graduó
en la prestigiosa École des Hautes Études Commerciales (Escuela Superior de
Altos Estudios Comerciales) de París.
En enero de 1914, fue director de la Banque Continentale de
Paris, ubicada en el Boulevard Haussmann y, en 1942, era nombrado director de
la Westminster Foreign Bank Ltd, en la Place Vendôme, París. Realizó su
servicio militar en 1900 y fue movilizado en noviembre de 1914, durante la
Primera Guerra Mundial; alcanzó el grado de teniente.
Falleció el 16 de noviembre de 1942 en Rueil-Malmaison, una
encantadora comuna situada en el departamento de Altos del Sena, a pocos
kilómetros al oeste de París. Inicialmente fue sepultado en el camposanto de dicho
municipio, pero sus restos fueron trasladados al cementerio parisino el mismo
día que sepultaron a su esposa, el 20 de abril de 1967.
En 1919 se casó con Henriette Marie Louise Gicquel, que
también tiene una historia interesante, aunque mucho más discreta que la de su
marido. Nació en 1885 y vivió una vida reservada, aunque su memoria perdura
gracias al amor que inspiró en Fernand y la escultura que los une para siempre.
Aunque no se conocen muchos detalles sobre su vida profesional o pública, se
sabe que tuvo descendencia. En un reciente homenaje, se mencionan sus hijos
Hervé y Emmanuel, sus nietos Cédric y Maxime y un bisnieto Elouan.
Ciertamente, la tumba conjunta es una de las más visitadas del camposanto parisino, por su carga emocional y artística; una obra de arte funeraria que ha inspirado a visitantes, fotógrafos, pintores y escritores durante décadas. La sepultura ha aparecido en artículos, blogs, redes sociales y libros sobre arte funerario, convirtiéndose en un símbolo de romanticismo y devoción.
FUENTES CONSULTADAS:
*elvigiadecuba.com
*visites-guidees.net
*www.findagrave.com
*www.appl-lachaise.net
*www.dansnoscoeurs.fr
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