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José María Ibáñez.

lunes, 9 de abril de 2012

EL CASO AURORA ¿OVNI ESTRELLADO EN 1897?


AMADO CARBONELL SANTOS

La aldea de Aurora (Texas-EEUU) es una población de poco más de quinientos habitantes. Con toda seguridad si preguntamos a alguno de los muchos aficionados a la ufología, si duda, sabrá ubicarlo en el mapa perfectamente. Esto se debe a un suceso que aconteció el día 18 de abril de 1897 (seis años antes del primer vuelo a motor de los hermanos Wright) cuando se estrelló, según argumentaba la prensa local, una aeronave de procedencia "no terrestre". Como apuntan distintos investigadores de los "no identificados", en aquella época era imposible achacar el accidente a aviones experimentales o a un misil balístico fuera de control: dando así mucha más veracidad al suceso.
(Foto: imageshack.com)


Varios vecinos de la localidad que fueron testigos del acontecimiento, manifestaron que el artefacto, alargado y de grandes dimensiones, acabó estrellándose en las proximidades de la granja de J. Proctor. El estallido fue de tal magnitud que acabó destruyendo el molino y el depósito de agua de dicha granja. Los restos del artefacto, debido a la explosión, acabaron dispersados por varios kilómetros a la redonda. Más tarde se informaba que el cuerpo del único tripulante de la nave, fallecido en el accidente, fue enterrado en el cementerio local bajo una lápida sin nombre. Según parece, los habitantes del pueblo recogieron los restos del accidente, y los hicieron desaparecer; de este modo nunca pudieron ser estudiados. Corrió el rumor de que sobre el cuerpo de la nave se apreciaba una extraña escritura jeroglífica. 


Noticia aparecida en la prensa de la época
(Foto: otrosmisterios.blogspot.com)
Algunos años más tarde, el doctor Alfred Kraus, se interesó por el caso del accidente aéreo de Aurora. Cabe recordar que Kraus -director del Kilgore Research Institute (Instituto de Investigación de Kilgore)- en los años sesenta participó como asesor en el conocido Informe Condon: dedicado en gran manera a desacreditar  el fenómeno OVNI. En un primer momento su investigación se centró en encontrar a testigos presenciales del suceso o personas que hubieran oído hablar del asunto, y la búsqueda de los restos del accidente; obteniendo de ambas partes un resultado negativo, incluso, llegaron a negar la veracidad de dicho suceso. Por otro lado, uno de los habitantes del pueblo, Oscar Lowery, declaró haber recibido sobornos por parte de algunos periodistas que buscaban desesperadamente alguna noticia que publicar en la primera página del Dallas Times Herald sobre el suceso. Finalmente Kraus cerró el caso, alegando que todo se había debido a un fraude urdido por los periodistas de la zona para fomentar el turismo y las ventas.


En el año 1973 se reabrió el caso Aurora, ya que uno de los habitantes de la población había sufrido unas "mutaciones" muy extrañas. Cuando realizaban un estudio en uno de los pozos de agua, descubrieron que en vez de agua, uno de ellos contenía un líquido más oscuro con un alto nivel de contaminación por radiación. Esto había provocado en aquel hombre una artritis severa que le había deformado por completo las manos. Al parecer, los restos de la nave siniestrada habían sido colocados alrededor del pozo; donde pudieron comprobar que no crecía ninguna planta a su alrededor. 


Cementerio de Aurora
(Foto: foros.sobrenatural.net)
Siguieron con la investigación, y descubrieron una pequeña y extraña sepultura con una lápida sin nombre que, curiosamente, proyectaba los mismos niveles de radiación que el pozo. Dichos investigadores acudieron en busca de los permisos necesarios para poder abrir y exhumar el cuerpo enterrado en aquella tumba, pero cuando regresaron, cual sería su sorpresa al comprobar que los restos de la tumba habían desaparecido; solo quedaban porciones de tierra removida. Los investigadores no se rindieron y siguieron adelante con las pesquisas. A los pocos días de estar en el pueblo, localizaron a tres personas que aseguraban haber sido testigos del incidente. La primera de ellas estaba convencida de que todo formaba parte de un engaño urdido por los medios de comunicación, pero las otras dos afirmaron que se trataba de un hecho real; incluso una de ellas afirmó ser testigo presencial de la caída del artefacto, mientras trabajaba en el campo. Charly Stevens solo era un niño, pero recordaba perfectamente lo sucedido porque su padre le contó que mientras estaba trabajando en el granero escuchó un silbido muy fuerte, salió al exterior;  viendo como un gran objeto cilíndrico caía y se estrellaba contra el suelo, junto a la granja de los Proctor. Él solo recuerda que el cielo se volvió rojizo y que el sonido era ensordecedor.


Este caso todavía sigue abierto, y también sigue patente la teoría del fraude en el incidente del pueblo de Aurora. La ex alcaldesa del pueblo, Bárbara Brammer investigó sobre el caso y pudo confirmar, en base a los censos publicados por el ayuntamiento que en 1897, la población de Aurora contaba con alrededor de 3.000 habitantes y había sufrido muchos problemas en el campo y en las cosechas; distintas plagas destruyeron las plantaciones de algodón, un incendio arrasó varios edificios y, por causa de una pandemía el pueblo fue aislado del resto de poblaciones y condados cercanos, para no permitir que la infección se propagase. Brammer llegó a la conclusión de que el periodista S. E. Haydon había montado una farsa para que el pueblo pudiera subsistir gracias a los ingresos de periodistas, investigadores y aficionados a la ufología que se desplazarían para comprobar in situ el lugar de los hechos. 


De momento no existe un veredicto final que confirme o desmienta la veracidad del incidente y el entierro de un ser alienígena en el cementerio de la aldea de Aurora. Pero lo que sí podemos confirmar es que igual que el incidente de Roswell, el caso de la población de Aurora, seguirá siendo un punto indispensable en todas las agendas de los aficionados a la ufología de todo el mundo que viajen a los EE.UU.    

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