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José María Ibáñez.

lunes, 18 de agosto de 2025

EL RELOJ DEL JUICIO FINAL

 José María Ibáñez

Foto: www.reporte24.ar


Doomsday Clock, conocido también como Reloj del Juicio Final o Reloj del Apocalipsis, es un símbolo creado en 1947 por el Bulletin of the Atomic Scientists, una organización fundada por científicos del Proyecto Manhattan, entre ellos Albert Einstein y J. Robert Oppenheimer

En realidad, no se trata de un reloj físico, sino de una metáfora visual que, al parecer, indica lo cerca que está la humanidad de una catástrofe global. La “medianoche” simboliza el momento de la destrucción total. Cuando más cerca se esté de la medianoche, mayor es el peligro para la humanidad.

Cada año, la junta del Bulletín o, mejor dicho, un comité de expertos, evalúa riesgos globales, ajusta las manecillas en función de amenazas como, una guerra nuclear, el cambio climático, los avances tecnológicos, las pandemias, los conflictos geopolíticos…

Sin duda, y sobre el papel, todo está muy bien, pero ¿Qué hacen realmente los miembros del Bulletin? Publican artículos científicos y de análisis político sobre seguridad global, administran el famoso Reloj del Fin del Mundo (Doomsday Clock), organizan eventos y debates con expertos, incluyendo varios Premios Nobel. Y goza de una fuerte presencia en temas a debate como: desarme nuclear, bioseguridad, Inteligencia artificial y crisis climática, entre otros. Es decir, mucho ruido y pocas nueces.

¿Dónde estamos ahora?, seguro que es lo que se pregunta la gran mayoría. En 2025, al parecer, el reloj se encuentra a ochenta y nueve segundos de la medianoche, el punto más cercano en sus setenta y ocho años de historia, para la destrucción total de la humanidad; el más próximo al “fin del mundo”. El reloj ha cambiado de posición más de veinticinco veces desde su creación en 1947, reflejando los altibajos en la seguridad global.

Aunque es simbólico, dicen los del comité de expertos, el reloj sirve como una advertencia urgente, cada segundo, cuenta. Su mensaje es claro, el mundo necesita cooperación global, liderazgo audaz y acción inmediata para evitar el desastre que se nos viene encima.

¿En que se basa esta decisión? Al inminente peligro que conlleva la invasión de Ucrania, al conflicto de Oriente Medio, al aumento de arsenales nucleares por parte de potencias como EE.UU., China y Rusia, al impacto creciente del cambio climático, el uso militar de la IA…

Además de las amenazas nucleares y el cambio climático, el Reloj del Fin del Mundo se ajusta en función de una variedad de factores que reflejan el estado de la humanidad y su vulnerabilidad ante una catástrofe global. Aquí tenemos los principales elementos que influyen en su medición simbólica:

*Conflictos geopolíticos. Enfrentamientos activos como la invasión de Ucrania, y las tensiones en Oriente Medio. Amenazas entre potencias nucleares (EE.UU., Rusia, China, Corea del Norte).

*Cambio climático. Aumento de temperaturas globales y fenómenos extremos. Falta total de acción política para reducir emisiones, Pérdida de biodiversidad y degradación ambiental.

*Tecnologías destructivas. Inteligencia artificial usada con fines militares o sin ningún tipo de regulación ética. Ciberataques a infraestructuras. Desarrollo de armas biológicas.

*Desinformación. Manipulación de la opinión pública mediante redes sociales. Erosión de la confianza en instituciones científicas y democráticas. Campañas de desinformación que dificultan la cooperación global.

*Pandemias y salud global. Falta de preparación ante nuevas enfermedades. Dificultades en el acceso a vacunas y tratamientos. Impacto social y económico de crisis sanitarias.

Este reloj no predice el futuro, pero sirve como referencia. Nos recuerda que las decisiones humanas tienen consecuencias globales y que el tiempo para actuar es cada vez más limitado.

De momento, nos dicen, el reloj es ajustado año tras año por parte del Bulletin of the Atomic Scientists, eso sí, con el asesoramiento de grandes expertos en seguridad global, clima, tecnología y salud; y alguna cosa más que no nos dicen. Según parece, o eso dicen, entre ellos hay más de un premio Nobel. ¿Tenemos que empezar a preocuparnos?

Vamos, lo de siempre. Y es que, la vida no deja de sorprenderme; en este mundo, para que nos vamos a engañar, “nada es lo que parece”.


FUENTES CONSULTADAS:

*www.infobae.com

*es.wikipedia.org

*www.rte.es

 

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