José María Ibáñez
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Foto: www.infobae.com |
Su nombre ha quedado grabado para la posteridad como "la Hachiko Rusa". Una gatita que pasó siete años junto a la tumba de su dueño en el cementerio de Daguestan, Rusia, y que ha fallecido recientemente. Su historia ha conmovido a muchas personas, ya que, igual que el famoso perro japonés "Hachiko" que, tras la muerte de su amo, durante nueve años acudió todos los días a la estación de tren donde solía esperar a que este regresara del trabajo, ha mostrado una lealtad inquebrantable hacia su dueño.
Desde la muerte de su dueño, en junio de 2018, esta minina pelirroja permaneció junto a su tumba durante siete años, sin importar el frío, la lluvia y las condiciones adversas. El vínculo entre ambos fue tan profundo que, pese a los intentos por rescatarla y brindarle un hogar, ella siempre regresaba al cementerio, junto a su dueño. Por este comportamiento los habitantes de la zona comenzaron a llamarla la "Hachiko Rusa".
La historia de la felina se dio a conocer públicamente en noviembre de 2018, cuando el hermano de una joven voluntaria, Khadizhat, le contó que un gato pelirrojo estaba viviendo sobre una tumba del cementerio. La muchacha, que llevaba más de un año de voluntaria socorriendo a los animalitos abandonados, no dudó en acudir de inmediato, a pesar de que era una noche lluviosa y con mucho frío. La gatita estaba empapada, sucia y acurrucada junto a la tumba de su fallecido cuidador. El animalito no opuso resistencia cuando ella lo acunó entre sus brazos. Desde entonces, la joven voluntaria se la llevaba a su casa por las noches mientras que por la mañana la gata se mostraba ansiosa por regresar al cementerio.
Según cuentan los vecinos, "el animal se instaló en la tumba de su dueño inmediatamente después del funeral y permaneció ahí desde entonces". Desconocemos el nombre del cuidador y el de la pequeña felina. Sabemos que era un hombre de la tercera edad, pero también desconocemos si le queda vivo algún familiar. "Aunque muchos vecinos de las cercanías del cementerio intentaron en diversas ocasiones darle un nuevo hogar, la gata siempre rechazaba cualquier intento de adopción, huyendo para regresar corriendo junto a la sepultura de su dueño".
Con el paso del tiempo el estado de salud de la pequeña "peludita" fue empeorando. En febrero de 2025 el refugio, "Bigotes Rayados", informaba que la gatita "sufría una grave dificultad respiratoria, vómitos y un cuadro avanzado de peritonitis viral infecciosa, junto con neumonía e insuficiencia renal". La joven voluntaria junto con otros compañeros del refugio, lograron que se le brindara atención médica especializada. Debido al alto coste de los cuidados médicos que debía recibir, el refugio y sus voluntarios iniciaron una campaña de recaudación de fondos que les permitió el traslado a una clínica veterinaria de la capital.
En San Petersburgo, Hachiko recibió cuidados médicos intensivos. así como un hogar temporal donde pudo experimentar una vida doméstica por primera vez en muchos años. Se adaptó rápidamente al entorno, y esta vez no intentó escapar de su nuevo hogar, "como si finalmente comprendiera que allí estaba a salvo", explicaron desde el refugio. Lamentablemente, su frágil estado de salud no le permitió vivir mucho más. El pasado día 5 de abril, se comunicaba oficialmente el fallecimiento de la chiquitina, dejando bien claro que sus restos serían llevados de vuelta a casa, para ser enterrados junto a la tumba de su dueño, en el cementerio de Majachkalá, capital de Daguestan una de las veinticuatro repúblicas de la Federación Rusa.
Aunque los gatos son comúnmente considerados animales independientes, diversos estudios científicos han demostrado que son capaces de experimentar complejos procesos de duelo tras la pérdida de un cuidador humano o felino. Estos animalitos pueden sufrir alteraciones emocionales notables, que se traducen en cambios de comportamiento, estado de ánimo y salud física.
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